Edu Soto: "Los niños de 'El árbol de los deseos' me han devuelto años de vida"

Edu Soto (Mataró, 1978) es como el hombre orquesta. Toca todos los palos. Igual nos hace reír con sus disparatados personajes en los programas de Buenafuente, sobre todo con el del acelerado Neng de CastefaNeng de Castefa, que nos demuestra sus dotes musicales en 'Tu cara me suena'. Igual hace de Mortadelo que participa en obras de la Compañía Nacional de Teatro Clásico o compone una canción para Lolita. Su nueva aventura televisiva le ha llevado a convertirse en una especie de Papá Noel para hacer realidad los sueños de los niños en su nuevo programa en TVE-1, 'El árbol de los deseos'.

Los niños son muy espontáneos, pero también imprevisibles. ¿Cómo ha sido su experiencia con ellos en 'El árbol de los deseos'? Ha sido apasionante y muy bonita. A todos los que hemos visto algún programa de niños en la tele lo que más nos sorprende es su espontaneidad. Tú les puedes decir que hagan algo, que luego hacen lo que quieren y entonces tienes que desistir y comprendes que debes adaptarte a ellos en vez de ellos a ti. A mí me gusta mucho la improvisación y la sorpresa, con lo cual ha sido fantástico tener conmigo a estos improvisadores natos.

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¿Qué le han enseñado? Lo primero que te enseña un niño es a salir un poco de los cánones con los que nos han ido educando, porque hay toda una serie de normas y reglas que ellos aún no tienen en la cabeza. Así que esa frescura y esa inocencia que tienen te recuerdan lo que tú eras con su edad y haces una regresión bastante potente. He recordado mucho mi infancia y he vuelto a esas clases con las mochilas, los rotuladores… Me han devuelto unos años de vida.

{"zeta-legacy-phrase":{"name":"Edu Soto","position":"actor, presentador y m\u00fasico","text":"\u00abAl a\u00f1o siguiente de dejar al Neng no trabaj\u00e9 en la tele porque me llegaba m\u00e1s de lo mismo\u00bb"}}De todos los programas que ha hecho, ¿se puede decir que ha sido el que más le ha tocado emocionalmente? De todos los trabajos en los que he estado guardo grandes recuerdos y aprendizajes. Pero en cuanto a emotividad, este programa tiene un don muy grande. No se necesita ser muy empático para emocionarse, por ejemplo, con un padre que lleva cinco años sin ver a su hijo. He vivido situaciones muy bonitas, y también muy divertidas, porque  tampoco es un programa dramático. 

Decía que este programa le ha hecho revivir su infancia y su etapa escolar. Pero creo que no se le daban muy bien los estudios… La etapa de EGB me fue muy bien, pero cuando empecé segundo de BUP llegaron los fracasos escolares, digamos que porque en mi época yo nunca vi que los profesores me estudiaran o se adaptaran a mis necesidades, cosa que ahora creo que se da un poquito más. A mí el profesor nunca me dijo: "Eres un tío con mucha alegría, ¿por qué no tiras por las artes plásticas o por la música?" Yo, en octavo de EGB, me llevaba discos de The Police a la clase de música. Ya desde pequeñito tenía una historia con la música, pero a mí nadie me guió, nadie me dijo: "Tira por ahí".

No supieron motivarle. Yo estaba haciendo una serie de asignaturas que no me motivaban en absoluto y creo que el profesor jamás supo motivarme. La prueba está en que cuando tenía que salir del COU para hacer unas pruebas de acceso a la carrera de teatro, me lo saqué a la primera. Ahora, sin rencor, digo: Ojalá me hubieran enseñado a tocar el piano o la guitarra con 8 años, o me hubieran apuntado a clases de baile, porque son cosas que sé que desde pequeñito hubiera hecho de maravilla y ahora no tengo estas herramientas. Creo que yo estaba un poco rebotado con el sistema sin saberlo porque nunca acertaron qué es lo que se me daba bien.

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Tanto se rebeló que decidió no presentarse a la selectividad. Dije: Me quedo durmiendo, no me interesa. Porque yo no quería hacer ninguna carrera, quería hacer teatro. Estaba preparando el acceso al Institut del Teatre y me dije: tengo mucho curro, no voy a ir ahora al examen de selectividad, me quedo durmiendo media hora más, luego me levanto, me voy a la biblioteca y me pongo a estudiar lo mío. Tuve claro en ese momento que no me iba a sacar la selectividad por si acaso no  me iba bien en el teatro. Si no me iba bien, ya haría otra cosa.

Decía que había muchas cosas que le hubiera gustado aprender de pequeño, como tocar el piano o la guitarra, pero sí que ha estado mucho tiempo practicando canto. Sí,he estado unos 12 años haciendo clases de canto de forma intermitente. También he intentado por todos los medios aprender a tocar la guitarra. La chapurreo, pero no la toco como quisiera, y chapurreo la batería, pero no tan bien como quisiera, y ahora estoy con la trompeta dándole también… Pero ya a los 38 años el aprendizaje no es como cuando tienes 8, que todo es un juego, todo es absorción.

{"zeta-legacy-phrase":{"name":"Edu Soto","position":"actor, presentador y m\u00fasico","text":"\u00abLa m\u00fasica es uno de los grandes pilares de mi vida. Incluso compuse una canci\u00f3n para Lolita\u00bb"}}Sus dotes musicales ya las demostró en Tu cara me suena. Mucha gente se esperaba que iba a ser el fichaje para darle el tono de humor al programa, y estuvo a punto de ganar la edición en la que venció Ruth Lorenzo. Es que el público conoce lo que se exporta de ti. Me encantaría seguir sorprendiendo a la gente, yo creo que sin eso, no hay futuro. Yo me aburriría si hiciera siempre lo mismo. Y mi relación con la música fue una sorpresa para la gente, aunque es uno de los pilares de mi vida. Yo no podría vivir sin música, la devoro y la siento de una manera especial, porque incluso modifica mi estado de ánimo. Quiero hacer muchas cosas relacionadas con la música, pero son pasos. Yo he montado tres o cuatro grupos y nunca he dejado huella, pero siempre estoy ahí pensando y haciendo canciones. De hecho, hice una canción para Lolita en un disco y tampoco se sabe.

Su personaje del Neng de Castefa caló muy hondo entre el público, pero usted luego ha hecho multitud de cosas distintas. La gente recuerda al Neng, pero también reconoce a Edu Soto. Yo le atribuyo un tanto por ciento muy elevado a la suerte y, otro, a la constancia, al trabajo, y, sobre todo, a la cabezonería de no quedarte en un sitio. Justo al año siguiente de dejar Buenafuente, yo no trabajé en ninguna tele porque todo lo que llegaba era más de lo mismo, pero peor. Entonces me monté un monólogo y me fui a los bares de España habiendo hecho el Neng, porque había que comer.

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Una decisión valiente. No cualquiera se atrevería. Podría haber hecho cualquier otra cosa o me podría haber ido a un programa de estos que te resucitan y es pan para hoy y hambre para mañana. También a veces es la elección y la paciencia de pensar que no te llaman pero no ponerte nervioso y no tirar la toalla y, poquito a poco, ir esperando tu segunda oportunidad.

{"zeta-legacy-phrase":{"name":"Edu Soto","position":"actor, presentador y m\u00fasico","text":"\"He tenido muy buenas segundas oportunidades y estoy muy agradecido a quien me las dio\""}}Y al final le llegó. En ese sentido sí que creo que he tenido muy buenas segundas oportunidades y estaré siempre muy agradecido a la gente que me las dio. Y luego hay que estar a la altura de las circunstancias: si te dan un protagonista en un clásico tienes que recitar 10 versos, porque sino estás haciendo el capullo. Una segunda oportunidad te puede tirar para arriba o reventarte para siempre. Hay que estar ahí, estar preparado, y ya sabemos todos que en esta profesión hay momentos en los que tienes que hinchar el pecho porque no te lo ponen fácil, pero ahí estamos. Yo estoy contento de cómo han sucedido los acontecimientos.

¿Tiene muchos proyectos pendientes? Tuve que dejar la obra 'Incendios', por desgracia, porque era bastante incompatible con El árbol de los deseos. Es una de las funciones más bonitas que he hecho en mi vida, junto a Núria Espert, Laia Marull, Ramón Barea, dirigida por Mario Gas… Ha sido un pedazo de experiencia, un viaje maravilloso que tuvo que acabar pronto. Y ahora estoy un poquito tranquilo, con eventos, galas y cositas muy puntuales.

¿Y tiene algún proyecto televisivo en marcha? Tal vez a finales de mayo me incorporo a otra cosa de televisión, pero no puedo avanzar nada. Mientras, voy a intentar vivir un poquito.