ENTREVISTA

Tobias Menzies: "En 'The Terror' lo que da miedo de verdad son las personas"

El actor británico adelanta que los que llegen al final de la serie de AMC "tendrán recompensa por haberlo hecho"

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Juan Carlos Rosado / Madrid

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Tobias Menzies se ha enrolado en ‘The Terror’para dar vida al capitán James Fitzjames, uno de los tripulantes del aciago barco sobre el que gira la serie que emite el canal de pago AMC (martes, 22.10 horas). El actor británico ('Roma', 'Juego de tronos', 'Outlander'...) desvela aquí los entresijos de su personaje y algunos detalles de su experiencia en el medio televisivo.

-¿Por qué cree que hay ahora tanto interés por las series de época?

-Creo que con frecuencia, cuando echamos la vista atrás, lo que estamos haciendo es recuperar el pasado porque contiene un montón de historias muy interesantes. Pero también porque es una manera de intentar entender lo que está pasando en el presente para poner la vista en el futuro. En este caso concreto, la historia que se cuenta es especialmente original por el hecho de que se trata de una parte de la historia naval que es menos conocida, a pesar de ser nuestra (de los ingleses). Es una forma de buscar un mensaje del pasado que nos ayude con el presente.

-¿Se han inspirado más en el libro o en la historia real?

-Son tres fuentes: la historia real, el libro de Dan Simmons y el guion de la serie. En mi caso, a la hora de crear mi personaje me basé en gran medida en la historia y también en los guiones. En el libro, mi personaje no es de los protagonistas, porque se centra mucho más en las aventuras de los otros dos. Sobre el capitán Fitzjames sí que hay mucho material histórico porque era un héroe de la Marina muy conocido en aquella época. He intentado fusionar un homenaje que le estoy rindiendo al personaje histórico y la versión del mismo que hacen los guionistas.

-¿Cree que al espectador le va a sorprender este tipo de terror atrevido que se aparta de los cánones clásicos?

-Cuando ves una serie de AMC todo el mundo piensa en el género y en 'The walking dead'. Pero nosotros estamos en un molde distinto de esa serie y por eso es posible que tarde en dar con su público, aunque creo que hay  gente para este tipo de ficciones. En todo caso, el horror que plantea la nuestra es más psicológico, y no se dedica a darnos los típicos sustos de una película de miedo. Es verdad que hay una criatura, pero es una presencia que se percibe a lo largo de la serie más que algo que estás viendo y que puedes casi tocar. La clave es que el terror tiene distintas formas. Por un lado, tenemos esa criatura, pero también está el nombre de la propia serie, que está tomado de uno de los dos barcos. En distintos puntos del relato nos vamos a ir planteando qué es lo que nos da tanto miedo. Y en muchos casos van a ser personas, que debido a las circunstancias van a generar ese miedo. El concepto de terror es fluido porque nos muestra en qué nos convertimos cuando nos quitan todo lo que huele a civilización.

-¿Y cómo reacciona su personaje ante estas situaciones límite?

-En el caso del capitán Fitzjames, él asume el papel que juega cualquier líder en estas situaciones. Si eres el capitán de un barco no quieres que el resto de la tripulación perciba que tú tienes miedo porque la atmósfera dentro de un barco es un elemento muy delicado. Uno de los mayores miedos de un capitán es que haya un botín a bordo y pierdas el control de la tripulación. Si te ven con miedo estás vendido. Tienes que aparentar tranquilidad y superar tu propio miedo. Fitzjames lo hace y hasta el final se niega a reconocer la posibilidad de que la criatura pueda ser algo anormal. La forma de reaccionar del ser humano ante una situación extrema es uno de los temas clave de la serie. Nos topamos con una microsociedad representada por este barco, en el que los tripulantes se enfrentan a situaciones límite por el lugar donde se encuentran, incluidas las temperaturas de frío extremo, y por los eventos que tienen que afrontar.

-¿Cree que la ficción televisiva ha alcanzado ya el nivel de calidad del cine?

-Los dos medios son muy diferentes. Creo que ahora mismo la mejor televisión no aspira a ser cine. Desde el punto de vista del actor, es cierto que la tele te ofrece una serie de ventajas como tener más tiempo para contar una historia y profundizar en el personaje. No es lo mismo tener 10 horas que tener dos. Pero también percibo que a la televisión ya no le interesa tanto ser cine o competir con él, ya que la relación que mantienen es otra mucho más interesante. La televisión está viviendo una era dorada, y esa fortaleza es la que está atrayendo ese talento habitual del cine. Pero creo que todavía hay diferencias, lo que es enriquecedor y positivo. Hay un espacio para la tele y otro para el cine. No hay que intentar que una sea la otra. Como espectador, no es lo mismo ver la tele en casa o en ordenador que verlo en una gran pantalla de cine. Me gusta que haya dos opciones.

-¿Se ha fijado en algunos referentes como 'Alien', 'La cosa' y 'Motín a bordo' para construir su personaje?

-Hay muchas referencias. De hecho, nos pasaron al principio algunas de esas películas para que las viésemos. Tenemos unos creadores que saben mucho de cine, pero para ellos era muy importante que el guion no estuviera plagado de clichés o lugares comunes. Querían que el guion fuese suyo, y no tratar de robar o copiar ideas.

-¿Cómo vive su personaje esa dicotomía que hay en el barco entre el optimismo y el realismo pragmático?

-Tenemos dos perspectivas o formas de ver la vida en los barcos. Por una parte, los optimistas, que son Franklin y Fitzjames, Y por otra está Croizier, que es el pesimista o realista. Los dos primeros están imbuidos del espíritu de los primeros años de la época victoriana, con el Reino Unido volcado en los descubrimientos y los exploradores. Hay una dicotomía en el mando, pero también un choque de clases que explica en gran medida las diferencias entre los capitanes. Los dos primeros son producto de un sistema que genera la propia estructura de la Marina británica, mientras que Fitzjames es irlandés. Aunque hubiera sido excelente como marino eso siempre iba a pesar en su contra. Lo curioso es que dada su situación no les queda más remedio que entenderse. Y eso al final genera lazos de empatía.

-¿No cree que esta producción es visualmente demasiado oscura y lúgubre para un medio como la televisión?

-Uno de los elementos clave es la falta de luz porque en los polos ho hay luz solar durante la mitad del año. Es fundamental este aspecto porque esos hombres se hunden tanto literal como psicológicamente en la oscuridad. Como actor es un reto porque gran parte del rodaje se hizo en Budapest (Hungría), donde se creó en el estudio todo un mundo para que el público y nosotros se metieran dentro. Si no es así, esta historia no funciona. Es verdad que cuando abandonábamos los barcos y pasábamos al hielo, ahí teníamos que jugar un poco con la imaginación de los actores. Pero no es nada distinto a lo que he visto en otras producciones de HBO.

-¿Cómo cree que va a acoger la serie el público español?

-La respuesta breve sería que espero que les guste. Pero creo que es una historia buena y extraordinaria, porque se basa en un hecho real y demuestra que la realidad supera a la ficción. Tenemos un excelente guion y una excelente historia que se mueve gracias a los personajes. Es un drama existencial en el que se plantea la clásica lucha del hombre contra la naturaleza. Y además tiene una fotografía extremadamente cuidada que le da esa estética propia del cine. Pero debo advertir de que esta no es una serie que te engancha en el primer minuto. No es amor a primera vista porque es tímida y reservada, pero te acaba ganando con el tiempo. Aquellos que lleguen al final se darán cuenta de que hay una recompensa por haberlo hecho.

-¿Tiene usted síndrome de abstinencia cuando lleva mucho tiempo sin hacer teatro?

-Me enriquece enormemente volver al teatro y no me gusta pasarme mucho tiempo sin estar en el escenario. Tienes al público ahí que te va enseñando el camino. Tener ese 'feed back' directo te mantiene en forma. Hace dos años que no hago teatro y me gustaría volver pronto.