PROGRAMA CON SORPRESAS
Mil 'Ahora caigo' de risas y batacazos
'Ahora caigo' (A-3 TV) ha llegado a los 1.000 programas y lo quiere celebrar con los telespectadores. El concurso que presenta con salero Arturo Valls ofrece el lunes, 1 (18.45) varias sorpresas. EL PERIÓDICO estuvo en la grabación de este programa tan especial. Y así se lo contamos.
EL PERIÓDICO se cuela en la grabación del especial del concurso que presenta Arturo Valls que se emite hoy en Antena 3
Se cumplen los 1.000 programas de 'Ahora caigo', pero en los estudios de Sant Just Desvern (Barcelona), donde se graba el concurso, se palpa la excitación de lo nuevo. Porque una efemérides como esta merecía un gran regalo, y el espacio de Antena 3 lo ha tenido: la remodelación del plató. Ahora todo luce de un blanco deslumbrante y los sofás han sido cambiados por unos más mullidos y separados por pasillos que permitirán al 'hiperactivo' Arturo Valls, su presentador, saludar mejor al público allí presente. «Se ven tan cómodos que se me van a quedar dormidas las señoras», bromea Valls, mientras, contempla los preparativos. «El blanco es muy sucio, ¿eh? Siempre lo dice mi madre», sigue en su habitual tono de guasa.
Pero eso no es lo que preocupa al equipo técnico, sino la iluminación, que ahora deberá ser diferente, o cómo seguirán las cámaras al presentador por los nuevos espacios por los que se moverá… Se decide, entonces, grabar en segundo lugar el especial que conmemora las 1.000 entregas. No es cuestión de experimentar en ese programa.
TODO EN SU SITIO
Se hacen nuevas pruebas y las comprobaciones rutinarias, como que todo esté correcto en las trampillas por donde se precipitarán los concursantes (ya han pasado por ahí 9.000) o que los cartelitos que esconden los premios estén en su sitio (una chica lo comprueba metiendo su cabeza dentro de la tela negra que los cubre para que no se vean antes de tiempo).
El público, mientras, muestra la excitación propia de conocer por dentro la tele, aunque alguna señora mayor presuma de que esta no es su primera vez. A todos les ilusiona estar allí. Y esto se hace patente cuando irrumpe Valls en el plató. El público ruge, y no solo porque se lo ha pedido el regidor, Rocco Steinhaüser (conocido por programas de Jordi González), quien con gracia y descaro les hace olvidar lo pesado que pueden ser los rodajes.
LENGUAJE DE LOS PECHOS
La hora y media que dura la grabación del primer espacio se pasa volando. La concursante se ha llevado la pasta tras deshacerse de sus oponentes, que han visto cómo la dichosa trampilla se tragaba sus ilusiones. Entre ellos, un tipo que aseguraba hablar con los pechos, y lo demostraba. Valls, con más tablas que una mesa, enseguida le había dado la réplica. «Vaya mierda de lenguaje», simulaba decirle con sus pectorales. La casualidad había hecho que la respuesta a la pregunta formulada fuera: «Sofía Loren». El presentador lo remataba: «Esa sí que tenía poder en los pechos».
Entrega del premio y fin de programa. Tras la media hora de pausa, que el público aprovecha para engullir el 'bocata', se rueda el especial. Y lo que parecía fácil, se complica. Afloran los nervios. «No os paséis con los aplausos –recuerda Rocco al público–. Se tiene que oír al presentador». Entra este, saluda, corta la cinta que inaugura el decorado y entona una cancioncita pegadiza que habla de los 1.000 programas –«Ahora caigo/ caigo…»–, moviéndose por el plató y entre el público.
PÚBLICO DIVERSO
El concursante es esta vez un joven de Orihuela que practica un humor absurdo que parece descolocar al presentador. Pero en eso Valls es un maestro y una vez más le gana el pulso. Y se gana al público, que destaca por ser muy intergeneracional: estudiantes de grado medio de Audiovisuales de Barcelona, acompañados de sus profes, y gente de edad, esa que a Arturo Valls enternece especialmente. «La cantidad de gente mayor que me dice: ‘No sabes lo que nos acompaña este programa. Lo bien que me hace pasar la tarde de invierno’. Esto es lo que a mí más me gusta», asegura.
En el espacio no faltan tampoco los vídeos que recuerdan que se está de celebración. El primero de ellos recoge las felicitaciones de amigos de Ahora caigo. Entre ellos, Cristina Pedroche, Jordi Évole, Jorge Fernández, Pablo Puyol, Manel Fuentes… En su intervención, Josema Yuste, ex de Martes y Trece, simula confundir a Valls con Jordi Hurtado: «¿Quién ha sido?», bromea el presentador, tras el visionado. « ¡Ah, Josema Yuste! El de Cruz y Raya», suelta para vengarse.
VÍDEOS PARA RECORDAR
Más preguntas, más caídas y más vídeos: el de los disfraces que lucen presentador y concursantes en los especiales, el de las respuestas más absurdas, el de los concursantes que arriesgan y logran el premio máximo de 100.000 euros…
Tras entregar el premio al concursante, el 'Ahora caigo' número 1.000 llega a su fin. Pero aún queda una última sorpresa: entra en el plató una vistosa tarta adornada con la emblemática gallina ponedora, a cuyo alrededor se reúne todo el equipo para la foto de familia.
«Que cumpláis 1.000 más», les decía Jordi Hurtado en un vídeo. Un buen deseo que adquiere más valor al provenir de un experto en longevidad televisiva. Fuera de pantalla, Valls confiesa: «Yo estaría 1.000 programas más. Tengo libertad y barra libre para la estupidez, por lo que estoy muy a gusto». Se le nota. Traspasa la pantalla.
- SociedadDestrozos, puñaladas y "fiestas con escorts" en los nuevos rascacielos de lujo de Madrid: "Me fui por miedo
- SociedadDani Alves acude a firmar a la Audiencia de Barcelona para cumplir con las medidas impuestas para su libertad
- SanidadLa tosferina se dispara en Catalunya: los casos de este año ya multiplican por 13 los de todo 2023
- BarcelonaVídeo | Las olas causadas por la borrasca 'Nelson' vuelven a comerse las playas de Barcelona
- Tráfico y transportesEstos son los cambios en el permiso de conducir para los mayores de 70 años
- DeportesEl dueño de la Fórmula 1, cerca de cerrar un acuerdo para comprar MotoGP por 4.000 millones de euros
- SociedadCuando el 'bullying' lleva al suicidio: el lado más crudo del acoso escolar
- Ocio y CulturaMuere la periodista Anna Pérez Pagès, rigor y compromiso con la cultura
Un nanosegundo en el metaverso