Pon la tele que a Gabriel lo han matado

He visto primeros planos de ciudadanía indignada portando pancartas que decían: «Puta, lo vas a pagar». He escuchado audios en los que una voz anónima gritaba: «¡Esa negra, esa asesina inmigrante!». He visto cámaras peinando las calles a la caza del transeúnte para ponerle el micro delante y animarle a que dijera alguna cosa sobre la mujer detenida, lo que sea, mejor cuanto más iracundo, rabioso o encolerizado. ¡Ah! La furia de la ciudadanía es explicable. El tema del asesinato del niño Gabriel, es verdad, ha concitado una atención tan extraordinaria. Pero convendría meditar sobre el grado de responsabilidad que tiene la televisión en su constante calentamiento de la audiencia, llenando horas y horas de tele, aunque hasta este domingo no se tuviera ningún dato o novedad fiables. O sea, era terreno abonado para la especulación tertuliana. Curiosamente, los periodistas especializados en sucesos han sido los más prudentes, los más rigurosos, los más cautos. Manu Marlasca, por ejemplo, hizo la pasada madrugada ('Expediente Marlasca', La Sexta) un buen trabajo. Huyó de la conjetura, de la suposición, de la cábala. Se centró en los datos. Expuso con sobriedad, en lugar de escarbar.

Todos los informativos, de todas las cadenas, abrieron sus ediciones de tarde y noche del domingo con la terrible noticia del hallazgo del cadáver del niño Gabriel y la detención de <strong>Ana Julia.</strong> El 'TN migdia' de TV-3, también. En el 'TN vespre' cambiaron. Su primera noticia del sumario fue la manifestación de la ANC reclamando la República; la segunda, que los abogados de <strong>Jordi Sànchez,</strong> de momento, no llevarán su caso al Tribunal Europeo de Derechos Humanos. La noticia sobre el hallazgo del cadáver de Gabriel quedó como tercer 'flash'. Luego, en el desarrollo del noticiario, dedicaron al suceso dos minutos y medio, colocados a partir del minuto 16, sin conexión con ningún reportero o reportera realizando ninguna crónica desde el lugar. Antes, en el minuto siete de este 'TN', dieron prioridad a una crónica y conexión con el corresponsal en Londres, sobre un grupo que apareció en Piccadilly Circus reclamando libertad para Catalunya. Encabezaba la reunión Clara Ponsatí, que fue cumplidamente entrevistada.

El 'fet diferencial televisiu' ahora consiste en abandonar el criterio periodístico y priorizar la propaganda.