La gala de los Oscar logra subir su audiencia

Sin presentador presentador y con la controvertida decisión de  acortar la duración de la gala, eliminando la emisión en directo de la entrega de algunos premios menores (idea que fue rectificada tras el chaparrón de críticas recibidas). Con estos mimbres, todo hacía prever que el interés por la ceremonia de entrega de los Oscar seguiría este año cayendo en picado en televisión. Pero para sorpresa de propios y extraños, el seguimiento del 'show' a través de la cadena ABC ha subido con respecto al año pasado.

Cabe señalar que la ABC, propiedad de Disney, posee los derechos de transmisión de los Oscar hasta el 2028, por lo que ya es una cuestión de supervivencia conseguir que la audiencia de este 'show' no siga de capa caída.   

Según los primeros datos de la empresa de audiometría Nielsen, publicados por los medios especializados 'Variety', 'The Hollywood Reporter' y 'Deadline Hollywood', la gala tuvo una cuota del 20,1, un 6% más que en el 2018 (18,9). La edición del año pasado tiene el triste honor de ser la que ha obtenido la peor audiencia televisiva de la historia de los Oscar. Un récord negativo del que por cierto se mofó el presidente Donald Trump, persona 'non grata' por buena parte del mundo del espectáculo.

En número de seguidores, la retransmisión en directo del domingo por la noche congregó a una audiencia media de 29,6 millones de espectadores en EEUU, según Nielsen publicados por la propia ABC. En el 2018, el 'show' de los Oscars promedió 26.5 millones de espectadores, el mínimo histórico, ya que el año anterior, el  2017, había alzanzado los 32.9 millones de seguidores de media. Hay que tener en cuenta que los datos de Nielsen no incluyen la visualización en plataformas digitales y móviles, un aopción en alza año tras año.

Así, y por primera vez en los últimos 30 años, la gala ha dejado de perder audiencia, un repunte que según los expertos viene dado en gran parte por la menor duración de la ceremonia: fueron un total de 3 horas y 20 minutos, unos 20 minutos más de lo previsto, pero 40 minutos menos que en la edición del 2018, cuando tocó fondo.

La crítica estadounidense ha considerado que la falta de un presentador hizo que el 'show' fuera más ágil, ya que uno de los pilares del espectáculo fueros los siempre efectivos números musicales. En esta ocasión, las composiciones de 'A Star Is Born' y 'Bohemian Rhapsody'.

"En la gran noche del cine, no fue la magia de Hollywood lo que salvó el 'show' de este año, sino el poder de la música", ha escrito Lorraine Ali en 'Los Angeles Times'.