RODAJE EN LA CAPITAL DEL CAVA

Una serie de puertas abiertas

Habitaciones cerradas

Habitaciones cerradas / EFE / Jaume Sellart

INÉS ÁLVAREZ / BARCELONA

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Amadeo Lax (Álex García) desciende del automóvil, un coche de época verde botella, y tiende la mano a Teresa Bruxes (Adriana Ugarte), que luce un maravilloso vestido de novia de corte modernista. La pareja se para delante de una formidable casa de la Rambla de Nostra Senyora, de Vilafranca del Penedès, se miran con complicidad y se funden en un beso.

¿Un final feliz? No, simplemente se trata una de las secuencias de la miniserie 'Habitaciones cerradas', cuyo equipo, tras pasar por varias localizaciones de Castellbell i el Vilar y Mataró, está de rodaje en la capital del cava. El miércoles, algunos actores del reparto, encabezados por la actriz que dio vida a la inolvidable Sira en 'El tiempo entre costuras' y el atractivo protagonista de 'Tierra de lobos', así como el director, Lluís Maria Güell, lo compartieron con los medios convocados.

«¿Cómo es que vienen tantos famosos a Vilafranca?», pregunta, excitadísima, una jovencita a los periodistas. «¡Mira, ese es el Duque!», dice otra, erróneamente, señalando a Álex García. Los curiosos se agolpan para ver qué se cuece. Una señora se acerca tanto que tropieza y su osadía se salda con varias rasguños. A algunos actores acostumbrados a estas cosas, como Àurea Márquez y Jan Cornet, les sorprende la expectación causada por el rodaje: «Que no he robado nada, ¿eh?», bromea el actor, mientras le rodean cámaras y micros. «¿Qué serie dice que es?», pregunta a grito pelado una octogenaria, sin tener en cuenta si ya se había lanzado la orden de: «¡Silencio! ¡Acción!».

Lo que allí se gesta es Habitaciones cerradas, una miniserie de dos capítulos, coproducida por TVE-1, TV-3 y Diagonal que, como bien define su director, Lluís Maria Güell, se basa en «una historia muy potente, muy compleja»: la de la novela homónima de Care Santos, que fue un éxito de ventas. Según Güell, la escritora ha hecho una «supervisión modélica»: ha trabajado codo a codo con director y guionista y ha visitado varias veces el rodaje. El resultado le está gustando.

Protagoniza la ficción una familia burguesa de principios del siglo XX, los Lax, compuesta por Rodolfo, el patriarca, (Francesc Orella) y sus hijos Juan (Raúl García) y Amadeo (Álex García), un pintor que se enamora de Teresa (Ugarte). Pero los Lax esconden un secreto que solo desvelará, años después, la nieta del artista, Violeta (Bea Segura). «Al tiempo que circula la historia de aquella época, en la actualidad la nieta investiga su pasado familiar. Desde el punto de vista dramático y narrativo, este paralelismo es muy interesante», dice Güell.

El director encuentra la historia muy próxima. «Mi padre también era pintor, nació en Vilafranca de Penedès, donde tiene una calle, y hemos rodado en el cementerio de mis padres», confiesa. «Además, esta casa la hizo un tío de mi padre, Santiago Güell», dice señalando la preciosa mansión donde están rodando.

Amor y galletas

Y es delante de su fachada donde reciben a los medios algunos de los actores: Adriana Ugarte. Álex García, Francesc Orella, Raúl García, Toni Sevilla, Rosa Boladeras, Jan Cornet, Àurea Márquez, Diana Gómez y Bruno Sevilla. Una vez dentro de la elegante finca, cuatro de ellos hablan de su trabajo. «Teresa es una joven de clase acomodada, que parte de una situación de orfandad. El universo Lax abre para ella una oportunidad de tener una familia. Y, además, hallará el amor», dice Ugarte. Álex García recuerda con cariño las visitas de la autora de la novela: «Es majísima. Hasta nos trajo galletas. Disfrutó mucho del rodaje y recibió los cambios con los brazos abiertos».

Tras el encuentro con los medios, los actores siguen trabajando. Algo falla y Adriana y Álex deben descender varias veces del coche y besarse una y otra vez. Ella acaba de incorporarse al rodaje y apenas han coincidido. Tanto beso se lo pondrá mucho más fácil.