El éxito en EEUU

La revolución de Netflix

Responsable del 30% del tráfico de EEUU en internet en horas punta, la empresa ha innovado en fórmulas y contenido. Ha ayudado a liberar al espectador y convertirlo en «cazador activo»

'House of Cards' 8Kevin Spacey, en una escena de la serie más famosa de la plataforma Netflix.

'House of Cards' 8Kevin Spacey, en una escena de la serie más famosa de la plataforma Netflix.

IDOYA NOAIN / Nueva York

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La víspera de que se pusieran a disposición de los usuarios de una vez los 13 episodios de la segunda temporada de House of Cards, en Twitter apareció el mensaje. «No spoilers, por favor». No se trataba de una cuenta cualquiera, sino de la de Barack Obama. Como muchos otros fans de la serie, el presidente de EEUU se disponía a enfrentar un largo fin de semana con un atracón. Netflix, la empresa que se autodefine como «líder mundial  de televisión por internet» se apuntaba otro tanto. Y van muchos ya.

El inquilino de la Casa Blanca es, al parecer, uno de los cerca de 40 millones de clientes que tiene en 50 países la empresa fundada en 1997 por Reed Hastings y Marc Randolph (que la abandonó en 2002, año en que salió a bolsa). Debutó enviando DVD por correo, 10 años más tarde empezó a emitir películas y series en streaming y hoy, en horas punta, es responsable de más del 30% del tráfico de internet en EEUU. Sus clientes ven mil millones de horas al mes.

Libertad y hábito

Con sede en Los Gatos (California), la empresa ha prendido la chispa de la revolución digital en la televisión, tanto en contenidos como en fórmulas. Y con la oferta de series enteras de una vez, por ejemplo, echó por tierra espera semanal y horario impuesto. «La experiencia lineal de la televisión está madura para ser reemplazada», escribió la compañía  en su último informe anual para accionistas.

Netflix, además, ha eliminado tradiciones como la de episodios piloto, que no solo eran costosas sino que hacían imposiciones estilísticas. Al dar más libertad a los creadores se ha convertido en imán para ellos, que experimentan con nuevas formas de narración. E invierte en contenido original (como Orange is the new black Arrested development), aunque aún está lejos de otros creadores como HBO y sigue dependiendo mucho para su oferta de los estudios de cine y canales.

Sigue, no obstante, buscando la expansión. Con Dreamworks, por ejemplo, selló un pacto para crear 300 horas de contenido infantil animado. Y la meta no la ha ocultado Ted Sarandos, jefe de contenidos de Netflix: «Se trata de crear hábito»,

La eclosión de Netflix en el mundo audiovisual ha generado una competición que ha inyectado nueva energía al medio. Las cadenas generalistas se unieron para frenar la competencia en Hulu, y ahí están servicios como Amazon Prime o creadores como HBO invirtiendo millones en programación e investigando nuevas tecnologías. Mike Vorhaus, de la consultora Magid Advisors, hablaba recientemente en The New York Times de «una carrera de armas en la programación». Y Sarandos resumía la intensa competición el año pasado: «La meta es convertirnos en HBO antes de HBO pueda convertirse en nosotros».

La transformación del panorama que ha impulsado Netflix está cambiando también a los espectadores. Paul Saffo, que estudia el futuro tecnológico en Silicon Valley, aseguraba en un amplio artículo de The New Yorker dedicado a Netflix y el futuro de la televisión que se ha acabado el prototipo de telespectador que se sienta en el sofá, zapea y consume lo que le pongan. Ahora hay «cazadores activos», que «picotean» y controlan qué ven y cuándo. Y también en esto Netflix ha innovado. Aplicando complejos cálculos matemáticos y estadísticos estudia el historial, las preferencias, los hábitos y las costumbres de visionado de los usuarios y ha desarrollado fórmulas para hacer recomendaciones que se adapten a los gustos individuales.

Aunque ya es presente la realidad de un mundo en que cada aparato es una pantalla, desde el teléfono y la tableta hasta el ordenador o las consolas, Netflix intenta hacerse un hueco en los restos aún poderosos del mundo del cable (en EEUU, los espectadores aún pasan delante del televisor 39 de sus 42 horas semanales de consumo). Pero para la empresa, como para la mayoría de expertos y de la competencia, es evidente que el futuro no pasa por ahí. Hace una semana Netflix firmó con Comcast, uno de los mayor proveedores de telecomunicaciones de EEUU, un acuerdo por el que pagará para garantizar que sus usuarios tienen velocidad suficiente en sus conexiones de internet para un visionado fluido. El debate sobre los riesgos y problemas de un internet a dos velocidades se reabre con fuerza. Netflix, de momento, se garantiza la emisión.