Efectos de Alice
Más de 600 personas de las Terres de l'Ebre, sin agua potable por las inundaciones tras la dana
Los daños en las infraestructuras de circulación dificultan que los municipios puedan hacer una valoración de las consecuencias
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Vecinos y bomberos colaboran en la limpieza de enseres personales y calles de Santa Bàrbara (Montsià) tras el paso de la dana Alice, este pasado lunes. / Zowy Voeten

Más de 600 habitantes del pueblo de Godall, en el Montsià, siguen sin agua potable porque las inundaciones de este pasado fin de semana afectaron gravemente el pozo del pueblo. Los principales daños, tras horas de trabajos incansables de Protecció Civil y Bombers, con la ayuda de los vecinos de las poblaciones, se centran ahora en las viviendas con riesgo de derrumbe, aunque las administraciones locales todavía no se atreven a hacer una evaluación provisional, ya que algunas vías de circulación continúan anegadas y los técnicos municipales no pueden acceder a algunos de los núcleos urbanos.
"La situación del pueblo que vimos el lunes y la que tenemos este martes no tienen nada que ver, si alguien no se ha enterado de las inundaciones de estos días, podría imaginarse que no ha pasado nada en absoluto", asegura el alcalde de Godall, Alexis Albiol, uno de los pueblos más afectados por la dana Alice en las Terres de l'Ebre. Los trabajos en las calles y los bajos han permitido mejorar la situación dramática que un equipo de EL PERIÓDICO pudo explicar, con el testimonio de los vecinos, que ya avisaban de que la recuperación sería muy complicada.
Igual que Godall, otros municipios de la comarca del Montsià también se han visto gravemente afectados, como Santa Bàrbara, la Ràpita, Alcanar y Ulldecona, entre otros. El presidente del Consell Comarcal del Montsià, Sergi Guimerà, asegura a este diario que "los daños serán muy cuantiosos, pero ahora resulta imposible hacer una valoración porque las restricciones en la movilidad y las carreteras afectadas impiden que los técnicos municipales accedan a los pueblos". Por esto los representantes municipales tampoco quieren apuntar cifras económicas, aunque reconocen que serán "de muchos miles de euros". De momento, el Govern ha aprobado un paquete de 10 millones de euros en ayudas y una línea de 50 millones de euros en créditos para ayudar a los damnificados.
A la espera de la declaración de zona de emergencia
Sergi Guimerà, que también es concejal en Mas de Barberans, explica que, por el momento, las actuaciones más urgentes se centran en los núcleos urbanos y con afectación humana. Su pueblo, debido a la orografía, no se vio tan afectado aunque todas las Terres de l'Ebre todavía están asimilando la situación. Los trabajos de limpieza se realizan en colaboración con Protecció Civil, los Bombers de la Generalitat y las brigadas de la Diputació de Tarragona.
Desde la Diputació de Tarragona han activado varios equipos con retroexcavadoras entre los municipios, cada uno de los cuales tienen un coste diario de 4.000 euros, y que la afectación se ha registrado en vías y carreteras, pero no en puentes ni en otras estructuras de su propiedad.
A la espera de la declaración de zona de emergencia, la Diputació también se hará cargo de coste de los equipos de limpieza que trabajarán en las últimas vías de comunicaciones afectadas, algo que será previsiblemente a partir de este viernes.
Vecinos desplazados por la afectación en viviendas
En Godall, ya desde este lunes, el agua potable llegaba a la población gracias a los tanques de agua instalados en varios puntos del pueblo. Las inundaciones han afectado de forma grave el pozo municipal que da de beber a los habitantes y que ha quedado lleno de barro. En cambio, sí que hay agua corriente para la limpieza, explica el alcalde. La situación ha mejorado estas últimas horas "gracias a la colaboración ciudadana y a los cuerpos de emergencias" pero por el momento las acciones se desarrollan en el núcleo urbano hasta que puedan salir de él y calcular los daños en caminos y campos del municipio.
Se han visto afectados el edificio del ayuntamiento de Godall, la iglesia y la cooperativa, pero lo que más preocupa por ahora es la estabilidad de cuatro viviendas del pueblo, que se encuentran precintadas por los Bombers por el riesgo aparente de derrumbe. Hay por lo menos 50 viviendas afectadas. "Todas tienen daños importantes, en una incluso ha caído una parte de la terraza, pero esperamos que se puedan recuperar", afirma Albiol. El alcalde cifra en cerca de 15 personas las desplazadas estos días por el precinto de las viviendas, que se han podido realojar en otras casas familiares.
Otro municipio gravemente afectado por las inundaciones ha sido Alcanar, también con personas con dificultades respiratorias que se han visto desplazadas tras detectar peligro de derrumbe en algunas casas. El alcalde del pueblo, Joan Roig, explica que ahora las actuaciones más urgentes se centran en los bajos de las casas, viviendas totalmente destrozadas y la evaluación de las estructuras de los edificios, pero también en la reparación de una cañería que reventó en la zona de Alcanar Platja.
Roig añade que la presencia de agua estancada y de altas humedades ha favorecido la presencia de mosquitos y otros insectos en el pueblo, algo que preocupa a las autoridades por la posible transmisión de enfermedades. El gobierno municipal ha hecho una primera aproximación económica y ha dado como resultado provisional un gasto de cientos de miles de euros pero que "a medida que vamos descubriendo nuevos desperfectos, el coste va subiendo de forma exponencial".
En Mas de Barberans, los aguaceros han vuelto a destrozar buena parte de la red viaria agrícola que justo se había podido arreglar esta primavera con las ayudas de la dana de 2023. En el barranco del Llop, también conocido como barranco del Canyaret, la fuerza del agua se ha llevado la estructura de hormigón y enormes piedras, y los vecinos no pueden acceder a las fincas de esta zona justo cuando empieza la cosecha de la oliva.
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