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Creadora de ChatGPT

OpenAI abandona su plan de ser una empresa con ánimo de lucro tras la batalla legal con Elon Musk

La rama comercial de la start-up de inteligencia artificial seguirá siendo controlada por una junta sin ánimo de lucro

De izquierda a derecha, Elon Musk, propietario de X, y Sam Altman, director ejecutivo de OpenAI

De izquierda a derecha, Elon Musk, propietario de X, y Sam Altman, director ejecutivo de OpenAI / Nacho García

Carles Planas Bou

Carles Planas Bou

Barcelona
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OpenAI da marcha atrás y no se convertirá en una empresa con ánimo de lucro. La start-up de inteligencia artificial, creadora de ChatGPT, anunció el lunes que abandona sus planes de reestructuración interna.

El presidente de la compañía, Bret Taylor, explicó que esa maniobra llega después de "escuchar a líderes cívicos y entablar un diálogo constructivo con las oficinas del fiscal general de Delaware y del fiscal general de California".

Ambos investigan la demanda presentada por el magnate tecnológico Elon Musk, que se ha opuesto a los planes de reestructuración asegurando que OpenAI, compañía que cofundó en 2015, debe trabajar no por razones económicas, sino "para el beneficio de la humanidad". La justicia había programado un juicio con jurado para marzo de 2026.

De esta manera, la entidad comercial de OpenAI seguirá siendo supervisada por una junta cuya misión no es ganar dinero con el lanzamiento de nuevos productos de IA, sino alcanzar la llamada Inteligencia Artificial General —un controvertido término que se refiere a una IA que iguale o supere las capacidades humanas— y "garantizar que beneficia a toda la humanidad", como ha reiterado Sam Altman, cofundador y director ejecutivo de OpenAI.

La filial comercial se convertirá en una corporación de beneficio público, una entidad con fines de lucro pero que al mismo tiempo perseguirá una misión social. Otras compañías de IA como Anthropic o xAI, de Musk, también se acogen a este modelo. Esa estructura permitirá a OpenAI recaudar más dinero, mientras que sus inversores y empleados contarán con acciones sin límite de revalorización.

Musk mantendrá su demanda

OpenAI responde así a la creciente presión legal ejercida por Musk y sus abogados. El hombre más rico del mundo ha presentado una demanda contra la start-up para bloquear la transición de su control hacia una entidad con ánimo de lucro. Gigantes tecnológicos como Meta y grandes expertos en este campo como Geoffrey Hinton, premio Nobel y apodado el padrino de la IA, también se han opuesto a la reestructuración y han pedido a los reguladores frenarla.

Aun así, Musk pretende seguir adelante con su demanda contra OpenAI. "Nada en el anuncio de hoy cambia el hecho de que OpenAI seguirá desarrollando IA de código cerrado en beneficio de Altman, sus inversores y Microsoft", explicó Marc Toberoff, abogado del magnate, este lunes.

Esa posibilidad molesta a la start-up de IA. "Que Elon siga con su demanda infundada solo demuestra que siempre fue un intento de mala fe de frenarnos", ha lamentado uno de sus portavoces. En febrero, Musk aseguró que pagaría 97.400 millones de dólares para comprar OpenAI, una oferta que Altman rechazó de plano asegurando que ni la compañía ni su misión "están en venta". "Probablemente solo intenta retrasarnos", añadió el director ejecutivo de la famosa start-up. "Son tácticas para debilitarnos porque estamos haciendo grandes avances".