Los 'Maestros de la costura': "Nuestro mundillo es muy de egos y fobias"

"Un talent show tiene que descubrir caras nuevas, y no solo en lo que respecta a los concursantes, también con el jurado". Lo afirma una experta en este tipo de programas, Macarena Rey, CEO de Shine Iberia que está detrás de concursos como Masterchef y Maestros de la costura. Y eso es precisamente lo que ha hecho la productora con el trío de jueces del espacio de cocina y, ahora, con el de modistos: dar a conocer al gran público a unos profesionales que ya habían triunfado en su círculo profesional y que han vestido a celebrities como la reina Letizia y Beyoncé. En su segunda temporada, Maestros de la costura está mostrando a Lorenzo Caprile, María Escoté y Palomo Spain con más soltura que nunca.  

Este año se les está viendo más seguros frente a las cámaras. 

Caprile: ¡Nosotros siempre hemos sido perfectos! 

Palomo: Es que el año pasado no sabíamos dónde nos metíamos.

Escoté: El año pasado sufrimos bastante. Ahora hemos vuelto al taller de forma más relajada y estamos disfrutándolo mucho más.

Caprile: Esta temporada ya no nos regañan tanto.

Palomo: Ni estamos tan torpes.

¿Hasta qué punto están involucrados en el programa?

Escoté: Cada vez más.

Palomo: Hemos estado todo el verano con el equipo de dirección preparando pruebas y eligiendo invitados. Se cuenta mucho con nosotros a la hora de preparar las pruebas.

Caprile: En lo único que no participamos es en seleccionar a los concursantes.

                            El equipo verde no llegó a tiempo a colocar su prenda sobre  El equipo verde no llegó a tiempo a colocar su prenda sobre 

¿Era necesario un programa como este para revalorizar la industria española de la moda? 

Escoté: Totalmente. Es un oficio que se estaba perdiendo. Nos costaba mucho encontrar modistas, sastres, y volver a fomentar eso, y que la gente joven quiera aprender esta profesión es muy importante en nuestro sector.

Caprile: Eso por un lado, y luego que de esta profesión se ve lo que enseñáis los medios: lo bonito, la pasarela, la alfombra roja, y parece que solo vivimos montados en un avión, en fiestones, y eso es una parte mínima, porque hay muchísimo trabajo detrás de cada prenda. Este programa ha servido para que todo eso salga a la luz.

Pero ¿no creen que los concursantes tienen el objetivo de ser diseñadores, más que modistos? 

Escoté: La gente que está estudiando diseño es consciente de que necesita conocer el oficio. Cuanto más sepas patronar y coser, más creativo vas a ser. 

¿Se hubieran presentado a este casting

Palomo.: Sí, porque es una plataforma bastante buena.

Escoté: Es el único programa al que me habría presentado, sobre todo por el premio.

Caprile: En los años 80 hubo una cosa similar que hizo El Corte Inglés. Me presenté, hubo una selección y la gané. Así que me habría presentado de cabeza.

Caprile: "El programa me ha venido muy bien para aprender a delegar"

¿Tuvieron dudas a la hora de aceptar su puesto como jurado, saliendo del taller para enfrentarse al gran público semanalmente? 

Palomo: Al principio te lo planteas, pero... ¿cómo vas a dejar escapar este tren? Yo ya conocía a Macarena [Rey] y a Samantha [Vallejo-Nágera, juez de Masterchef], y me dijeron que no podía perder esta oportunidad.

Escoté: Yo no conocía a nadie, pero siempre me han gustado las cosas nuevas, arriesgarme, y como conocía el formato y me parecía muy profesional, pensé que podía estar muy bien proba. Te da un poco de miedo la exposición... pero jamás pensé que fuera algo que me iba a inspirar tanto. ¡Es como volver a la universidad! Te hace salir de tu mundo, que en nuestra profesión es muy cerrado, y meterte en otro taller, con gente que no conoces, y cada uno te aporta algo. ¡Es como hacer un máster de dos meses y medio! Eso es algo que me llevo y que no esperaba.

Usted, Lorenzo, había comentado que le daba repelús la tele. 

Caprile: Y me sigue dando. ¡También hay gente que le da repelús el avión y lo tiene que coger porque tiene que viajar! Hay que aplicar el lema de los Javis: "Lo hacemos, y ya vemos!".

                             Saray cose a mano en la prueba de expulsión  Saray cose a mano en la prueba de expulsión

Después de esta proyección mediática, ¿creen que han llegado a nuevos clientes? 

Palomo: Más bien igual. De hecho, lo que hay es más presión por seguir haciéndolo mejor después de Maestros de la costura, donde exigimos tanto a los aprendices. Cada uno ya teníamos nuestro público. Obviamente, puede crecer con el programa, pero la realidad de nuestra vida, en nuestros trabajos y talleres, sigue siendo igual de dura, nos hayamos presentado a esto o no. 

Caprile: Los tres pecamos del mismo defecto: que somos un poquito personalistas en nuestro trabajo y siempre queremos estar encima. Y a mí el programa me ha venido muy bien para que mi equipo se haga más fuerte. Nadie es indispensable, y con esto he aprendido a delegar y a dejar que cada uno se responsabilice de su tarea sin tener que controlar desde el papel higiénico hasta el último botón, porque para eso tienes a tu equipo. Para mí la experiencia de estas 10 semanas un poco centrado en este programa ha sido maravillosa para que el equipo se refuerce, se espabile y aprenda a vivir sin que tú estés ahí encima. Además, veo que las cosas siguen saliendo igual o incluso mejor que cuando tú estás ahí. Como no te pueden llamar por teléfono, cuando hay un contratiempo tienen que decidir sin ti. 

¿En sus próximas colecciones se verá la huella que ha dejado en ustedes Maestros de la costura 

Escoté: ¡Claro! Te hace salir de tu mundo y de tu zona de confort. Te da otra visión que hasta entonces no tenías y te inspira. La primera prueba que hice me abrió un mundo, porque me permitió trabajar con un material que no había usado. Eso me ha llevado a desarrollar algo para mi colección, porque, haciendo un trabajo creativo como el nuestro, lo absorbes todo.

Palomo.: El año pasado vino una monja y los aprendices tuvieron que hacerle un hábito y me pareció la prueba más difícil. Y fue algo que luego me inspiró para mi colección.

Caprile: Yo, en cambio, es que no hago colecciones. A mí el programa me ha dado la posibilidad de conocer a muchísimos compañeros de profesión, porque al final cada uno de nosotros vive en su pequeña parcelita y nos creemos que nuestros problemas son los únicos y los más grandes. Sin este programa no habría podido conocer tan bien a Alejandro, a María y a otros compañeros formidables de los que tenía una opinión equivocada. No me importa reconocerlo, porque me he llevado una sorpresa maravillosa al tratarlos personalmente. Nuestro mundillo es muy de egos, y de fobias, porque en el fondo no nos conocemos.

¿Alguno de los aprendices de la primera temporada del programa ha estado trabajando después en sus talleres?

Caprile: En el mío ha estado unos días Pa, la madre de familia. Y no me importaría incorporar a mi equipo a Antonio [quedó segundo el año pasado], aunque ahora tiene que hacer un máster y vive en Almería.

María Escoté: "Cuando estudiaba, los padres de muchas compañeras no entendían esta profesión"

¿Consideran que Alicia fue la justa ganadora?

Escoté: Alicia era la que mejor cosía y, además, lo demostró desde el primer día. Y Antonio, también.

Palomo: Fue una final superreñida.

Escoté: La que también tuvo una evolución espectacular fue Luisa.

Palomo: Y Mahi.

Escoté: Lo que te da la victoria es la pequeña diferencia, algo que no se aprecia, la perfección, y realmente Alicia hizo un trabajo maravillo. En la final, la primera prueba consistía en un vestido a medida, y lo hizo en un tiempo récord.

Caprile: Aparte de la evolución técnica, en el caso de Mahi fue muy bonito que, gracias al programa, su padre comenzara a valorarla por primera vez y a entender nuestro mundo, y también a su hija.

¿Creen que todavía es una profesión incomprendida?

Escoté: Cuando yo estudiaba la carrera, había muchas compañeras que tenían padres que no entendían esta profesión. Muchos todavía la ven como algo bohemio.

Caprile: En el caso de Mahi, ha sido precioso que, a raíz del programa, haya podido independizarse e irse a vivir a Granada. Ya no tiene que trabajar en la gasolinera y dispone de un equipo de dos modistas trabajando para ella. Es muy reconfortante pensar que el programa haya conseguido algo así.