CRÓNICA

Una Eurídice arrebatadora

El binomio Sansa-Albertí ofrece con maestría el apasionado texto de Magris

Carme Sansa maravilla en el Tantarantana con su capacidad expresiva.

Carme Sansa maravilla en el Tantarantana con su capacidad expresiva.

CÉSAR LÓPEZ ROSELL
BARCELONA

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Un foco iluminando su rostro y su silueta. Carme Sansa, sola frente a un mundo que ya le es ajeno. Las palabras encadenadas del gran texto de Claudio Magris (Trieste, 1939) salen de sus labios con una cadencia e intensidad emocional solo al alcance de las grandes actrices. Basta la expresión de su rostro para comunicar cuanto de profundo hay en Vostè ja ho entendrà, reescritura de Orfeo y Eurídice elaborada por el autor de El Danubio 10 años después de la muerte de su esposa y musa, Maria Madieri.

El relato desgranado por la arrebatadora actriz, enteramente vestida de negro, en el escenario del Teatre Tantarantana no es más que la correa de transmisión del verdadero amor que Magris sintió y todavía siente por la mujer con la que compartió su vida y que tanto le ayudó en el proceso creativo de su aclamada trayectoria.

Eurídice/Maria habla con el invisible presidente de la Casa de Reposo, denominación que aquí se da al reino del Hades y le comunica que renuncia al concedido reencuentro con su Orfeo. No desea volver al mundo de los vivos y, con su narración, inicia un renovado viaje por el mito en el que incide en la relación existencial, no exenta de problemas y contradicciones, entre los dos amantes.

AUTENTICIDAD / La moderna Eurídice no escatima detalles al recordar las relaciones más íntimas. Sueños e intercambio de caricias, pero también mucha poesía y esa fuerte comunión moral entre ellos. Este Orfeo, siguiendo los dictados del clásico, ha logrado descender al reino de los muertos, pero lo ha hecho con la palabra. Durante una hora, la dicción y gestos de una gran Sansa, admirablemente dirigida por Xavier Albertí, transmiten la fuerza y autenticidad de tan sólidos sentimientos.

No hay ni un segundo de respiro porque la sinceridad del relato y su riqueza de matices atrapan de principio a fin. En resumen, una de las escasas joyas teatrales de Magris que solo podrán disfrutar hasta el 8 de enero. No se la pierdan.