Tarragona, 2020

Vecinos de Tarragona, cinco años después del accidente petroquímico: "Todavía no nos sentimos seguros"

Sindicatos y entidades reclaman más formación e información a la ciudadanía, a los trabajadores y a las empresas sobre cómo actuar en caso de emergencia

SENSORES | El sistema de detección de riesgo químico de Tarragona estará en pleno funcionamiento este año

SIMULACRO | Escaso seguimiento por parte de la ciudadanía del simulacro de confinamiento en Tarragona

Vista de la explosión en el reactor de IQOXE, el 14 de enero de 2020.

Vista de la explosión en el reactor de IQOXE, el 14 de enero de 2020. / El Periódico

Jan Magarolas

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El 14 de enero de 2020, a las 18:41 horas, un fallo en el reactor de la empresa IQOXE del polígono petroquímico de Tarragona provocó una explosión de grandes dimensiones con el resultado final de tres muertos y ocho heridos. Es el accidente más grave que ha sufrido la industria química de Tarragona, que a su vez representa el complejo de este tipo más grande del sur de Europa. Ahora, cinco años después, sindicatos y vecinos denuncian que todavía sienten inseguridad por vivir y trabajar en la zona y que los cambios aplicados desde el accidente tanto por la Generalitat como por las empresas "son insuficientes y lentos".

Las imágenes de la deflagración, varios metros por encima de la fábrica situada en el término municipal de la Canonja (Tarragonès), dieron la vuelta al mundo. La reacción en cadena llegó hasta una cisterna de óxido de etileno y fallecieron dos trabajadores de IQOXE, que es la única productora en España de este compuesto. Más tarde, la onda expansiva de la explosión y la tapa del reactor provocaron el derribo parcial de un edificio de viviendas del barrio tarraconense de Torreforta, lo que ocasionó la muerte de un vecino que estaba en su casa.

Según fuentes oficiales del día del accidente, no se liberó ninguna nube tóxica aunque Protecció Civil obligó a la población de Tarragona y de varios municipios más a confinarse. Tras una exhaustiva investigación, en abril de 2023 la Generalitat de Catalunya impuso una sanción de 2,1 millones de euros a Iqoxe por cuatro infracciones en materia de seguridad industrial.

Los sindicatos, en pie de guerra

"Nos encontramos en la misma situación que hace cinco años, se ha avanzado muy poco en términos de seguridad y sigue habiendo riesgo de explosión y de fuga química, tenemos que estar preparados pero también tendríamos que conocer la realidad de nuestro sector", reclama Pedro Carmona, el responsable de la sección de Industria dentro de CCOO en Tarragona. Desde el accidente, las normativas de la Generalitat y los protocolos de las empresas se han endurecido para hacerlos más seguros, pero los sindicatos consideran que no es suficiente.

Por su parte, Joan Llort, secretario general de UGT en Tarragona, explica que "hay trabajadores que se fueron de la empresa y se han buscado otros ámbitos laborales porque el accidente afectó mucho a nivel psicológico". EL PERIÓDICO se ha puesto en contacto con la Asociació d'Empreses Químiques de Tarragona (AEQT) para confirmar esta afirmación pero no ha recibido respuesta.

Los Bombers remojando la zona afectada por el incendio, días después del accidente.

Los Bombers remojando la zona afectada por el incendio, días después del accidente. / Mossos d'Esquadra

Simulacros

Desde el accidente, en enero de 2020, el control del Pla d'Emergència Exterior del Sector Químic (PLASEQTA) volvió a Tarragona y Protecció Civil ha convocado tres simulacros de confinamiento en los municipios y empresas de la petroquímica para concienciar a la ciudadanía y a los trabajadores sobre cómo actuar en caso de emergencia. El último, este pasado mes de diciembre en el Morell y la Pobla de Mafumet (Polígon Nord), con un bajo seguimiento de la población a pesar de la valoración positiva de la consellera de Interior, Núria Parlon.

A este se le suman un simulacro en el Polígon Sud en 2022 y otro en Constantí en 2023. "Falta formación e información a la ciudadanía y a los trabajadores, debemos tener integrada la prevención y esto pasa por una divulgación constante y no un simulacro al año, sino cada tres meses", reclama Llort. También pide involucrar a los trabajadores temporales de las empresas y critica que los diferentes toques de alarma de las fábricas "generan dudas".

"La falta de información provoca mucha inseguridad", expone Carmona, que explica que en cinco años ha habido otros casos de fugas químicas y ha faltado transparencia para saber qué pasaba: "Si cuando hay una nube, auque no sea tóxica, no se informa a la población, se crea desconfianza y sensación de impunidad", afirma el responsable de Industria de CCOO en Tarragona. Es habitual ver, en el perfil de X de Protecció Civil, avisos de las empresas químicas comunicando tareas de mantenimiento y escapes puntuales.

El comité de empresa: "Se ha avanzado mucho"

Desde el comité de empresa de IQOXE relativizan las posibilidades de repetición de un accidente como el de hace cinco años. "Hemos avanzado mucho, todo va pensando en la seguridad, se ha ampliado un 50% la plantilla y se han mejorado los turnos, se invierte en mantenimiento... Ahora es bastante improbable, por no decir que es imposible, que vuelva a suceder un accidente como aquél porque hemos canviado los reactores", explica a este medio Pere Ruiz, el presidente del comité de empresa. Desde enero de 2020, IQOXE ha tenido dos cúpulas directivas que han sustituido a la del accidente.

Se han preparado procedimientos de trabajo que antes no existían y que detallan cómo tiene que hacerse cada tarea dentro de la empresa; y se han realizado planes específicos de formación en seguridad, según apuntan desde el comité. "Todo esto nos permite trabajar mejor, sin la presión de tener que producir siempre", afirma Ruiz. Reconoce, sin embargo, que la imagen de la empresa quedó tocada tras la explosión: "Cuando digo que trabajo en IQOXE se sorprenden, pero lo puedo entender".

Manifestación en Tarragona por la seguridad en la petroquímica, pocos días después del accidente.

Manifestación en Tarragona por la seguridad en la petroquímica, pocos días después del accidente. / El Periódico

Los vecinos todavía se sienten inseguros

"Las empresas y Protecció Civil no se lo toman en serio, hacen sonar las alarmas pero solo para cubrir el expediente, mientras que una explosión como aquella nos cogería a todos igualmente sin saber qué hacer ni dónde ir", lamenta José Martín Carrasco, secretario y portavoz de la Federació d'Associacions de Veïns de Tarragona (FAVT), una de las entidades locales que se ha puesto al frente de las reivindicaciones. "Pedimos un sistema de educación y prevención, insistencia y pedagogía", reclama Martín.

Entre los pasos dados destacan el impulso a la instalación de sirenas de alarma en los municipios del área de influencia de la petroquímica y los sensores para detectar escapes de gases tóxicos. Ambos tendrían que contribuir a la detección de accidentes y a una actuación más rápida y eficaz. Se ha estrenado y puesto en funcionamiento el sistema de alerta ES-Alert para avisar a la población a través de los dispositivos móviles, una aplicación testeada con los simulacros. Además las asociaciones de vecinos ya forman parte de los consejos de seguridad tanto del Ayuntamiento de Tarragona como de Protecció Civil.

Sin embargo, los vecinos todavía se sienten inseguros: "¿Qué hacemos un domingo si hay un accidente, con el Mercadet de Bonavista con miles de personas al aire libre sin saber a dónde ir?", se pregunta el portavoz de la FAVT. Las alternativas son pocas: "El centro cívico y las escuelas estarían cerrados y en la iglesia tendríamos que esperar al párroco", afirma él. "Se va avanzando pero muy lentamente, no nos sentimos seguros", insiste.

A la espera de juicio, cinco años después

Otro reproche de los sindicatos y la FAVT es que, cinco años después del accidente, todavía no se ha realizado el jucio penal contra los exdirectivos de IQOXE. Ni siquiera hay fecha. "Cinco años son muchos y necesitamos saber si los culpables son condenados o no", exigen los sindicatos. Más allá de las consecuencias penales y las responsabilidades que se les imputen, gran parte de las víctimas han llegado a acuerdos con las empresas. Las fuentes consultadas no se manifiestan acerca de estos pactos y lo consideran "un modo de cerrar heridas y evitar recordar lo que pasó". "Las familias han optado por coger aquello que les han ofrecido, pero con esto no se reviven los muertos, nosotros seguiremos aquí luchando", advierte José Martín Carrasco, de la FAVT.

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