MINIMALISMO INMOBILIARIO

Fiebre por las casas diminutas en Estados Unidos

El 'boom' de las viviendas pequeñas ha inspirado al menos media docena de programas de televisión

Una mini casa

Una mini casa

Luis Benavides

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No son pisos-colmena con servicios comunitarios, tampoco son exactamente pisos-zulo. Las minicasas de Estados Unidos forman parte del conocido como ‘Tiny House Movement’ (el movimiento de la casa diminuta, en inglés), que empezó a popularizarse hace cinco o seis años y suma ya varios miles de adeptos. Este curioso fenómeno, el de preferir casas minúsculas para vivir, fue visto en un primer momento como una excentricidad o una absurda moda pasajera por la sociedad norteamericana, pero ya ha inspirado varios ‘reality shows’. Ni dos ni tres. Hasta media docena de programas exprimen el ‘boom’ de las construcciones minúsculas. Los más populares son ‘Buscadores de minicasas’, ‘Minicasas sobre ruedas’, ‘Minicasas Luxury’ y ‘Quiero mi minicasa’. También existen 'youtubers' especializados, como Bryce Langston, cuyo canal siguen unos 950.000 suscriptores, que ofrecen trucos para decorar y optimizar espacios ultrareducidos. 

Aunque parezca mentira, estas construcciones de entre 7 y 37 metros cuadrados –a partir de 38 metros cuadrados se considera que la casa es pequeña pero no diminuta, según los criterios de este movimiento- tienen su público en el país de las barras y las estrellas, el país de las cosas XXL y los excesos.

En los citados programas de televisión –algunos se pueden ver actualmente en canales de TDT españoles- los compradores buscan casas con un tamaño reducido por motivos muy diversos, que muy rara vez tiene que ver con su presupuesto. Parejas que quieren vivir de una forma nómada y buscan cabañas con ruedas (algunos modelos son transportables), ecologistas convencidos que buscan la máxima eficiencia con el menor impacto en el medioambiente posible y personas que quieren vivir con lo mínimo, que han descubierto que acumular ropa y otros objetos no les da la felicidad. Los que optan por estas construcciones también suelen destacar que al ser más pequeñas tienen más tiempo para ellos porque son más fáciles de limpiar y mantener. 

En Estados Unidos existen ahora constructores y decoradores -los muebles deben ser funcionales- hiperespecializados  en este sector el de los miniespacios para vivir, también asociaciones. Una de las más importantes es American Tiny House Association, cuyo objetivo fundacional es promover las casas diminutas y “apoyar a los entusiastas” que buscan viviendas "creativas y económicamente accesibles” como parte de una manera de vivir “más sostenible” con un asesoramiento legal y técnico. 

Casas para gente vulnerable

Más allá de los convencidos minimalistas y ecologistas, de los que escogen vivir en estas condiciones, las casas diminutas se convirtieron en una opción asequible para miles de personas que perdieron sus casas o sus empleos como consecuencia de la crisis de 2007. En algunas ciudades como Olympia (Washington), Othello Village (Seatlle) o Ithaca (Nueva York) se levantaron barrios con 'casas' de unos 30 metros cuadrados para personas y familias en situación de emergencia habitacional.

"Las cabañas de madera eufemísticamente conocidas como casas diminutas están siendo consideradas como una solución rápida y barata al sinhoragismo y, sin apenas debate público, están creciendo como setas en todo el país", explica en 'The Guardian' Paul Lewis en un reportaje sobre Othello Village, una comunidad formada por 28 cabañas de madera y 12 tiendas de campaña. Los residentes en este barrio de quita y pon, situado en una de las ciudades más ricas y seguras de Estados Unidos, comparten servicios como duchas, cocina y despensa. 

Los defensores de estos refugios para personas en situación de vulnerabiliad consideran que estas cabañas unifamiliares ofrecen privacidad, la capacidad de guardar enseres personales y, sobre todo, dignidad. Son, en su opinión, una buena casa de transición mientras sus residentes se recuperan y pueden optar a alguna vivienda más confortable.

Un pionero en 1973

Lloyd Kahn y Lester Walker se cuentan entre los pioneros de este movimiento tras la publicación de los libros ‘Shelter’ (1973) y ‘Tiny Houses’ (1987) respectivamente.   Este movimiento se basa en principios como la prudencia financiera, las elecciones ecológicas y las experiencias comunitarias. “Para muchos estadounidenses, entre un tercio  y la mitad de sus ingresos van destinados a pagar sus casas. Comprar una casa suele implicar como mínimo 15 años de trabajo para pagarlo”, explican Ryan Mitchell en su página web ‘The Tiny Life’, que añade que vivir con más espacio implica comprar más cosas para llenarla, “cosas que realmente no necesitamos”. 

La fiebre de las casas diminutas está muy relacionada con el minimalismo, un modo de vida basado en la máxima “menos es más”. Ryan Nicodemus y Joshua Fields Millburn son dos de los ideólogos en Estados Unidos de este movimiento, los responsables de la página web theminimilists.com y coautores de ‘Minimalismo. Para una vida con sentido’, un libro muy crítico con el “sueño americano” clásico que llegó a España de la mano de la editorial Kairós.