Entrevista

Noemí Llauradó, presidenta de la Diputació de Tarragona: "No estamos bien conectados y perdemos oportunidades"

La responsable provincial reivindica la institución como el lugar de encuentro de tres realidades distintas: el Camp de Tarragona, las Terres de l'Ebre y el Baix Penedès

SAVINOSA | La Diputació de Tarragona prevé estrenar el camino de ronda de la Savinosa a finales de verano de 2025

ÁREA METROPOLITANA | El Área Metropolitana del Camp de Tarragona coge forma

GRUPO IMPULSOR | Tarragona se fija en Barcelona para construir su propia Área Metropolitana

Noemí Llauradó, presidenta de la Diputació de Tarragona, en su despacho.

Noemí Llauradó, presidenta de la Diputació de Tarragona, en su despacho. / Eric Renom

Jan Magarolas

Jan Magarolas

Por qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Noemí Llauradó (Reus, 1978) es presidenta de la Diputació de Tarragona desde 2019, por ERC, y la primera mujer en acceder al cargo de una institución histórica. A las puertas de cumplir sus 2.000 días al frente del ente supramunicipal y con los presupuestos de 2025 ya aprobados, mantiene una conversación con EL PERIÓDICO acerca de la incipiente Área Metropolitana del Camp y de la capitalidad de un territorio muy diverso como es la provincia de Tarragona.

¿Cuál es la valoración personal de estos primeros cinco años al frente de la Diputació de Tarragona?

Es un honor poder estar al servicio de los 190 municipios y Entidades Municipales Descentralizadas (EMD) de la provincia, poder conocer las realidades diversas del Camp de Tarragona, las Terres de l'Ebre y el Baix Penedès, todas tienen sus dinámicas. Como gobierno nos planteamos cómo se puede desarrollar este territorio a nivel económico y social, cómo podemos estar al servicio de los ayuntamientos, que al final son las primeras puertas a las que llaman los vecinos.

¿Cómo es la relación con los socios de gobierno, el PSC?

La relación es muy buena, también con los miembros de la oposición. Ya nos pasaba en el mandato anterior. En la Diputació siempre hay buen entendimiento entre los grupos que la forman porque es una institución supramunicipal que da servicio a muchos ciudadanos y procura resolver los expedientes con una mirada generosa. La dinámica de la Diputació es muy diferente a la de los ayuntamientos. Aquí trabajamos todos a una, intentamos tener en cuenta las propuestas de unos y de otros y se aprueban los presupuestos por práctica unanimidad.

Hablemos del Área Metropolitana del Camp de Tarragona y del Grupo Impulsor (GI), que usted preside. ¿Cuál es el objetivo de este grupo y cuándo terminará su trabajo? ¿Cuál es el calendario?

Nos vamos reuniendo cada medio año, mientras que los grupos de trabajo van haciendo. No queremos que los calendarios nos encorseten, no nos hemos puesto fechas. A las comisiones les hemos encargado acciones tangibles y que sirvan para mejorar la vida de la gente que vive en los municipios del Grupo Impulsor. No queremos que se vuelvan a generar frustraciones, queremos ser prudentes y ejecutivos. No nos podemos permitir que esto quede en nada, otra vez.

¿Pero qué acciones concretas tienen en mente?

El tema de la movilidad es nuestro gran reto, no estamos bien conectados y esto nos hace perder oportunidades de desarrollo económico y social. Tenemos unas inversiones e infraestructuras que nos ayudarán a vertebrar mejor el territorio: por una parte el TramCamp pero por otra la renovación de las concesiones de autobuses en 2028. El territorio tiene que ser proactivo y decir lo que necessita. Después hablaremos de cómo tiene que ser la movilidad de la gente que nos visita, pero la prioridad es la gente que vive aquí. Y hacerlo con una voz uniforme y única, con más fuerza.

No quiere poner fechas, pero ¿a usted como presidenta le gustaría aplicar el Área Metropolitana a lo largo de este mandato?

La Diputació de Tarragona ejerce de paraguas del GI, no es la impulsora. Nos vinieron a buscar el alcalde de Tarragona y la alcaldesa de Reus como ente supramunicipal que podía ayudar a relacionar los municipios. Estamos a su servicio con asistencia técnica y con recursos humanos. Las voluntades son las que marca el GI.

Llauradó, durante la entrevista con EL PERIÓDICO.

Llauradó, durante la entrevista con EL PERIÓDICO. / Eric Renom

Se ha hablado mucho de la capitalidad de este Área Metropolitana. ¿Qué ciudad tiene que ser la capital?

No sé si las otras áreas metropolitanas tienen ninguna capital, las capitales lo son de los estados, pero no de las áreas metropolitanas. No le veo ninguna utilidad. Precisamente se habla de una ciudad única, los temas de capitalidad no han aparecido en las reuniones del GI, y ya llevamos un año. Tenemos muchas ganas de ver algo tangible, algo que hayamos podido hacer como ciudad única. Insisto en que esto tiene que ser práctico y útil, si no, volveremos a teorizar sobre lo que es una área metropolitana y su conveniencia...

Hablemos ahora sobre otra capitalidad, la de la provincia: Tarragona. Los últimos presidentes han sido del Camp de Tarragona: usted (Reus), Josep Poblet (Vila-seca), Joan Aregio (Tarragona), Josep Mariné (Alforja, Baix Camp), Joan Maria Pujals (Vila-seca). Tenemos que remontarnos a 1988 para encontrar un presidente de fuera del Camp. ¿Tarragona se lo lleva todo?

Una cosa buena de la Diputació es que tiene sedes en tres municipios diferentes (Tarragona, Reus y Tortosa) y muchos servicios en otros municipios. Creo que todavía tenemos que intensificar más esta línea de trabajo, esto no lo tiene ninguna otra diputación. Los servicios que damos con las escuelas de arte, los conservatorios y escuelas de música y centros de educación especial también están distribuidos junto a las oficinas de base que nos ayudan a tener una capilaridad de servicio a lo largo y ancho de las diez comarcas. También estamos trabajando en un plan funcional de espacios para saber cómo podemos ser todavía más cercanos a la ciudadanía.

No le veo ninguna utilidad a que el área metropolitana tenga una capital. Precisamente se habla de una ciudad única.

¿Cómo es gestionar tres ámbitos tan diferentes como el Camp de Tarragona, las Terres de l'Ebre y el Baix Penedès?

Procuramos estar muy presentes, invertir mucho más tanto en el Camp como en el Ebre y el Baix Penedès. Ahora los municipios de las Terres de l'Ebre están satisfechos porque se está invirtiendo mucho, sobre todo en carreteras. Por otra parte, a través de nuestra herramienta de cooperación, el ImpulsDipta, con 147 millones de euros en cuatro años para todos los municipios, tenemos en cuenta criterios que busquen este equilibrio: niveles de despoblamiento, el tamaño del término municipal, si hay diferentes núcleos de población... Y esto no es casual, porque en la Diputación también hay diputados del Ebre y del Baix Penedès.

Esto que comenta es la lógica de las veguerías: el Camp de Tarragona, las Terres de l'Ebre y el Penedès. Desde un punto de vista de raíz histórica catalana, ¿se han planteado si sería más útil esta distribución en vez de la provincia entera?

Ahora mismo tenemos que trabajar con las instituciones de las que disponemos y debemos ayudar a nuestros municipios y comarcas. Sí que es cierto que hay una ley de veguerías que no se ha desplegado por una serie de problemas a nivel electoral pero si esto evoluciona estaremos pendientes del rumbo que tome.

La teoría de la Ley de veguerías es buena, pero la complejidad de desplegarla ha impedido que sea una realidad

¿Cree que sería más fácil la gestión en veguerías?

Yo solo sé que de momento el servicio que se da a los ayuntamientos es muy bien valorado. Y un sistema que tiene buena valoración y funciona no creo que tenga previsión de cambiar de forma inmediata. La teoría de la Ley de veguerías es buena, pero la complejidad de desplegarla ha impedido que sea una realidad.

Sobre los pueblos del interior. Una de las líneas de mandato es proximidad con los pueblos, dotarlos de movilidad sostenible, repoblación... ¿qué se hace en este sentido?

Trabajamos mucho con los municipios pequeños con el ImpusDipta que comentaba, saben de cuánto dinero dispondrán de la Diputació y tienen asistencia técnica, ya que aquí tenemos personal con mucha experiencia. Y otro tema, que hemos reducido al máximo los trámites burocráticos, que para ellos era un problema.

El inicio de las obras del camino de ronda del preventorio de la Savinosa tenía que ser este 2024 y ya se ha aplazado al año que viene. ¿Cuál es la previsión con este inmueble y su inmenso espacio?

El proyecto del camino de ronda ya está aprobado por el Ministerio de Transición Ecológica, se tenían que resolver unos informes o alegaciones. A continuación este proyecto se encarga a Tragsa, una empresa pública de la que la Diputació tenemos una acción, que ejecutará las obras. La previsión es que durarán seis meses. El proyecto no se tiene que licitar porque es una empresa pública y esto acorta los tiempos.

Estamos hablando de la segunda mitad del 2025 para tener el camino de ronda definitivo.

Sí. Bueno, si lo pudiéramos tener en verano, mejor. Espero que en verano las obras ya estén muy avanzadas o casi finalizadas.

Hace dos años se hablaba de un proyecto muy ambicioso para instalar en la Savinosa un 'hub' cultural de cara al 2030. ¿Sigue en pie?

Sigue en pie. Ahora el alcalde de Tarragona también es vicepresidente primero de la Diputació y estamos alineados en que esta magnífica finca tiene que acoger un 'hub' cultural porque también es una manera de activar la industria cultural y la creación y de desarrollarnos económicamente. En este 'hub' cultural también podría haber residencias de artistas, un auditorio natural, tejer alianzas entre diferentes disciplinas, acoger nuestros servicios de cultura... Es un proyecto muy grande, por eso fuimos muy prudentes con los plazos y pusimos el año 2030. 

En este 'hub' tenía que ir el Conservatori de la Diputació, y ahora parece que se va a la Tabacalera.

Hicimos un estudio previo en la Tabacalera, que es del Ayuntamiento de Tarragona, para ver en qué situación se encontraba y qué funcionalidades tenía, pensando en nuestro conservatorio. Estamos a la espera, en febrero y marzo, de los resultados del estudio. Si vemos que se adapta a las necesidades de la Diputació y que la inversión es mínimamente sostenible, nos lo podríamos plantear. Es una opción abierta.