EL ADN

Petróleo

PERE Puigdomènech

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El pozo Deepwater Horizon de la compañía BP continúa lanzando decenas de miles de barriles de petróleo en aguas del golfo de México. Las medidas efectivas para atajar el vertido están tardando. No es la primera vez que la producción o el transporte de petróleo ocasiona un problema ecológico, pero el caso actual, que es especialmente dramático, pone también sobre la mesa la dificultad de conseguir nuevas fuentes de aprovisionamiento.

El uso del petróleo es moderno. Hace cien años no era más que un barro negruzco que se podía usar para dar luz o calor, pero pronto se refinó y se desarrollaron motores que aprovechaban su poder energético. Del petróleo no solo extraemos gasolina y gas (propano o butano), sino también muchos productos industriales como plásticos, abonos para la agricultura y productos farmacéuticos. El petróleo ha sido la energía que ha movido el siglo XX, pero todos sabemos que no es eterno: las reservas son limitadas y, por si fuera poco, algunas están en países inestables y otras se hallan a gran profundidad y es difícil obtenerlas. El petróleo se está convirtiendo en un bien escaso.

Además, nos ocasiona algunos problemas evidentes. No solo es dramático el vertido del golfo de México, sino también los accidentes que constantemente acontecen en Nigeria y los desastres sufridos por el Exxon Valdez, el Prestige y otros buques. Y ya hemos aprendido también que quemar petróleo en exceso es una de las causas del cambio climático.

El petróleo es una energía solar concentrada. Hace cientos de millones de años, microorganismos que vivían en los océanos atrapando la energía solar se acabaron depositando en los fondos marinos. Durante unos cientos de millones de años más, esos restos fueron transformándose en petróleo. Ahora nos podemos preguntar si seremos capaces de rehacer este proceso de forma rápida y desarrollar carburantes sin lanzar más carbono a la atmósfera. Hay que intentarlo. Cuando el petróleo se derrama, no es solo un drama ecológico: también estamos lanzando un producto en el que el planeta ha guardado energía y sustancias preciosas.