tú y yo somos tres

La mossa y el tanga

FERRAN MONEGAL

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Sigue elGran Nordde TV-3, cada semana, trabajando impertérrito la degeneración de la astracanada. Los guionistas se enquistan construyendo historietas que a lo mejor pretenden que hagan gracia, y es pura grima lo que dan. Y las actrices y actores apechugan con lo que hay, y constituyen la única parte de este cutre culebrón por la que siento respeto. El otro día mandaron salir al esforzadoPep Cruz-como siempre, en su papel de rústico rupestre- y mientras ojeaba un diario nos decía que era un ejemplar del mes pasado porque resulta que él se divierte leyendo la prensa con un mes de retraso. ¡Ah! Quizá para refocilarse del trabajo de los informadores ante la siempre mutante realidad, es decir, confundiendo el periodismo con la videncia de la bola o la adivinación de las cartas del Tarot. También nos deleitaron con el grado de civilización que segúnGran Nord tienen las comarcas del Pallars. A saber: cuando dos vecinos tienen un problema se ponen unas armaduras y lo arreglan a bastonazos; y a eso lo llamanjudici raonat. Vale. Y finalmente esta semana hemos asistido a la excitación que les entra en el la localidad de Nord (que en realidad es el estimable municipio de Sorre) cuando ven unas bragas, o unos tangas, secándose tendidos en un balcón. Hasta a la mossa d'esquadraAnna(Aina Clotet) la hacen entrar en la delirante espiral de los tangas mágicos -unas braguitas prodigiosas que por lo visto tienen poderes extraños- y acaba acariciando una braga de regalo que le mandan. Estamos a la espera de si en el próximo episodio se la pondrá. Quién sabe, igual se la colocan por encima del uniforme, y no por debajo. Son muy originales.

RATOMAQUIA.- Si hace una semana fue una madre la que extirpó a su hija de las garras deMerceditas, y se la llevó del plató a toda velocidad, en la madrugada de ayer fueAmorla que le hizo a la condesa de Montseny un hermoso corte de mangas (G.H. La Re-vuelta, T-5).Merceditasespeculaba sobre si mujeres y hombres tenemos distintas formas de pensar. Dijo en un momento dado:«Amor, tú conoces las dos maneras de vivir, como hombre y como mujer... ¡No vamos a tapar la realidad de tu vida, guapa! ¡Tú has sido un chico!». O sea, volvió laMiláa flagelarla sin piedad, como aquellos que años atrás la herían gritándole«¡Amor tiene rabo!». Y entoncesAmor, muy dignamente, se levantó. Y la dejó plantada. ¡Ahh! Hay gestos muy reconfortantes.