tú y yo somos tres

Riñen por el control del santuario (TV-3)

ferran Monegal

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Días atrás les contaba que TV-3 ha dejado de ser la Televisió Nacional de Catalunya. Ya no es la cadena pública al servicio de todos los catalanes: con notable esfuerzo y dedicación se ha transformado en la mejor cadena privada catalana. Pues bien, hoy, a la vista de la colosal audiencia que ha conseguido en febrero (14,7% de cuota media de pantalla), debo añadir que la acción que desarrolla TV-3 ya no se puede medir con los parámetros televisivos habituales. Hoy el fenómeno TV-3 solo puede analizarse desde el más profundo sentido de la religiosidad. Ya no se trata de un canal con el que te informas o te entretienes. Es otra cosa. Ha entrado en una nueva dimensión. Se ha convertido en un lugar de culto, un gran templo espiritual en el que penetras exactamente igual como penetraban los devotos seguidores de la vidente Amparo Cuevas, cuando congregaba a miles de personas en una finca de El Escorial. ¡Ahh! La religión es un arma poderosa. Si comulgas, te atrapa. Te enseñan que éste es un valle de lágrimas, lleno de malos, pero te inyectan enseguida una esperanza: el paraíso te aguarda, y si eres devoto, tienes fe y no pecas, allí serás recompensado. El otro día, en Polònia Polòniaescenificaron la pelea entre Carles Puigdemont y Marta Rovira por hacerse con el templo de Sant Joan Despí. Hombre, tener el control del santuario es básico. Garantiza que los sermones sean los que la feligresía debe escuchar. En el Tot es mou del jueves, por ejemplo, y después de emitir la alocución de Puigdemont, la abnegada Pilar Rahola nos iluminó interpretando el mensaje, haciendo un digest para que los feligreses, que somos torpes y no entendemos los misterios, pudiéramos tranquilizarnos. Nos decía que Puigdemont es imprescindible como president desde Bruselas, porque «el Govern que tendremos aquí estará en estado de excepción permanente, estará vigilado y casi bajo arresto domiciliario». O sea, que antes de que el Parlament haya investido a nadie ya se nos advierte que el president de aquí será una especie de ninot, y que solo desde el Palau de la Generalitat de Waterloo se proyectará la verdad.

¡Ah! Esta homilía, lanzada con potencia el jueves desde Tot es mou, no sé si es que CDC (ahora PDeCAT o JxCat) ha ganado la pelea, o es su último coletazo antes de que pase a controlar TV-3 Esquerra Republicana. En cualquier caso, ¡qué panorama!