tú y yo somos tres

El 'trolex' de Cándido Méndez

El líder de UGT explica el origen de su reloj ('El intermedio').

El líder de UGT explica el origen de su reloj ('El intermedio').

FERRAN MONEGAL

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Delicadas andanadas de la brunete televisiva de Intereconomía TV contra los líderes sindicalesToxoyMéndez.En el acreditado y ecuánime programaMás se perdió en Cubalos han puesto a parir lanzando a las Españas una colosal pregunta: «¿Quién es más golfo, Toxo o Méndez?»,o sea, una formulación equilibrada y exquisita. En vista de tanta furia cavernícola,Wyomingmandó aThaïs Villas(El intermedio, La Sexta) a que entrevistase aMéndez para que pudiera defenderse un poquito.«De todo lo que os han dicho, vagos, sindicalistos, paletos en coche oficial..., ¿qué es lo que más te ha dolido?»,le preguntó Thaïsen un momento dado. YCándido,desabrochándose el reloj de su muñeca y enseñándolo, contestó:«Lo de este reloj. Me han pretendido endilgar que llevo un Rolex, pero este relojito, que tiene más de 25 años, pone en la esfera que es del sindicato italiano UIL. Me lo dieron en una escuela de formación que se dedica a trabajos subacuáticos».¡Ahhh! Efectivamente, advertimos enseguida que el relojito no llevaba ni la típica corona de los Rolex, ni nada, o sea que lo que le regalaron aCándido Méndezfue una réplica -bastante bien hecha, por cierto-, lo que en el argot llaman un trolex, que vale 20 euros en el mercado chino. Hombre, esta explicación de la verdad del relojito redime al benditoCándidode las acusaciones de sindicalista con lujos. Pero asusta pensar que alguien le denuncie por el uso de una imitación, falsedad relojera que está muy perseguida.

¿CULPABLE O INOCENTE?.-El uso de las empresas demoscópicas, de sondeos y consultas, en la tele a veces se transforma en un abuso delirante y maligno. El otro día, por ejemplo, enEl gran debate(T-5) que hizoJordi GonzálezsobreUrdangarin,siendo una sesión interesante, tuvo un momento reprochable. Fue cuando se anunció a bombo y platillo que habían contratado a una prestigiosa firma de sondeos para que llamasen por teléfono a 2.000 ciudadanas y ciudadanos, al azar, preguntando:«¿Cree usted que Urdangarin es culpable o inocente?».¡Ahh! Es una pregunta tan canalla como inútil. ¿Qué diablos sabemos nosotros, los humildes y silvestres transeúntes, sobre algo que un especialista, un juez, está precisamente ahora mismo analizando y no se ha pronunciado todavía? Este tipo de incitaciones sobre la ciudadanía conduce al linchamiento público.