Rubén Cortada: "Espero que poco a poco mi trabajo le vaya ganando la partida a mi físico"

El actor cubano da vida al inquietante y atractivo narcotraficante Faruq en la serie 'El Príncipe' (Tele 5)

Rubén Cortada

Rubén Cortada / periodico

INÉS ÁLVAREZ / Barcelona

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Aunque ya había encarnado al malvado Jorge Infante en 'Bandolera', Rubén Cortada (La Habana, 1984) enamoró a media España femenina (sus increíbles ojos verdes tuvieron mucho que ver en ello) con su papel de Ramiro, el atractivo canalla que cambiaba el destino de la modista Sira en 'El tiempo entre costuras' (A-3 TV). Ahora da vida al enigmático e inquietante Faruq Ben Barek en la producción 'El Príncipe' (Tele 5). Dos ficciones, estas últimas, que han logrado verdaderos récords de audiencia. Sus ojos siguen hipnotizando, pero cada vez menos impiden que se aprecie su capacidad interpretativa. En el capítulo de hoy, el penúltimo de la temporada, se encontrará entre la espada y la pared.

–Ya no deberá cargar cajas en el muelle, ¿no? Porque menudo éxito está cosechando 'El Príncipe'...

–Y si tengo que volver a cargarlas, no sería un problema. Sabía que me estaba involucrando en un buen proyecto, que tanto a mí como a mi representante nos gustaba. Era una producción muy buena, sobre eso estaba tranquilo, pero el éxito es siempre caprichoso. Nunca se tiene la certeza de conseguirlo.

–Ha enlazado dos series que han logrado gran éxito. ¿No se estará malacostumbrando a los récords de audiencia? 

–En lo que a mí respecta, lo daré todo en cada uno de mis personajes durante toda mi carrera. No me dejaré nada dentro. Los récords de audiencia se los dejo a la elección del público.

–¿Sus ojos son su gran baza?

–Los ojos son un instrumento más de comunicación. Espero tener la capacidad de llenarlos hasta el final.

–Eso implica mucho trabajo, ¿no?

–Llevo tiempo preparándome para intentar hacer un buen trabajo en este oficio. Si el color de mis ojos me ayuda, bienvenido. Pero detrás hay mucho esfuerzo y muchas horas de preparación.

–Solo le conocemos en papeles de malo: Jorge Infante ('Bandolera'), Ramiro ('El tiempo entre costuras') y Faruq ('El Príncipe'). ¿Es más agradecido este tipo de personajes para un actor?

–Para un actor, cuantos más matices, claros y sombras tenga un personaje, más herramientas le da para construirlo. Te permite jugar más, pero me gustan todos los personajes, buenos y malos.

–Ramiro, su personaje en 'El tiempo...' fue tan odiado como deseado. ¿Era consciente de que usted y Peter Vives (Marcus Logan, en la serie) tenían a las mujeres españolas divididas?

–Ramiro es ese tipo de personaje seductor y divertido con el que sueñan las mujeres, pero no es para largo recorrido.

–Es fácil de entender el porqué, pero ¿cómo surgió la oportunidad de trabajar de modelo?

–Estaba estudiando Ingeniería Automática y le eché un pulso al destino, sabiendo lo que sería de mi vida al terminar mis estudios y ponerme a trabajar. Así que decidí viajar e ir a la aventura. Primero comencé con la moda, lo que me ha permitido pagarme los viajes y mis estudios de interpretación.

–No reniega de su pasado de maniquí. ¿Además de independencia económica, qué le ha aportado?

–En primer lugar, el resultado de las vivencias. El mundo de la moda me ha permitido conocer gente, lugares, experiencias e idiomas, y hacer realidad una de mis pasiones, viajar, además de tener la oportunidad de conocer diferentes culturas.

–¿Le está costando especialmente quitarse ese cliché?

–Al principio fue duro conseguir que me dieran una oportunidad. Espero que poco a poco mi trabajo le vaya ganando la partida a mi físico.

–En 'El tiempo...' su personaje no era protagonista, aunque marcaba mucho la historia. ¿Ha supuesto un antes y un después participar en esta producción? 

–Sin lugar a dudas, 'El tiempo...' fue el pistoletazo de salida.

–Faruq, de 'El Príncipe', resulta inquietante y enigmático. ¿Aún descubriremos algo más de él?

–Faruq es un personaje de luces y sombras. Tiene mucho por descubrir.

–¿Cómo ha trabajado el acento? En 'El Príncipe' no le han doblado, a diferencia de en la serie de la costurera que emitió Antena 3.

–'El tiempo entre costuras' se grabó hace tres años y el personaje de Ramiro era de Vitoria. En aquel momento era imposible utilizar mi voz, por lo que tuvieron que doblarme. Tres años después, con mucha disciplina y unos 'coaches' magníficos, he conseguido neutralizar mi acento y poder hablar como un español.

–Aunque dice no gustarle, ¿ya lleva mejor la fama?

–De momento logro convivir con ella. Es la parte que menos me gusta de mi profesión, ya que prefiero pasar desapercibido. En mi día a día suelo ser bastante bueno camuflándome.

–Ahora sueña con hacer cine, pero en España  no vive una buena época. ¿Será en otro lugar?

–De momento mi base está aquí. Tengo un par de proyectos. A ver qué pasa.

–¿Cómo viven en Cuba su éxito en nuestro país?

–A mi familia le he contado algo y se alegran por mí. Pero se mantienen al margen.

–¿Ha llegado a actuar en Cuba? 

–En mi país he protagonizado dos obras de teatro, ambas dirigidas por Humberto Rodríguez: Réquiem por Yarini y Santa Camila de La Habana Vieja.

–¿Se quedará en España o vivirá donde haya trabajo?

–De momento estoy aquí. Disfrutemos el día a día.

(Extracto de la entrevista publicada en el suplemento 'Teletodo' el 12/4/14)