TELEVISIÓN DE PAGO

'House of cards', el precio del poder

La quinta temporada del drama político llega este miércoles a Movistar Series en forma de maratón

teletodo  television  serie  house of cards

teletodo television serie house of cards / periodico

JUAN MANUEL FREIRE / BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Tan solo un día después del estreno americano, por fin llega a España este miércoles, 31 de mayo, la <strong>quinta temporada</strong> de la serie 'House of cards', entrega que se estrena con un maratón en Movistar Series, a partir de las 9.25 horas. Pero también estará completa bajo demanda desde el mismo día, para quienes no se puedan permitir dejar de trabajar.

A veces se acusa a 'House of cards' de ser una mera colección de giros argumentales, como si no tuviera, además, un clima gloriosamente amenazador o grandes diálogos a cargo de guionistas con pasado en la dramaturgia de alto nivel. Por otro lado, el mandato de <strong>Trump </strong>nos ha mostrado que, a nivel de giros, la realidad supera a la ficción. 'House of cards' puede ofrecer un giro por episodio, pero la actual administración estadounidense te ofrece una por minuto.

¿Qué ofrece más emoción ahora mismo, seguir 'House of cards' o seguir leyendo las noticias de internacional? Depende de los gustos de cada uno. Si uno se decanta por el humor absurdo, nada como el diario. Si uno prefiere la comedia negra teñida de drama adulto, la quinta temporada de 'House of cards' parece mejor opción. Los Underwood también hacen cosas catastróficas, pero al menos hablan bien y se mueven con clase y distinción.

Gracias a esta sofisticación diabólica, el presidente Frank Underwood (Kevin Spacey) y la Primera Dama Claire Underwood (Robin Wright)pueden convencer no solo a sus votantes, sino también al espectador de cuanto quieran. "Francis ha estado siempre invitando a la complicidad del público", dice Frank Pugliese, uno de los dos responsables principales de la serie. "Y ahora se verá cuánto más puede tolerar el espectador".

CAMBIO DE MANDO

Estos nuevos capítulos son los primeros de 'House of cards' sin la participación de Beau Willimon, quien creó esta primera serie original de Netflix a partir de una miniserie de la BBC de 1990, a su vez basada en una novela de Michael Dobbs. Tomaba más bien poco del original británico: la idea de un político capaz de hacer cualquier cosa para llegar al poder, la ruptura de la cuarta pared (y así poder hacer hablar a Frank a cámara) y los nombres de algunos personajes.

Con la ayuda de David Fincher, quien estableció el estilizado y atmosférico vocabulario visual en los primeros episodios, Willimon creó una serie de personalidad propia que ahora, algo desgastado, ha decidido traspasar. En su entrevista con EL PERIÓDICO del año pasado, Spacey decía al respecto: "Puedo entender que esté cansado. Lleva mucho tiempo siendo el 'showrunner' y el guionista jefe y, además, involucrándose en muchos otros aspectos. Nuestro trabajo ahora es hacer todo lo posible para honrar la serie que creó".

A los mandos quedan no uno, sino dos nuevos ‘showrunners’, Melissa James Gibson y Frank Pugliese, dramaturgos que trabajan en la serie desde el 2014, además de haber escrito para un par de clásicos como 'The americans' y 'Homicidio', respectivamente.

SIGUE LA CAMPAÑA

Cuando los vimos por última vez, los Underwood habían decidido usar la guerra contra el terrorismo como cortina de humo contra las revelaciones sobre su dudosa escalada al poder. La quinta temporada arranca en mitad de las elecciones presidenciales, con el republicano Will Conway (Joel Kinnaman) y su perfecta esposa Hannah (Dominique McElligott) como principales, aunque claro, nunca únicos adversarios del matrimonio central.

Pero los guionistas han advertido que se dedicará también gran atención al equipo de investigación del 'Washington Herald', liderado por el veterano Tom Hammerschmidt (Boris McGiver) y un joven reportero llamado Sean Jeffries (Korey Jackson), uno de los nuevos personajes junto al asesor encarnado por Campbell Scott y la misteriosa figura interpretada por Patricia Clarkson, aparente nueva colaboradora de Claire.

Regresan por otro lado personajes esenciales como <strong>Doug Stamper (Michael Kelly)</strong>, mano derecha de Frank, y el escritor Thomas Yates (Paul Sparks), quien, recordemos, en la pasada temporada inició algo parecido a una relación íntima con Claire, curiosamente (o no) aprobada por Frank. Si hay una escena emblemática de la cuarta temporada, es la de ese desayuno silencioso compartido por matrimonio y amante. Al parecer no está claro lo que ella pretende con este romance, como no puede ser de otro modo con esta mujer de máscara casi inquebrantable.