Las 24 horas 'non stop' de 'El foraster' en Mercabarna

TV-3 emite este miércoles el especial en el que Quim Masferrer se sumerge en el macromercado de Barcelona en busca de pequeñas historias humanas

QUIM MASFERRER ESPECIAL EL FORASTER MERCARNA

QUIM MASFERRER ESPECIAL EL FORASTER MERCARNA / periodico

INÉS ÁLVAREZ / BARCELONA

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El ‘foraster’ no para. No contento con visitar pequeños pueblecitos de Catalunya en las cuatro temporadas del programa, Quim Masferrer y su equipoQuim Masferrer trufaron esta última con especiales protagonizados por personajes del hospital Vall d’Hebroncatalanes en Madrid,catalanes en Madrid gentes de Formentera y ahora le toca el turno a los ajetreados habitantes de esa especie de microestado que resulta ser Mercabarna,ajetreados habitantes de esa especie de microestado que resulta ser Mercabarna que dobla en hectáreas a la Ciudad del Vaticano. TV-3 ofrece este miércoles, 14 de septiembre (22.35 horas), el programa que muestra el desconocido mundo que oculta el macromercado de alimentos de la Zona Franca, “la despensa de Catalunya”, según define el incansable Masferrer.

Como le ocurre a todos los especiales de ‘El foraster’, el de Mercabarna tendrá unas peculiaridades. Para comenzar, Masferrer no convivirá 48 horas con los personajes del lugar visitado, sino que serán 24. Venticuatro horas ‘non stop’. “A medianoche comienza el mercado del pescado, luego viene el de la fruta, que empieza bien de mañana, luego está el de la carne… Y así sin parar. El ritmo es frenético, no hay tregua. Mercabarna es un país que no duerme”, dice el actor sobre el mercado más grande del Mediterráneo y el segundo más grande de Europa.

ATMÓSFERA DE TRABAJO

A lo largo del día, va cambiando el producto que se vende y también el paisaje humano. “La gente se va renovando”, explica el actor, mientras apunta como otra particularidad que el entorno de este especial es muy de trabajo, muy diferente al de los pueblecitos. “Aquí no pillas a la gente en algún momento de distensión o de paseo. Aquí están todos currando. Eso le confiere una personalidad diferente”, confluye. Por tanto, si suena el teléfono dejan de charlar con él para atenderlo. “Una llamada puede ser una venta”, dice, comprensivo.

Asimismo, en la realización no se incluyen preciosas estampas de paisajes de impecable fotografía que caracterizan al programa: “Aquí no hay más que naves industriales, furgonetas y cajas..., no hay puestas de sol ni un bonito mar”, aclara. No obstante, la mayor diferencia reside en que el esperado monólogo que siempre ofrece al final del programa, con el pueblo reunido en su teatro o plaza mayor, no se celebra aquí por la noche, sino a las 7.30 horas, cuando ha acabado el mercado del pescado y aún no ha comenzado el de la fruta. "Esta vez lo hice por mañana, y con una sensación como de 'jet lag'”, confiesa.

¿BARCELONA O BANGKOK?

Durante esas 24 horas en Mercabarna, Quim Masferrer y su equipo pudieron descubrir un entorno que se presenta como un pequeño país habitado por 6.000 trabajadores, con un peaje de acceso a modo de frontera, “policía y normas propias” y unos “códigos y estrategias” que al actor le hicieron sentir que presenciaba “una gran partida de póker”. “Además, con ese ritmo y tráfico frenéticos tenía la sensación de estar en otro país. De encontrarme en Bangkok y no en Barcelona”, añade Masferrer.

Lo que no ha variado con respecto a otros especiales y otros ‘forasters’ ha sido esa capacidad de recolectar pequeñas historias humanas que, como de costumbre, emocionarán, sorprenderán y/o divertirán al telespectador. Como la de la pescadera enamorada de una escórpora. “¡Mira qué ojos, mira qué bonita es!, me decía con emoción", recuerda. O la del vigilante del peaje, que visitó en ese momento de "calma chicha" que se produce a las 5 o las 6 de la mañana, al que encontró leyendo a Karl Marx. “¡Leía a Marx en el paraíso del capitalismo!”, se admira Masferrer.

UN NUEVO RETO

Para el actor y autor teatral cada especial es un reto. Lo fueron el del hospital Vall d’Hebron, el de Madrid y el de Formentera, lo ha sido este y lo será el próximo, que seguro que habrá. “A TV-3 le gustan mucho, porque funcionan muy bien”, comenta. Mientras, posiblemente en octubre, empezará la grabación de la quinta temporada del programa, y se sumergirá en nuevos pueblecitos en busca de pequeñas historias humanas. De “pequeños regalos”, como le gusta llamar a Masferrer.