ENTREVISTA

Roberto Enríquez: «'Vis a vis' es un salto cualitativo en la ficción»

El actor Roberto Enríquez reflexiona sobre el éxito de la serie carcelaria de A-3 TV

Roberto Enriquez

Roberto Enriquez

JUAN CARLOS ROSADO / MADRID

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Tras encarnar a Muley Hacén, sultán del reino de Granada y padre de Boabdil, en la serie de TVE-1 'Isabel', Roberto Enríquez (León, 1968) ha vuelto a la tele con 'Vis a vis' (22.40), serie carcelaria de A-3 en la que es Fabio, un funcionario de prisiones.

 

-¿Qué le parece la serie?

-Cuando vi el primer capítulo quedé bastante sorprendido, contento y satisfecho. Es un 'thriller' muy potente con un suspense continuo que te hace estar todo el tiempo con el culo apretado mientras lo ves. Tiene un punto sórdido y duro y luego humor negro. Además, la realización es brutal: la luz, el movimiento de las cámaras… Estoy muy contento.

-¿Ha hablado con funcionarios de prisiones para documentarse?

-Sí, más que nada por la cosa humana. Me sirvió para empaparme de cómo es la relación con los presos y la evolución de ellos desde que entraron. Cómo van sacando conchas para defenderse en un ambiente que es bastante hostil.

-¿Cree que algún funcionario se puede molestar con la serie?

-No creo... Hay algún funcionario que colabora en la entrada de droga, pero en las noticias te enteras de que existen carceleros así en la realidad.

-¿La ficción es una buena salida para una profesión con tanto paro?

-Es la única que tenemos. A no ser que cruces la frontera, es de lo que vivimos. Si no participara en 'Vis a vis' me sentiría absolutamente orgulloso de que en España se estuvieran haciendo estas series. Esta producción es un salto cualitativo en la ficción española, en la temática, en cómo está realizada, en su apuesta por actores completamente desconocidos. El primer día que vi a Laura Baena, que interpreta a Antonia, pensé lo valientes que habían sido al meter a no profesionales. Si no estuviera en esta serie, estaría deseándolo.

-Sus personajes en televisión y teatro son muy potentes. ¿Eso le pone el listón alto a la hora de elegir?

-Sí. Tras 'Isabel' no hice nada en televisión durante año y pico. Tuve ofertas, pero nada apetecibles. Preferí seguir con proyectos interesantes de teatro. Pero cuando cayó esto en mis manos dije que sí: los dos primeros capítulos que leí me parecieron incontestables.

-¿Están de moda las cárceles de mujeres en series y películas?

-No lo sé. Pero hay algo que atrae, como un imán, en ese mundo. El material dramático es muy interesante. Todo el que entra empieza a vivir una realidad brutal. Eso hace que todos los personajes estén en una situación muy potente. Es gente privada de libertad y que está atravesando una tesitura difícil. Por otro lado, se habla siempre de 'Orange is the new black'. No la conocía, pero la empecé a ver antes de grabar. Me pareció bien y me gustó, pero creo que no tiene nada que ver. Solo en el aspecto formal, que ellas van de naranja y las nuestras de amarillo, y en que las dos cárceles son privadas. Lo nuestro es un 'thriller' carcelario donde el humor es negro, y no como en Orange..., que es bastante más blanco.