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Entrevista

Markus Villig, director ejecutivo de Bolt: "En Europa no competimos por ver quién tiene el mejor producto, sino por quién tiene más dinero"

A sus 31 años, el multimillonario emprendedor estonio lidera la empresa de transporte bajo demanda y comida a domicilio que busca consolidarse como el Uber de Europa, reniega de la regulación y pide medidas para impulsar el sector tecnológico

El cofundador y director ejecutivo de Bolt, Markus Villig.

El cofundador y director ejecutivo de Bolt, Markus Villig. / Meeli Küttim

Carles Planas Bou

Carles Planas Bou

Tallin (Estonia)
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Cuando tenía tan solo 19 años, Markus Villig pidió un préstamo familiar de 5.000 euros para fundar una empresa de transporte bajo demanda que soñaba con ser la Uber de Europa. Ahora, con 31, dirige Bolt, el pequeño proyecto que ha convertido en una de las grandes compañías tecnológicas del Viejo Continente. Su aplicación para reservar trayectos en coche, alquilar biciletas y patinetes eléctricos y para pedir comida a domicilio cuenta con más de 200 millones de clientes en más de 50 países. Bolt ingresó el año pasado 2.000 millones de euros.

EL PERIÓDICO ha podido sentarse a charlar con el influyente emprendedor estonio, el milmillonario hecho a sí mismo más joven de Europa y el que ha alumbrado a un unicornio —como se denomina a las empresas emergentes cuya valoración alcanza o rebasa los 1.000 millones de euros— a más temprana edad.

Villig advierte de que Europa se está quedando atrás en la carrera tecnológica global, promete que el próximo año empezará a desplegar su flota de coches autónomos y deja un recado especial para Barcelona al señalar que la regulación local y la fuerza del sector del taxi hacen de la ciudad condal "uno de los lugares más locos" en los que Bolt ha tratado de desembarcar.

Bolt ha demostrado poder competir con los gigantes de la industria. ¿Cree que habría prosperado en el entorno actual?

Hoy todavía hay muchas regulaciones que limitan el crecimiento del sector y frenan la innovación. Hay muchos países europeos con visión de futuro que han llevado a cabo las reformas normativas necesarias, pero la mitad de Europa aún no lo ha hecho y no puede permitirse la digitalización en el sector del transporte. En Alemania, Italia y España, las normas son las mismas que en los años 90. Viven en un mundo como si los smartphones no existieran.

En Alemania, Italia y España, las normas son las mismas que en los años 90. Viven en un mundo como si los 'smartphones' no existieran.

¿Pasa el futuro de vuestra industria por los coches autónomos?

Sí, será uno de los sectores más importantes para las próximas dos décadas. Esta tecnología salvará vidas y supondrá un enorme ahorro de tiempo y dinero para las personas. Pero no podemos cometer los mismos errores y quedarnos atrás, tenemos que crear una normativa que lo respalde e invertir en líderes locales para que, una vez más el mercado no esté únicamente dominado por EEUU y China.

¿Puede Bolt ayudar a Europa a ponerse al día con esa tecnología?

Bolt es la única oportunidad que tiene Europa. No hay ninguna otra empresa en el sector del transporte que tenga las capacidades que tenemos en términos de capacidad de inversión, tamaño de la empresa, relaciones con los reguladores, competencia tecnológica, etc. Entonces, ¿quién más va a invertir en esta tecnología?

A corto plazo, los robotaxis no tendrán ningún impacto negativo en los conductores

Habéis señalado que en 2026 ya habrá coches autónomos en Estonia.

Y en Italia. Probablemente también pronto en otras partes de Europa.

¿No amenaza esa automatización con dejar sin empleo a los cientos de miles de conductores que usan Bolt?

En la mayoría de ciudades, todos estos taxis solo representan el 1% de todos los desplazamientos que se realizan en la ciudad. El 99% son con coches particulares o transporte público. Si se añaden coches autónomos al mercado, se ampliará el mercado. Mucha más gente utilizará el servicio. Así que no creemos que esto tenga, a corto plazo, ningún impacto negativo en los conductores.

En Europa no hay ninguna empresa bien capitalizada y con el equipo tecnológico adecuado para los coches autónomos

Frente a la competencia de EEUU y China, ¿tiene alguna ventaja ser una firma europea?

Por ahora solo hay desventajas. Esos países tienen mucha más voluntad de invertir. En China hay cinco empresas de coches autónomos que han recaudado miles de millones de dólares y cuentan con fabricantes como BYD que dominan por completo el mundo del automóvil e invierten mucho en esta tecnología. En EEUU hay otras diez empresas de robotaxis financiadas por gigantes como Google o Amazon.

En Europa no hay nada, ninguna empresa bien capitalizada y con el equipo tecnológico adecuado. Hay que crear un líder local. De lo contrario, pasará lo mismo que nos ha pasado con la industria automovilística tradicional.

Así que aboga porque la UE aplique políticas más proteccionistas y los Estados subvencionen más a empresas como Bolt.

No creo que haya otra opción. Europa ha perdido todos los sectores en los que no lo ha hecho bien. China está impulsando sus empresas en sectores cruciales como baterías, energía solar, automóviles, IA y ahora conducción autónoma, empresas muy fuertes que salen del país para ganar en otras regiones. Solo han podido crecer hasta poder competir a nivel mundial porque desde el principio les dieron financiación y protección. Sin eso, pasará lo mismo que ha pasado una y otra vez. Después de 20 años así deberíamos aprender la lección.

Son dos ligas distintas.

El terreno de juego no está equilibrado. Nuestros competidores están recibiendo miles de millones de dólares de EEUU y los invierten aquí. Subvencionan esos mercados con tanto capital que las empresas europeas no pueden competir. Por lo tanto, no es como si estuviéramos compitiendo por ver quién tiene el mejor producto. Estamos compitiendo por ver quién tiene más dinero.

El terreno de juego con China o EEUU no está equilibrado. No competimos por quién tiene el mejor producto, sino por quién tiene más dinero.

En ese sentido, la estadounidense Lyft ha comprado la app de movilidad alemana Freenow a BMW y Mercedes Benz por 175 millones de euros. ¿En qué situación deja a Bolt esa expansión?

Somos los líderes europeos. Llevamos 12 años con esto y seguimos creciendo y teniendo éxito en muchos mercados. Pero que la competencia juegue con reglas injustas dificulta la vida a los locales, por supuesto.

La mayor parte de la financiación de Bolt proviene de EEUU.

Podríamos haberlos recaudado entre inversores europeos, pero no había financiación europea disponible.

Elegiste establecer Bolt en Estonia en lugar de ir a EEUU, donde está el dinero. ¿Fue la decisión correcta?

Sin duda nos complicó las cosas, pero soy un gran patriota europeo. Estamos aquí porque queremos que Europa tenga éxito y crezca. Y si empresas como la nuestra hubieran seguido marchándose a EEUU, no creo que Europa tuviera un gran futuro. Así que espero que en los próximos 10 años eso se amortice y resulte ser una buena decisión.

Europa debería inspirarse en China para impulsar a las pequeñas empresas

¿Cuál es tu receta para que el ecosistema tecnológico europeo florezca?

En primer lugar, eliminar la normativa ineficaz y que no cumple su propósito. En segundo, averiguar cómo conseguir más capital. En Europa, el dinero está en las clases de activos equivocadas, ya sean fondos de pensiones, fondos de seguros o ahorros personales. No tenemos una cultura como la de EEUU en la que se invierte mucho en la industria tecnológica y en fondos de capital riesgo. Sin ese dinero, las empresas europeas están infracapitalizadas. En tercer lugar, hay que encontrar la forma de apoyar a estas pequeñas empresas locales hasta que crezca. Ni digo que China tenga el mejor modelo, pero deberíamos inspirarnos en él.

¿Debería Europa parecerse más a Estonia?

Estonia no es perfecta, pero creo que lo hace casi todo mejor que en el resto de la UE.

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