Entrevista

Santiago Castellà: "La futura zona logística del Port de Tarragona será uno de los mejores terrenos industriales de Catalunya"

El presidente de la Autoritat Portuària tarraconense sitúa al puerto como foco de atractivo turístico en el mapa europeo

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NUEVO PRESIDENTE | Santiago Castellà se estrena al frente del Port de Tarragona con un nuevo plan estratégico como primera misión

Santiago Castellà, presidente de la Autoritat Portuària de Tarragona (APT).

Santiago Castellà, presidente de la Autoritat Portuària de Tarragona (APT). / Joan Revillas

Jan Magarolas

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Tarragona
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Santiago Castellà (Barcelona, 1967) es el presidente de la Autoritat Portuària de Tarragona (APT) desde principios del pasado mes de noviembre. Antes de llegar al Port era el subdelegado del Gobierno estatal en la provincia y, antes, senador tarraconense por el PSC. El presidente habla de los retos que enfrenta el Port de Tarragona tras la esperada aparición del Corredor Mediterráneo, como la descarbonización y el transporte de mercancías, y también del puerto como un espacio de innovación, de atracción de inversiones y de turistas. La visita de EL PERIÓDICO coincide con las obras de la nueva plaza del Port ya iniciadas y a buen ritmo.

¿Hasta qué punto la reforma de la plaza del Port supondrá un cambio importante para el entorno?

La transformación cumple un elementro estético pero también de poder explicar el Port en términos de sostenibilidad, de refugios climáticos, pero nos queda una conexión más permeable con la ciudad. La vía del tren separa física y simbólicamente la ciudad del puerto. Un puerto que, desde su concepción inicial, se entendió que tenía una función portuaria que podía ser molesta para la ciudad y que se tenía que apartar. Ahora somos un modelo de digitalización, de economía del futuro, de innovación y conocimiento... Es un atractivo que podríamos decir que es el 'distrito 22@' de Tarragona.

El Port debe ser un 'hub' logístico, cultural, de reindustrialización y de sostenibilidad

¿Qué relación tiene el Port con el territorio más allá de Tarragona ciudad?

El Port creció mucho con la petroquímica y ahora es el principal puerto de cereales de la Mediterránea: solo con estos mercados ya podríamos vivir. Pero tenemos una misión con el territorio porque somos un servicio público y debemos ser una estación de activa transformación del territorio. Esto se traduce en varios 'hubs'. Primero, un 'hub' logístico: Tarragona está muy bien situada pero no lo aprovechamos. Tenemos la oportunidad de sacar productos al resto de la provincia y hacia Europa. Segundo, un 'hub' de reindustrialización: Europa ha descubierto la idea de la autonomía estratégica y que se tiene que reindustrializar, y más con Trump: en esto tenemos la capacidad de atraer industria. Tercero, un 'hub' cultural: un faro del conocimiento con ideas de sostenibilidad, cohesión social y multiculturalidad. Y cuarto, un 'hub' de sostenibilidad: debemos liderar la descarbonización del territorio porque tenemos a los mejores profesionales para hacerlo y lo podemos hacer desde la neutralidad política y desde un amplio consenso.

¿"Consenso" en qué sentido?

El Port tiene que funcionar como una empresa pública al servicio del territorio. Esto nos obliga a tener una visión muy amplia porque no tenemos unas elecciones que ganar cada cuatro años y porque tenemos unos profesionales muy bien formados, que no permiten un discurso demagogo ni cortoplacista. Los grandes consensos del territorio serán junto a la Universitat Rovira i Virgili.

A nivel de movilidad, recientemente se ha mejorado mucho y continuará mejorando con la instalación del 'tercer hilo'.

Primero, hay que hacer una defensa muy clara del Corredor Mediterráneo. Explicar a a la industria europea que queremos ser puerto logístico e industrial sin el 'tercer hilo' sería un drama, porque no podríamos sacar mercancías con el ferrocarril. Ahora bien, la línea de la costa será insuficiente por todo lo que tenemos que hacer, necesitamos una línea de mercancías por el interior. Debemos diversificar el tráfico de mercancías por ferrocarril en todas las oportunidades. Haber completado la terminal de La Boella y la construcción de la de Guadalajara serán decisivas porque permitirán esta intermodalidad del camión y el tren.

¿Por dónde tienen que pasar estas mercancías?

Por donde menos molesten. En su momento se hizo el eje transversal, que era la línea más adecuada y directa, ahora tenemos que llegar a consensos con el territorio y es posible. Hay muy buenas soluciones técnicas que serán más o menos caras. Tenemos que garantizar que por las zonas urbanas no pasen muchas más mercancías. Pero siempre con consenso.

¿Cómo va a cambiar la fisonomía del Port el proceso de descarbonización?

El carbón ya casi no llega al Port, hemos tenido la suerte de que ha aparecido una línea comercial muy potente con Brasil de llegada de mineral de hierro y que ven en Tarragona uno de sus 'hubs' de distribución en Europa. Hemos sustituido la pérdida del carbón con este mineral de hierro, que es un material menos problemático. El Port cambiará mucho porque gran parte de la mercancía saldrá por ferrocarril. La electrificación de los puertos hará que algunos de los barcos se puedan conectar a la red, se reducirán las emisiones y también cambiará la idea del Port como un espacio de biodiversidad, con la instalación de recursos marinos para regenerar el fondo marino. También veremos la aparición de la energía eólica, y el hidrógeno será un combustible decisivo para descarbonizar la industria química.

Las mercancías tienen que pasar por donde menos molesten. Debemos garantizar que no lo hagan por las zonas urbanas

¿Qué herramientas tiene el Port de Tarragona para pugnar en este proceso de reindustrialización?

Tenemos terrenos de gran valor industrial, la futura Zona d'Activitats Logístiques (ZAL) será uno de los mejores terrenos industriales de Catalunya. Esto significa que tenemos muchas posibilidades de intermodalidad: en barco, en ferrocarril, en camión. Hay mucho espacio y muy atractivo, hay interés desde la Generalitat en que alguna potente industria de Asia se instale aquí, pero hay que decidir estratégicamente quién viene y para hacer qué. Alrededor del coche eléctrico hay mucho movimiento, de los semiconductores, las baterías y la energía, como Lotte en Mont-roig del Camp. Estas son las industrias que deben llegar al Port. Y nos interesa aprovechar esto para atraer talento, generar una universidad más fuerte, nuevas formas de formación profesional... Y alrededor de esto podemos construir un territorio con más calidad de vida y oportunidades para las personas.

¿Cuáles son los principales competidores de Tarragona, en estas inversiones?

Tarragona está muy bien posicionada, tanto en el espacio geográfico como en las oportunidades. Tenemos una universidad muy potente, tenemos talento, tenemos espacio industrial, conocimiento... Sí que podríamos encontrar otros territorios para competir pero el mercado está cambiando mucho aquí se trata de jugar en la primera división: la situación entre Barcelona y València, que a veces se ha visto como un problema, para nosotros es una gran oportunidad.

Hablemos de turismo. Tarragona está en cifras de récord y en momentos de crecimiento. ¿Cómo ve el sector?

Es un sector que ha sabido hacer muy bien el cambio a la modernidad, sabe estar a la altura de los tiempos: al encontrar su espacio, el turismo de sol y playa ha pasado a ser de mucha calidad y con una gran oferta, reforzada por PortAventura, que es un gran activo, y, además, vinculada a la identidad, de producto de proximidad que nos da muchas oportunidades. Tenemos margen para seguir creciendo en el turismo: es una de las fuentes de riqueza más importante.

¿Se refiere a un crecimiento en las cifras de visitantes o en otros elementos?

Globalmente en todo, pero también en número de visitantes, porque el gran problema del territorio con el turismo es la estacionalidad. Debemos conseguir que el millón de turistas que tenemos en verano sean dos millones a lo largo de todo el año. Esto significará más calidad en el trabajo, más profesionalidad, más oferta, más calidad de vida para el territorio.

Hay problemas derivados del turismo, como el encarecimiento de la vivienda. ¿Hasta qué punto son compatibles este crecimiento y la desestacionalización?

Tenemos espacio para tener más, nos lo podemos repartir. Y necesitamos más vivienda, aprovechando el suelo que está a un buen precio. No nos podemos permitir la cifra de viviendas vacías que tenemos, necesitamos rehabilitarlas. Desestacionalizar el turismo no será un problema que agrave el estado de la vivienda.

¿Cuánto dinero se dejan los turistas que llegan al territorio a través del Port de Tarragona?

En 2024 llegaron 63 cruceros y 137.000 cruceristas, el récord hasta ahora. El gran impacto de esto es que nos hemos situado en el mapa del turismo europeo, algo a tener en cuenta cuando se toman decisiones de inversiones. Evaluar los cruceristas en la lógica del gasto que hacen en el territorio no es estratégico, tenemos que conseguir que la experiencia del crucerista sea mucho más rica. 

¿Algún proyecto del futuro inmediato del Port que se pueda avanzar?

Tenemos que visibilizar mucho más la actividad cultural del Port, que es muy potente, y tenemos que ser mucho más el faro cultural del territorio y del conocimiento, avanzarnos en los debates sociales: debemos traer a Tarragona a la gente que tiene cosas interesantes por decir. Por ejemplo, el Port tiene que ser el espacio de la ciudad donde se puedan escuchar temas de sostenibilidad, digitalización, descarbonización e inteligencia artificial.

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