VIDEOJUEGO PARA PS4

Análisis de Yakuza 6:The Song of Life: un final a la saga más que digno

El nuevo motor gráfico ahonda en la perfección que busca la saga

Yakuza 6: The Song of Life.

Yakuza 6: The Song of Life. / periodico

Josep M. Berengueras

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Yakuza 6: The Song of Life (PS4) es una especie de broche no perfecto para una saga imprescindible. La mezcla de acción, intriga y costumbrismo que han caracterizado esta saga de Sega se reproduce con innumerables mejoras en esta última entrega, que sin embargo no es perfecta. En todo caso, eso no significa que no sea un buen título: más bien todo lo contrario.

La historia de Kiryu llega a su final con este último título, un hecho que, sin embargo, no evita que cualquiera que aterrice en esta saga pueda disfrutar del juego por igual. El videojuego, como nos tiene acostumbrados, es un guiño a la sociedad japonesa, a esos lugares que mezclan neones y modernidad con lo tradicional. Como tradicional es la mafia japonesa (yakuza), la protagonista del juego.

Si anteriores entregas habían logrado bordar un juego de acción con una especie de aventura gráfica y costumbrismo, en Yakuza 6: The Song of Life Sega no se ha quedado corta. Y lo ha hecho con un nuevo motor gráfico que ahonda aún más en esa perfección que siempre ha buscado Yakuza: desde la reproducción de las calles de las ciudades japonesas a, sobre todo, los personajes, con un nivel que llega, literalmente, a reproducir los poros de la piel.

Como siempre, poco se puede objetar gráficamente y de historia al juego. Se han introducido mejoras en el aprendizaje de habilidades del protagonistas, en las peleas (cómo no, otro de los elementos protagonistas), en los guiños (como la inclusión del director Takeshi Kitano o el actor Tatsuya Fijuwara como personajes) y, en especial, en la ampliación de los minijuegos (desde salas de chat virtuales a cafés llenos de gatos, pasando por recreativas, juegos de béisbol). Estos últimos son, de hecho, uno de los grandes motivos para jugar a este juego, como lo es pasear por ese Japón virtual tan bien recreado.

Pero en Yakuza 6: The Song of Life no todo es perfecto. El motor gráfico se explota en unas zonas y no otras. Las submisiones son casi más interesantes que la misión principal. Solo nos llega en japonés subtitulado al inglés. Y las peleas se hacen repetitivas. Pero son elementos que no empañan que este nuevo título tenga que estar en la juegoteca de todo fan de la saga.