Advertencia ante el Congreso
La seria advertencia del creador de ChatGPT sobre la inteligencia artificial: "Puede salir muy mal"
"Las reglas han cambiado": la IA impulsa una nueva era de propaganda política
La Unión Europea endurecerá las normas para usar ChatGPT

El director ejecutivo de OpenAI, Sam Altman, comparece ante el Congreso de EEUU / Elizabeth Franz (Reuters)

Carles Planas Bou
Carles Planas BouPeriodista
Periodista especializado en tecnología y poder. Escribe sobre IA, capitalismo de plataformas, privacidad y derechos digitales. Excorresponsal político en Berlín entre 2015-2019. También ha cubierto la actualidad en Europa Central y Canadá. Graduado en Periodismo por la URL y máster en Relaciones Internacionales por la UAB. Ha colaborado con medios como TVE, Catalunya Ràdio, Deutsche Welle, TV3, Cadena SER, El Orden Mundial o Watif.
Carles Planas Bou
La inteligencia artificial (IA) necesita una regulación. El cofundador de OpenAI, Sam Altman, ha comparecido este martes ante el Senado de Estados Unidos para pedir a los legisladores que establezcan una normativa que limite el uso de sistemas como su creación, el popular y controvertido ChatGPT. "La intervención regulatoria de los gobiernos será fundamental para mitigar los riesgos de modelos cada vez más potentes", ha explicado.
En su testimonio, Altman ha defendido los potenciales usos beneficiosos de su herramienta, como acelerar la investigación sobre el cambio climático o la "cura del cáncer". Aun así, también ha alertado sobre sus riesgos: "Mi peor miedo es que esta tecnología salga mal. Y si sale mal, puede salir muy mal". Esa advertencia se refiere al impacto que ChatGPT pueda tener para amplificar la desinformación. Y es que, además de replicar informaciones incorrectas, este chat conversacional puede ser instrumentalizado para acelerar campañas de influencia orquestadas, según los expertos.
El cofundador de OpenAI, empresa ahora participada por Microsoft, ha comparecido ante las autoridades políticas de EEUU en un ambiente mucho más relajado que el que han encarado en el pasado los líderes de grandes empresas tecnológicas como Facebook, Google, Twitter o, más recientemente, TikTok.
Propuestas de regulación
Altman ha propuesto al Gobierno de EEUU por establecer un conjunto de estándares de seguridad en el desarrollo de la IA, así como crear una agencia que otorgue licencias a las empresas del sector y que vele por el "cumplimiento de las normas". El joven inversor también apoyó la creación de una organización internacional que ponga normas, equiparando este caso con el tratado de no proliferación de las armas nucleares.
Otros expertos han apuntado en una dirección similar, señalando que un panel intergubernamental de la ONU podría estudiar esta tecnología –de la misma forma en la que se ha hecho con el cambio climático– para que los países tengan más evidencia empírica en la que basar sus regulaciones.
Sin embargo, la posición de Altman y OpenAI despierta recelos, pues por un lado piden regulación mientras que por el otro aceleran el despliegue de las herramientas de IA sobre las que advierten. "Se supone que el gobierno debe ser un equilibrio respecto a la industria. Si la industria redacta las leyes, entonces no hay equilibrio", ha explicado a 'The Washington Post' la reputada científica de computación Timnit Gebru.
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