Investigación

Nuevo hallazgo sobre el detenido en Oviedo que vivía entre basura y con su madre muerta: recogía todos los meses fármacos para ella

La mujer recibía un tratamiento que su hijo retiró hasta diciembre La Policía investiga si con ello pretendía ocultar su muerte y seguir cobrando sus pensiones

Una vecina observa la puerta precintada del piso donde fue hallado el cadáver.

Una vecina observa la puerta precintada del piso donde fue hallado el cadáver. / LNE

Lucas Blanco

Oviedo
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El hombre de 45 años detenido el lunes tras hallar en su casa de La Corredoria (Oviedo) el cuerpo momificado de su madre, Lorentina Suárez, rodeado de perros, gatos y montones de basura, acudió puntualmente cada mes hasta el pasado 27 de diciembre a distintas farmacias para retirar las medicinas que la mujer tenía recetadas para una enfermedad crónica. La Policía investiga si dejó de retirar los medicamentos porque la mujer murió después de esa fecha o si, por contra, la mujer murió mucho antes, pero su hijo siguió retirando los fármacos para ocultar ante el sistema sanitario que llevaba más tiempo fallecida, con el fin de seguir percibiendo unos 2.000 euros mensuales correspondientes a las dos pensiones de la difunta. De apuntarse a la segunda hipótesis habría que aclarar por qué desde diciembre no iba a la farmacia.

Según ha podido saber este periódico, la Policía Nacional se pasó por el centro de salud de La Corredoria para tratar de esclarecer detalles sobre el historial clínico de la mujer, que hoy tendría 78 años, además del tratamiento que tenía vigente a pesar de que según sus vecinos de la calle Lucas Rodríguez Pire llevaban sin verla salir de casa "desde la pandemia".

Los medicamentos facilitados por el servicio de salud a la mujer a través de la receta electrónica fueron retirados en los últimos años por su hijo en distintas farmacias de la ciudad. Solía acudir de manera regular a una de las principales farmacias de La Corredoria, donde le perdieron la pista en octubre de 2023, pero según constan en los registros, la retirada de los fármacos continuó de manera reiterada hasta la última semana de 2024. Tal y como adelantó LA NUEVA ESPAÑA, la mujer percibía dos pensiones públicas que, según fuentes cercanas a la investigación, supondrían un montante de unos 2.000 euros mensuales, a los que se sumarían los ingresos propios del detenido, beneficiario de una pensión no contributiva de pequeña cuantía.

El alto de nivel de ingresos que entraban al mes en el hogar compartido por madre e hijo contrasta con el modo de vida del arrestado en los últimos años. Tras la pérdida de la pista de la mujer, hace ahora más de cuatro años, las denuncias de los vecinos por la salida de olores nauseabundos del interior de la vivienda eran constantes. Los vecinos solían protestar a la empresa pública Vipasa, propietaria de las viviendas, pero desde el ente atribuían esos malos olores a los numerosos perros y gatos que habitan en el piso.

Cuando la Policía Nacional derribó el pasado lunes la puerta del piso ubicado en la zona de La Carisa se encontró con una vivienda tomada por grandes montones de basura, en la que el arrestado convivía con once perros y tres gatos y el cuerpo momificado de la septuagenaria, de la que no había noticias desde hace casi un lustro.

Los funcionarios recogieron el cadáver de la mujer y detuvieron a su hijo, que según fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA), está previsto que pase a disposición judicial a primera hora de hoy. Todo apunta a que la mujer falleció por causas naturales, pues el cuerpo no presentaba signos de violencia, pero la investigación está todavía pendiente de las pruebas de tóxicos.

Dos gatos

Por otro lado, miembros de la Fundación Protectora de Animales del Principado de Asturias consiguieron ayer rescatar a dos gatos del interior de la vivienda donde aparecieron los restos de la mujer. Las gateras colocadas el lunes por el colectivo permitieron atrapar a dos felinos que durante la entrada en la vivienda se ocultaron en madrigueras construidas bajo los montones de basura acumulados durante años por el detenido, que padece síndrome de Diógenes.