TÚ Y YO SOMOS TRES

Iglesia, pederastas, periodismo y cerrojo

Manuel Barbero, padre coraje, en 'Scoop'. tu y yo somos tres por ferran monegal

Manuel Barbero, padre coraje, en 'Scoop'.   / periodico

Ferran Monegal

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Le decía nuestro compañero Guillem Sánchez a Mamen Mendizábal, al final de su documental Manto de silencio (Scoop, La Sexta)Manto de silencio, sobre los casos de abusos sexuales en colegios religiosos: «El testigo tenía que haberlo recogido el Gobierno y la Justicia. Eso no ha sucedido. Se ha quedado en una noticia». Es terrible pero acierta. Es así. Mamen ha estado en la redacción de este diario, EL PERIÓDICO, porque gracias a la investigación de compañeros como Guillem, como María Jesús Ibáñez, como Jesús Albalat GuillemMaría Jesús IbáñezJesús Albalat, los casos de abusos sexuales en colegios religiosos de nuestro entorno han dejado de ser silenciados, ocultados, y han pasado a conocimiento de las autoridades y de la opinión pública. Manuel Barbero, padre de un niño víctima, padre coraje –como ya se le conoce–, encontró en nuestro diario la plataforma informativa para sacar a la luz las canalladas que se hacían con su hijo. También ha estado con él Mamen Mendizabal. Entre otros muchos abusos que sufrió su hijo, ha contado el síndrome del cerrojo que sufrían los niños cuando escuchaban el sonido del pestillo de la puerta que accionaba su violador. Para ellos era una señal terrible: serían violados otra vez, enseguida.

Mamen, en un momento dado, amplió el campo de observación de los casos y denuncias de abusos en  que miembros de la Iglesia están implicados. Comenzó con el mapa de España: Barcelona, Astorga, Mallorca, Granada, Ciudad Real, Salamanca... Nos puso entonces lo que decía el obispo José Antonio Martínez Camino, en sus días de secretario general de la Conferencia Episcopal, intentando quitarle importancia al asunto: «Puede ser que llamen la atención, sí, pero estos casos son una parte porcentual mínima». Y Mamen siguió abriendo el objetivo y contemplamos entonces cómo todo el mundo está plagado de denuncias en el mismo sentido. ¡Ah! Aquella época que en El Vaticano llaman El siglo oscuro –en realidad fueron 500 años–, donde Papas como Sergio III, Juan XII, Sixto IV,  Julio III, Clemente VI Bonifacio VIII, eran verdaderas máquinas de pederastia abusadora de niños y de niñas, aquellos tiempos, siguen estando en la Iglesia de hoy en día.

Volvamos a lo que decía Guillem Sánchez. El periodismo ha hecho lo que debía: investigar e informar de estos delitos. Pero ni las autoridades ni la Justicia parecen interesadas en tomar el testigo. El cerrojo sigue.