gastronomía DE PAPEL

Sor Lucía Caram edita sus recetas de Canal Cocina

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Sor Lucía Caram, azote de políticos y voz de los desfavorecidos, es también la cocinera de su convento y una de las estrellas de Canal Cocina. Ahora comparte en un libro (editado por Planeta) sus recetas "de tradición, de guerra" y asequibles, define quien ve "insultante" pagar 200 euros por un menú degustación. No ha comido en un restaurante con estrellas Michelin y "nunca" la encontrarán por la cumbre gastronómica Madrid Fusión, pero la cocina es para ella "un espacio sagrado, de mucho silencio" que le permite expresar amor por sus comensales y diseñar sus proyectos.

Impulsora de un banco de alimentos porque "hay gente que pasa hambre en España", le parece "insultante y una frivolidad" que se paguen facturas de tres cifras en los restaurantes de alta cocina. "Yo no quiero condenar absolutamente a nadie y me dirán que si uno tiene dinero puede hacerlo, pero hay cosas que se vuelven obscenas. No somos verdaderamente humanos si somos incapaces de conmovernos cuando hay gente a nuestro lado que se ve privada de lo más esencial que necesita para vivir y que es un pedazo de pan", ha dicho en una entrevista con Efe por la publicación de su libro.

En 'Las recetas de sor Lucía Caram' (Planeta) recoge preparaciones de su infancia que la devuelven a su Argentina natal, con su madre, su abuela libanesa y María, la mujer que la crió y que le enseñó a hacer las empanadillas tucumanas que tanto le gustan; pero también con su convento de Valencia, donde ejerció como pinche de cocina, y el actual de Manresa, del que es cocinera.

Todas ellas las preparó para un programa de Canal Cocina (es la primera monja de clausura que ha rodado en un plató) que ha sido un gran éxito para la cadena de pago, no sólo en España, sino también en Latinoamérica, según su directora, Mandi Ciriza. "Fue la primera vez que cociné con vitrocerámica", ha dicho Caram, cuyos platos favoritos son el asado argentino y la paella valenciana.

Pero sor Lucía Caram no puede hablar solo de recetas. "Los cinco años que pasé en el convento de Valencia fui una monja de clausura de verdad, no hablaba. Ahora no callo", bromea.