Adriana Ugarte: "El robo de bebés me pone muy 'pasionaria'"

La actriz madrileña participa en la miniserie 'Niños robados', que emite Tele 5

Adriana Ugarte

Adriana Ugarte / periodico

JUAN CARLOS ROSADO / Madrid

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La exprotagonista de 'La señora' es una de las víctimas de la red de sustracción de bebés que se muestra en 'Niños robados', la miniserie de dos capítulos que se cierra esta noche en Tele 5Adriana Ugarte nos habla aquí de la dura experiencia que ha supuesto para ella el rodaje de esta ficción y la necesidad de meterse en las entrañas de su personaje.

-¿Cómo es el personaje que hace en 'Niños robados'?

-Soy Susana, la niña robada de la serie. Lo descubre en el segundo capítulo y por un hecho curioso que yo misma he estado investigando. Se trata de una especie de llamada de la naturaleza, de una llamada biológica. Cuando alguien adoptado da un paso importante en su vida, como tener un bebé o romper el cordón umbilical con los padres casándose, tiene una especie de sensaciones extrañas o raras que le hacen volver a sus orígenes. No es una cosa gratuita ni un capricho. En este caso, Susana tiene un hijo y siente por primera vez esa sensación de generar vida, lo que le hace retroceder al momento de estar en el útero materno. Y ahí es cuando se da cuenta de todo: en la búsqueda de esas raíces y en descubrir cómo se encuentra sola en un ambiente aparentemente perfecto, en el que no se levanta la voz y no hay discusiones.

-¿Cómo se ha preparado su papel?

-Con documentales, con la lectura del libro 'Vidas robadas' y hablando con gente que ha pasado por esas experiencias. Hay muchos casos,  más de 300.000. Es gente muy próxima que a lo mejor tienen 35 años porque esto se produjo hasta 1990. El problema es que te inscriben como hijo biológico. Si no es por esa llamada a que antes me refería, te puedes morir sin saber que eres adoptado. Ya no es la parte moral de robar vidas, sino la parte material de la falsificación: no hay un documento en el que puedas ver que eres adoptada. ¿Y dónde busco? No, todo está desaparecido.

-¿Qué le parece que estuviese implicada una parte de la Iglesia?

-No podemos hablar de gente en particular. Para mi este es un tema con el que me pondría muy 'pasionaria'. Pero nos han dado la instrucción de no hablar de personas concretas (por la célebre Sor María, ya fallecida) para evitar problemas.

-¿Pero me refiero a la Iglesia como institución?

-Las Hermanas de la Caridad no eran exactamente Iglesia porque no eran propiamente monjas. Eran una orden de origen francés que se constituyeron como una especie de asociación benefica que tenía acceso a las clases más humildes de la sociedad y también a las señoritas de clase alta, que habían metido la pata al quedarse embarazadas y se querían quitar de enmedio al niño. A las chicas incultas y de clase baja les lavaban el cerebro y les convencían de que tener un hijo soltera era una vergüenza.

-¿No sale malparada la Iglesia de este asunto?

-La Iglesia no se ve dañada directamente porque es una rama benéfica. A la Iglesia le ha venido fantástico. Que la Iglesia en sí estuviera involucrada, pues probablemente, pero no lo sabemos con certeza.

-¿Qué tiene usted en común con su personaje?

-Esa necesidad de no quedarme quieta y buscar siempre mis origenes o las razones de todas las cosas. A veces es un poco absurdo, porque no hay respuesta para algunas cosas.

-¿Qué ha sido lo más gratificante del rodaje?

-Nunca me había sumergido tanto en una historia como en esta, tan ajena a mi y tan difícil de entender. Y eso que he hecho muchísimo drama. El rodaje fue bastante duro psicológicamente: eso de ser un 2% de auténtica y un 98% de mentira y decorado, que es lo que me ha impuesto mi familia adoptiva. Estuve conectando con un terreno que es la soledad y la desvinculacion del mundo que te rodea. Era difícil cortar con eso cuando te ibas a casa. Cuando llevas 12 horas llorando en una secuencia, con tu hijo en brazos cayéndole los lagrimones de verdad... Es muy desagradable.

-Parece que se implica mucho con sus personajes...

-Me implico más de lo que debería, pero no sé hacerlo de otra forma. Estoy aprendiendo poco a poco a desvincularme y a poner distancia.

-¿Lo de meterse tanto en el papel es sintoma de ser buena actriz?

-No lo creo. Hay otros compañeros que son buenos profesionales y que saben desconectar. Es sintoma de que necesito mas tiempo para cortar el cordón umbilical sin perder los niveles de profundidad que voy consiguiendo.