'Phishing'

Un juzgado de Martorell obliga a un banco a pagar los 17.000 euros robados por ciberdelincuentes a una clienta

La sentencia considera que la entidad incumplió el deber de preservar la seguridad de la clienta

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Martorell
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El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción 4 de Martorell ha condenado al BBVA a abonar 17.000 euros en concepto de daños y perjuicios a una clienta de la ciudad, víctima de un fraude cibernético. Los delincuentes se apropiaron de las claves bancarias de la víctima después de suplantar su identidad y el número de teléfono del banco, práctica conocida como 'phishing'. La sentencia considera que el banco incumplió el deber de preservar la seguridad de la clienta y la obligación de implantar mecanismos suficientes y eficaces para evitar y detectar operaciones fraudulentas.

En este caso, la clienta recibió un SMS, supuestamente del BBVA, que le alertaba e instaba urgentemente a clicar en un enlace. Al hacerlo, "se abría una página web que simulaba la del banco, y que pedía las credenciales para acceder a la banca en línea o espacio privado".

Cuando el defraudador capturó las credenciales ordenó varias transacciones ―obviamente no legítimas ni consentidas―, que requerían de autentificación. Para hacerlo, "llamó a la clienta haciéndose pasar por un gestor de la oficina bancaria y le hizo creer que había que hacer una serie de operaciones para salvar su cuenta, alegando que estaba comprometido, y que tenía que hacer transferencias a otra cuenta segura, de su propia titularidad, que el banco le estaba abriendo". Sin embargo, estaba haciendo transferencias a una cuenta ajena.

El abogado de la víctima explica que la sentencia ha sido favorable a la víctima gracias a la reciente ley de 2018, "que busca proteger al ciudadano y cliente de banca en estas situaciones". Establece un régimen de responsabilidad objetiva, "que tiene que asumir el banco como custodiando y depositante de nuestro dinero", y la única excepción es que "la entidad financiera demuestre que nosotros hemos incurrido en alguna negligencia muy grave".

El abogado expone que mientras hay entidades bancarias "que han sabido corregir procedimientos para evitar estos fraudes, incluso en uso de la IA", hay otros "que tienen verdaderos problemas de seguridad a la hora de detectar operaciones sospechosas, situaciones y patrones inusuales de conducta financiera de un cliente.

Unos problemas que se evidencian "cuando hay conexiones e IP paralelas o simultáneas por Internet, cuando no aplican los protocolos adecuados y cuando se hacen de manera inadecuada las comunicaciones por SMS para autenticar operaciones, a pesar de que no es un método seguro".