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Análisis de 'Dragon Quest XI': una aventura épica para reconectar con Occidente

El juego 'Dragon Quest XI: Ecos de un pasado perdido' está ya a la venta para PS4 y PC/Steam

Dragon Quest XI: Ecos de un pasado perdido.

Dragon Quest XI: Ecos de un pasado perdido. / periodico

Josep M. Berengueras

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La saga Dragon Quest levanta pasiones en Japón. En Occidente, sin embargo, ha corrido peor suerte: pese a que cuenta con su público fiel, nunca ha sido un fenómeno de masas como en el país del sol naciente. Los motivos pueden ser varios, pero antes que fijarse en esos detalles, mejor directamente corregirlos. Y es lo que ha hecho Square Enix con Dragon Quest XI: Ecos de un pasado perdido, una aventura magna para PlayStation 4 y PC/Steam que deslumbra.

Este JRPG llega a Occidente casi un año después de su lanzamiento en Japón, pero poco importa la espera (una vez ha salido ya) viendo el resultado: un juego que encandila a los amantes de los juegos de rol, un género con millones de adeptos. Y para lograrlo, nada mejor que un trío de lujo para desarrollar el título: Yuji Horii como creador de la saga, Akira Toriyama (autor de Dragon Ball) como diseñador de personajes y Koichi Sugiyama (habitual de la saga Dragon Quest) como compositor de la banda sonora. Casi nada.

El juego conmemora el 30 aniversario de la franquicia, y en este caso narra la historia de un joven de 16 años a punto de participar en la ceremonia de mayoría de edad de su pueblo, que viaja hasta la Roca Sagrada junto con su amiga de la infancia. Tras una serie de inesperados acontecimientos, el intrépido aventurero aprenderá que es la reencarnación de un legendario héroe de una era olvidada.

El viaje que emprende el usuario es simplemente espectacular. La inmensidad del terreno, la combinación de elementos, la multitud de los personajes, las misiones, el diseño de las ciudades, las travesías... Todo sorprende y engancha al mismo tiempo. Pasearse por el mundo creado para la ocasión por Horii es toda una experiencia que vale la pena, aunque para disfrutarlo al máximo habrá que ser fan de este tipo de juegos.

Los monstruos, cómo no, tendrán su protagonismo, aunque en esta aventura destacan sobre todo los personajes que se van cruzando en el camino del protagonista. El título mezcla muy bien tanto innovaciones como esa esencia clásica de la saga, mientras como siempre el combate tiene su espacio. En este caso, para los no habituados a los RPG, el usuario tiene más control sobre cuándo luchar y cuándo no.

Conclusión

Técnicamente el juego destaca (eso sí, con voces en inglés y subtítulos en castellano), y los diseños de Toriyama casan con la historia, dándole un toque 'anime' que queda reflejado en unas animaciones de buen acabado. Los personajes, los paisajes, sus misiones secundarias, el inmenso escenario y la historia redondean una aventura épica que se sitúa en lugar destacado de cualquier colección de juegos.