NUEVAS PANTALLAS

Bienvenido, míster Netflix

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MANUEL DE LUNA / MADRID

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Más de 62 millones de abonados en medio centenar de países vieron alrededor de 10.000 millones de horas de cine y televisión durante  el primer trimestre del 2005. Este espectacular dato podría servir de carta de presentación en España de Netflix, el gigante estadounidense de televisión por internet que de-sembarcará en nuestro país (junto a Italia y Portugal) el próximo mes de octubre con el reto de cambiar nuestra forma de ver los productos audiovisuales en absolutamente todas las pantallas que nos rodean: televisores, tabletas, teléfonos móviles, ordenadores... y lo que esté por venir. Y todo, por unos ocho euros al mes. «Lo del precio no está aún decidido, pero teniendo en cuenta que en el resto de países de Europa, donde ya nos hemos instalado, está alrededor de esta cantidad, pues obviamente no variará mucho», apunta Joris Evers, director de comunicación en Europa de Netflix.

El secreto del éxito que ha hecho de Netflix un gigante en EEUU (el 40% de los hogares de este país   están abonados a su servicio), y que ahora le permite afrontar una arrolladora expansión internacional (el próximo objetivo es nada menos que China), es el de haber cambiado la forma de mirar la televisión: ver lo que quieres, cuando quieres, donde quieres y como quieres. Parece un sueño, pero gracias a internet (y a una tecnología de aplicación puntera) es una realidad. Y a partir de esta facilidad que ofrece la red, Netflix ofrece tres pilares sobre los que sustenta su éxito comercial, y que también aplicará en España: «Unos contenidos interesantes, una web con una interface de uso muy sencillo y accesible y, claro, un precio que es realmente bajo para lo que se ofrece», enumera Evers, quien asegura que no se plantean un éxito inmediato en su desembarco en España. «Al igual que en EEUU, vamos a trabajar con una visión de futuro -dice el directivo-. La primera fase es asentar la marca y consolidarla, y eso requiere tiempo… En EEUU hemos tardado siete años en tener el 40% de los hogares abonados. Si esta evolución se repite en España, ¡pues sería fantástico!»

 

Uno de los pilares de Netflix es precisamente su contenido, pero las incongruencias del mercado audiovisual harán que dos de sus más preciadas y conocidas series de producción propia, House of cards y Orange is the new black, no las pueda ofrecer en su catálogo, ya que para España los derechos los tiene la competencia (Canal+). «Sí, es una lástima, pero cuando empezamos a producir series no sabíamos tampoco cómo evolucionaría el mercado, y la estrategia que seguíamos, y nuestro objetivo, era asentarnos en EEUU, por lo que se vendieron los derechos internacionales, y ahora nos encontramos con esta paradoja», reconoce Stuart Gurr, responsable de la comunicación de contenidos originales de Netflix.

Pese a esta pérdida, Gurr asegura que tampoco este hecho les preocupa mucho, ya que tienen mucha producción propia nueva que es exclusiva de la plataforma, y mucha más que se está preparando. Sense8 (en la que interviene Miguel Ángel Silvestre), Daredevil, Bloodline, Marco Polo, Unbreakable, Kimmy Schmidt, Grace and Frankie (protagonizada por Jane Fonda), Chef's table…  son algunos de los títulos que ya podrían figurar en octubre en la oferta española de Netflix.

El paraíso del pirateo

Pero España no es precisamente jauja, y en Netflix son conscientes de los problemas que plantea un país que se ha convertido en un paraíso de los piratas de internet, donde ya hay una competencia importante (Movistar TV, Wuaki, Filmin…) y donde la red no siempre es una autopista, sino más bien una carretera secundaria.

«Hay pirateo, sí, pero una buena parte es debido a que no hay un acceso fácil al contenido -considera un positivo Evers-. Si ofreces uno rápido, de calidad, y sobre todo a un precio accesible, es seguro que empezará a primar la comodidad, y cambiará la mentalidad del consumidor, que no tendrá que sufrir productos de baja calidad, o falsos, y con alto riesgo de virus».

 

Sobre la competencia consolidada que hay en España, Evers también la considera buena, ya que incentiva la competitividad: «La televisión por internet va a seguir creciendo y hay mercado para todos. Además, nosotros basamos el 80% de nuestra oferta en producción internacional y, seguramente, la producción local será la fuerza de las empresas de aquí».

 

Y en cuanto a las deficiencias de la red, y con una visión de futuro, Evers tampoco le da más importancia: «El ancho de banda es importante para recibir producto de calidad, claro, pero eso es algo que seguro que irá a más y mejor. En España ya hay ofertas de 100 megas, algo que aún no se da mucho en EEUU, y no se reducirá. Piense que ahora estamos ofreciendo producciones en ultra alta definición (4K), que necesita velocidades de bajada de 25 megas…» Esto sí que es es ver venir el futuro.