'Al rojo vivo' con Séneca y Nerón

Acaba de celebrar Antonio García Ferreras sus primeros 2.000 programas de Al rojo vivo (La Sexta). O sea, «¡Mas periodismo!» elevado a la potencia dos mil. Hombre, parece que fue un siglo cuando comenzó este programa, como informativo nocturno, en lo que entonces se llamaba La Sexta-2. Pero fue en enero del 2011. O sea que solo han pasado ocho añitos. De La Sexta-2 ya no queda ni rastro. Pero Al rojo vivo ha seguido, ha progresado, y a mi juicio se ha transformado en el motor que ha impulsado a toda La Sexta y la ha ayudado de forma decisiva a instituirse en el gran canal informativo de referencia en el telehipódromo. Comenzó con audiencias, hace ocho años atrás, que no llegaban ni al 4% de share. Hoy se mueve entre el 14% y el 18%, y suele concitar la atención de un millón de criaturas.

Para celebrar estos primeros 2.000 programas Ferreras ha invitado a Roger Torrent.  A la pregunta «¿Le parece correcto que Puigdemont le haya denunciado a usted, y a la Mesa, ante el TC?» el president del Parlament tuvo que poner cara de póker y contestar escuetamente: «Está en su derecho». ¡Ah! A veces el laconismo es más elocuente que un discurso. Torrent tuvo que hacer equilibrios. No es fácil su papel. Por ejemplo se le pidió que hiciera una valoración de las dos posturas: la de los que decidieron quedarse, afrontar la situación, y sufrir prisión, frente a los que decidieron huir, o exiliarse según nomenclatura processista. Torrent tuvo aplomo, dentro del equilibrismo. Pero le sacaron entonces en pantalla esa interesante cita de Oriol Junqueras el martes en Le Figaro, cuando ha advertido: «Sócrates, Séneca, Cicerón, pudieron huir, y no lo hicieron». Y Ferreras añadió: «Eso es lo que ha dicho Junqueras. Quizá también nos estaba diciendo que Puigdemont es Nerón». ¡Ahh! Ahí Torrent las pasó canutas.

Hombre, la referencia a Nerón es oportuna. Todos los historiadores coinciden en que después de matar a su madre, Agripina, Nerón entró en fase criminal. Le sobrevino una especie de frenesí homicida. Tipo asesino en serie. Y Séneca, que le conocía bien porque habia sido su tutor, sabia que el siguiente sería él, o sea que tuvo la dignidad de suicidarse antes de que le mandase un matarife. ¡Ah! Por fortuna la cárcel no es la muerte. Y la salida de prisión puede ser un glorioso punto de partida. Eso es lo que temen en Waterloo.