TELEVISIÓN DE PAGO

'Hannibal' vuelve a comer

AXN estrena la tercera temporada de la serie sobre el popular caníbal

SERIE HANNIBAL

SERIE HANNIBAL / periodico

MANUEL DE LUNA / BARCELONA

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Dos décadas después que Anthony Hopkins pusiera rostro al 'serial killer' más fascinante y mediático de la historia del cine en 'El silencio de los corderos' (1991), el inquietante actor danés Mads Mikkelsen ('Casino Royale') le tomó el relevo en televisión con 'Hannibal' (2013), serie que no solo ha resistido las inevitables comparaciones con el original, sino que se ha consolidado como una obra de culto que ya llega a su tercera temporada, entrega que este viernes (0.05 horas) estrena el canal de pago AXN, apenas 24 horas después de su presentación oficial en la cadena estadounidense NBC.

Creada por Bryan Fuller ('Pushing Daisies', 'Heroes') y coprotagonizada por Hugh Dancy ('The Big C', 'Disparando a perros'), Laurence Fishburne ('CSI', 'Matrix') y Gillian Anderson ('Expediente X', 'La casa de la alegría'), 'Hannibal' no es una serie apta para todos los televidentes: inquietante, tétrica, oscura y muy, muy explícita cuando se trata de mostrar las exquisiteces culinarias que pirran al caníbal Hannibal Lecter. Unos manjares que aparecen en pantalla con una presentación primorosa que los hacen desasosegadamente apetecibles. No en vano el prestigioso chef español José Andrés, todo una personalidad en EEUU, es el asesor culinario; y también tienen una estilista para presentar los platos: la pintora y escultora Janice Poon. Así, el resultado no es apto para muchos estómagos.

Pero además de lo 'gore' que es ver los gustos culinarios de Hannibal, la serie es poco apta para quien no está dispuesto a sumergirse en una historia de digestión lenta y difícil: densa, llena de matices y sutilezas en los diálogos, con una puesta en escena primorosa, planos que buscan el encuadre perfecto y tramas que profundizan en la mente de asesinos que gozan matando. Un viaje alucinante al corazón de las tinieblas.

Y pese a que es un planteamiento que no soporta el grueso de la audiencia, 'Hannibal' es un producto de calidad que ha sabido encontrar su público. Esta tercera entrega se sitúa en Italia, adonde ha huido Hannibal con su psiquiatra, Bedelia (Anderson). Allí intenta mantener oculta su identidad, pero no su pasión por la cocina humana, que se presenta con toda su sofisticada crueldad desde el primer episodio. Lo dicho, un gran producto, pero de digestión lenta, para gustos peculiares y estómagos muy curtidos.