Ganador de 'Supervivientes'

José Luis hace suyo lo de 'dame pan y llámame tonto'

El pintor vizcaíno ha hecho oídos sordos a los epítetos de "paleto" e "inculto" con que le obsequiaban sus rivales más fuertes en el 'reality' de Tele 5

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Juan Carlos Rosado / Madrid

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Pocas veces el premio de un concurso de supervivencia ha ido a parar a un hombre que se lo mereciera tanto como José Luis Loza, un auténtico 'MacGyver de las playas desiertas' que ha dado de comer a todos sus compañeros, incluidos los que torcían el gesto cuando hablaban de él. El flamante ganador del 'Supervivientes' de Tele 5 ha hecho bueno aquello tan viejo de «dame pan y llámame tonto», aunque las invectivas de sus colegas de concurso iban dirigidas más bien a zaherir su falta de cultura y su manera de hablar atropellada y pueblerina. Esa particular forma de mascullar las palabras la adquirió en Albacete, ciudad donde vive desde que hace años dejó su Barakaldo (Vizcaya) natal en busca de oportunidades para su profesión de pintor industrial. Precisamente esta decisión de abandonar los estudios a muy temprana edad para trabajar acabó pasándole factura. «Tenía que haber estudiado cocina porque todo el mundo me dice que tengo muy buena mano y mejor cabeza», confesaba poco antes de comenzar su singladura como concursante de 'Masterchef 4'. 

El programa culinario de TVE presentaba a José Luis como «un hombre campechano, testarudo y muy buena persona», epítetos que se encargaría de refrendar durante el  concurso. Allí empezó enseguida a dar muestras de su naturalidad y su franqueza. Fue la incontestable estrella de esa edición, aunque al final se quedara a las puertas del triunfo con una meritoria tercera posición.

Entre los numerosos momentazos que regaló a los televidentes figura aquel inolvidable «rollo con crema de huevo» que se inventó al principio ante la incredulidad y las risas del jurado. «¿Qué por qué he puesto un huevo? Pues porque me gusta mojar», contestó a los tres 'severos' jueces. Pero donde el gracejo del pintor alcanzó niveles de sublimación fue en su memorable encontronazo con el abatidor de cocinas. Tras correrse una auténtica maratón por su manía de atravesarse cada dos minutos el plató para comprobar si su plato estaba hecho, soltó un trabalenguas que figura ya en los anales del programa: «Le voy a echar gelizatizante al coulis y luego al abatidor para que se enfríe el gelizanteizante… ¡Puf, me he hecho un lío!».

Ideal para la supervivencia

Su espontaneidad y falta de complejos acabaron conquistando al público, que lo acogió en su seno como un ejemplo de superación. Convertido ya en personaje televisivo, logró entrar en uno de los 'realitys' más duros y seguidos de la tele. Sus condiciones le avalaban como firme candidato al triunfo, ya que las aficiones de José Luis son salir a cazar, pescar, volar en paramotor y cocinar. Todos los requisitos que debe reunir un 'superviviente' se concentraban en este 'paleto' vasco-albaceteño que, antes de viajar a Honduras, confesaba ya sus simpatías por Bigote Arrocet («es un tío campechano y cachondo como yo») y su animadversión hacia Leticia Sabater («la veo un poco tiquismiquis y pijilla»).

Lo demás es ya conocido por los seguidores del 'reality', que han corroborado con sus votos los buenos augurios del personaje. José Luis se ha pasado el concurso aferrado a su inseparable Iván y no queriendo entrar en las provocaciones de algunos compañeros , que lo veían como serio aspirante a la victoria. «Tengo miedo al enfrentamiento porque no tengo tantas tablas como ellos», confesaba humilde antes del concurso. De ese miedo ha surgido su actitud de centrarse en los deberes del náufrago (pescar, recolectar y buscarse las habichuelas) y huir del chismorreo, aunque a veces haya sucumbido a la tentación de criticar por la espalda. Esa misma espalda a la que se le adosó un pulpo travieso que se resistía a morir. Algo así hicieron muchos de sus colegas de concurso, pero sin ningún éxito. Al final, el 'tonto' se los quitó de encima sin recurrir a la violencia.

Alba 'Fénix' Carrillo 'resucitó' y acabó segunda

«He estado más tiempo con vosotros que con la mayoría de mis novios». Así resumía Alba Carrillo ante sus compañeros la estancia de tres meses en la isla hondureña de ‘Supervivientes’. La modelo madrileña, a la que <a href="https://www.elperiodico.com/es/tele/20170719/feliciano-lopez-bertin-osborne-alba-carrillo-6177483">su matrimonio con el tenista Feliciano López le duró solo un año</a>, estuvo a punto de protagonizar la gran sorpresa de esta edición al plantarse en la finalísima con José Luis. No consiguió ganar el concurso, pero lo que sí se ganó a pulso es el sobrenombre de Alba ‘Fénix’ Carrillo. A los pocos días de aterrizar en la famosa isla, la joven de 30 años y su madre, Laura Pariente, decidieron abandonar el ‘reality’ de Tele 5 por las <a href="https://www.elperiodico.com/es/tele/20170426/pelea-alba-carrillo-gloria-camila-supervivientes-5997763">continuas y violentas discusiones con sus compañeros</a>. Menos mal que la hija recapacitó y se quedó al final en los Cayos Cochinos. Así ha podido batir el triste récord que le habían legado sus novios.