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La innovación recargable que planta cara al despilfarro energético, de Xtorm

La sostenibilidad doméstica gana terreno con las pilas Xtorm NextGen AA y AAA, recargables por USB‑C hasta 1.500 veces, que reducen residuos y promueven un consumo más consciente

Xtorm battery

Xtorm battery

Pilar Enériz

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Barcelona
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En casi todos los hogares del mundo, los mandos a distancia, relojes o linternas dependen de pilas desechables que, una vez agotadas, acaban en contenedores repletos y, a menudo, mal gestionados. Este hábito, aparentemente inofensivo, tiene un coste ambiental considerable: entre los metales pesados, las emisiones derivadas de su producción y los residuos tóxicos de su desecho, las pilas de un solo uso figuran entre los productos más contaminantes del consumo cotidiano, según datos de la Agencia Europea del Medio Ambiente (EEA).

Luis Miguel Manjón, responsable en España de Telco Accessories Group (TAG), lo resume con una reflexión de interés: “No podemos preocuparnos por el cambio climático y seguir comprando pilas”. Este planteamiento se alinea con las recomendaciones del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), que urge a sustituir productos de un solo uso por soluciones recargables y duraderas.

La apuesta recargable de Xtorm

La multinacional neerlandesa TAG ha lanzado al mercado las nuevas Xtorm NextGen AA y AAA, pilas recargables mediante conexión USB‑C que pueden reutilizarse hasta 1.500 veces. Este avance técnico no solo reduce notablemente la necesidad de fabricar y desechar pilas convencionales, sino que democratiza el acceso a una energía portátil más limpia. Un único cable USB‑C permite cargar hasta cuatro pilas a la vez, eliminando adaptadores o cargadores específicos.

Manjón destaca que la innovación no se limita a la recarga: “Estas pilas, gracias a su baja autodescarga, conservan su energía incluso tras años de inactividad. Eso significa que si pasan seis años guardadas, siguen siendo útiles”. Esa longevidad representa un paso más hacia una economía circular basada en la durabilidad y la eficiencia energética.

Las Xtorm NextGen mantienen una tensión constante de 1,5V a lo largo de cada ciclo, para un rendimiento estable de dispositivos como linternas, mandos o juguetes electrónicos, incluso al final de la carga. Esta estabilidad eléctrica, habitual en baterías de litio pero rara en pilas recargables convencionales, mejora la experiencia de uso sin sacrificar sostenibilidad.

Un impacto tangible en residuos

Según el Instituto de Investigación Ambiental de Estocolmo (SEI), una sola pila recargable puede sustituir a centenares de pilas alcalinas, evitando la emisión de hasta 30 kg de CO₂ durante su vida útil. A ello se suma el impacto positivo en los circuitos de reciclaje: la reducción del 95% de residuos metálicos respecto a productos de un solo uso, según cifras de la Asociación Europea de Fabricantes de Baterías Portátiles.

En términos prácticos, un hogar medio que sustituya sus pilas convencionales por recargables podría ahorrar hasta 40 € anuales y evitar el desecho de más de 100 pilas al año, de acuerdo con estimaciones de organizaciones como Greenpeace y Ecoembes.

Tecnología y sostenibilidad de grupo

TAG, matriz de marcas como Xtorm, Just in Case, LinQ by Elements o Gecko Covers, lleva más de una década desarrollando accesorios tecnológicos con criterios ecológicos. Su política industrial se fundamenta en el uso de plásticos GRS reciclados y aluminio 100 % reutilizado, materiales que reducen la huella de carbono en cada etapa de producción.

“No se trata solo de que duren más, sino de fabricar menos y mejor”, sostienen fuentes de TAG. Esta estrategia conecta con las tendencias de consumo responsable que impulsan la Comisión Europea y los sellos EnergyStar y TCO Certified, orientados a equipos electrónicos más sostenibles y fácilmente reparables.

Una transición necesaria

La revolución recargable es, en definitiva, un reflejo de un cambio de mentalidad. Frente al modelo de “usar y tirar”, las pilas recargables USB‑C integran comodidad, eficiencia y compromiso ambiental. En palabras de Manjón, “el planeta se cuida también desde los pequeños gestos tecnológicos: cada recarga sustituye a un desecho y cada reutilización suma a la sostenibilidad global”.