Jorge Luengo inicia su 'Desafío mental'

“Lo que que pretende el programa es mostrar la parte emocional de las personas: cómo recordamos, por qué y cómo mentimos y cómo nos influyen las cosas de fuera”, resume el mentalista, quien se apresura a advertir que aquí no hay trampa ni cartón: “Las personas que aparecen no son actores, son 100% gente de la calle, y no hay ningún truco de cámara, croma o engaño… Es todo 100% real y la gente es de verdad”.

Sin cortes de cámara

Porque, según Luengo, una de las claves que lo hacen diferente es que tanto el anónimo como el famoso que aparecen no son meros espectadores, sino que “participan, escogen, eligen… y les ves sufrir, reírse o emocionarse”. La parte de la edición, otra de sus grandes claves, es que no hay cortes de cámara. “Hay dos o tres grabando en todo momento, y en ciertos lugares hay un tres planos secuencia: en uno se ve todo, en otro, un detalle, y en el tercero, la reacción de la persona. La pantalla se parte en tres, para que se vea todo. El objetivo es luchar contra toda esa magia televisiva de engaño, en la que un actor puede hacer de mago”, asegura.

Él, en cambio, aporta conocimientos suficientes como para demostrar que no es un farsante: empezó con la magia a los 8 años, a los 15 ya tenía espectáculo, a los 17 ya era profesional, a los 18 comenzó a estudiar sus carreras: tres ingenierías (informática, de sistemas y de gestión), psicología y neuropsigología, y a los 32 empieza una nueva etapa: la de estrenar en la televisión programa propio. “Había colaborado en ‘¡Qué tiempo tan feliz!’, ‘Todo va bien’…, pero ser la única persona que presenta, dirige y hace el guión y parte del montaje es un privilegio”, reconoce el mentalista de la ceja blanca, una secuela del estrés que ahora luce como seña de identidad.

Miedos y mentiras

En este programa (el primero, a la espera de que se emitan más) explora partes del cerebro de tres famosos y logra cosas sorprendentes. En el caso de Maggie Civantos la hace enfrentarse a su miedo a las agujas, una experiencia desagradable de la que ella sale diciendo: “Ha sido uno de los mejores días de mi vida”. El desafío con Cristina Pedroche, según Luengo, “tiene un final muy potente en el que no se trata de saber lo que alguien piensa, sino de hacer que piense lo que tú quieres”. A Abraham Mateo, que es muy expresivo, le explica “cómo funcionan las mentiras y los engaños y cómo reaccionar ante ellos”.

Porque parte de la gracia de la propuesta de ‘Jorge Luego: desafío mental’ es que explica ciertos conceptos. “La explicación te sorprende aún más”, asegura. “No solo se queda en el entretenimiento, sino que aprendemos cositas que nos ayudan a mejorar como personas”, concluye este extremeño acostumbrado a que le pregunten quién ganará las elecciones o cuál será el número de la lotería premiado: “Hay una parte que no se puede asegurar al 100%. No es lo mismo que lo piense una persona a que lo piensen muchas”. Y más difícil aún cuando muchas cosas no las sabe ni el interesado.