tú y yo somos tres

Un lugar de la plaza de Letamendi

FERRAN MONEGAL

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Movió la programación la Televisió de Catalunya ante la noticia de la muerte deTeresa Pàmies. Y rescató, y reemitió, aquella luminosa entrevista que le hizoJosep Maria Espinàsen 1994, en aquel programa suyo, profundo y reposado, que se titulabaPersonal i intransferible(El 33). Celebro que nuestra gran televisión pública haya reaccionado como debía, moviendo lo que hiciera falta, ante la desaparición de una mujer de la talla, de la categoría, de Teresa Pàmies. En esta conversación conEspinàshay dos momentos particularmente intensos. El primero fue cuandoTeresaevocó la clandestinidad de los encuentros conGregorio López Raimundo en la plaza de Letamendi. Unos recuerdos que dejó escritos en su libroAmor clandestí. Esperaba ella aGregorioen una zona determinada, discreta, bajo la sombra arbolada de la plaza. Y si él no llegaba, le invadía un estado de ánimo inquietante que ella sintetizó con una palabra tremenda: «l'angoixa». El segundo es cuando habló del día, el primer día, en que finalmente pudo sentir la sensación de normalidad. Dijo:«Fue en el año 1977. Exactamente el día en que mi esposo fue liberado en Barcelona y llegó por primera vez a casa, y nuestro hijo pequeño pudo poner su nombre en el buzón de correos». ¡Ah! Por primera vez pudieron coexistir los apellidosLópez Raimundo yPàmies, juntos, en el humilde buzón del vestíbulo del inmueble. TeníaTeresa58 años de edad, yGregorio,63.

Conocí aTeresa Pàmiesa primeros de los años 90. Coincidimos muchas mañanas, durante años, en los programas deJosep Cuníen COM Ràdio y en Ona Catalana.Teresame hablaba de boleros y yo le hablaba de tele. Le interesaba poco eso de la tele. Me lo decía sin tapujos, como era ella, directa y franca, y con ese delicioso acento deles terres de Ponentque nunca perdió. A mí, en cambio, siempre me interesaron los boleros que ella me hacía escuchar.

Teresatenía también un sentido del humor muy particular. En una entrevista conJulia Otero(La columna, TV-3, febrero del 2002), hablando de los años, y de las arrugas, advirtió:«Las mujeres envejecemos mejor que los hombres, excepto aquellas que han sido mujer bandera. A ésas, cuando les sale la primera arruga, lo pasan fatal». Y cuandoJuliale preguntó si conocía aSara Montiel, respondió:«Debe haber sufrido mucho: era muy guapa». ¡Ahh!TeresaPàmies, te echaremos en falta.