Los secretos de la investigación

El mayor laboratorio de cocaína de Europa se dirigía desde La Finca, donde viven famosos como Iker Casillas y Cristina Pedroche

Los policías se disfrazaron de repartidores de Amazon y usaron coches de otros narcos para pasar desapercibidos en la urbanización madrileña donde vivÍa el capo, vecino de muchos famosos y futbolistas

Agentes de la Brigada Central de Estupefacientes de la Policía Nacional en Cotobade (Pontevedra)

Luis Rendueles
Vanesa Lozano
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El hilo de la operación policial que desmanteló el mayor laboratorio de cocaína instalado en Europa une los cárteles de México y los de Colombia con dos narcos de Canarias, un chatarrero del País Vasco, una casa escondida en la aldea de Cotobade (Pontevedra) y una vivienda de lujo en la urbanización La Finca, a las afueras de Madrid, donde viven más famosos y futbolistas por metro cuadrado.

CASO ABIERTO

, canal de investigación y sucesos de Prensa Ibérica, reconstruye en este reportaje la investigación de la Brigada Central de Estupefacientes de la

Policía Nacional

y la Fiscalía Antidroga de la Audiencia Nacional, diez meses de trabajos y todavía con asuntos pendientes como saber qué cártel o cárteles estaban detrás del proyecto que había convertido una casa de una aldea gallega en un laboratorio narco más propio de la selva colombiana.

Escobar, los Miami...

Agentes de la Brigada Central vigilaron durante semanas a Hernando Sánchez Rey, el hermano de un viejo conocido suyo, Germán, alias El Coletas. "Este es un narco importante, fue enlace de El Loco Barrera, una especie de sucesor de Pablo Escobar, que cumple condena en Estados Unidos", explican fuentes de la lucha antidroga.

El Coletas, actualmente en prisión, "trabajó con cárteles de Bogotá, con gente importante; en Madrid, estuvo con los Miami, siempre con gente muy fuerte". Su hermano, varias veces investigado, seguía libre. Y se instaló en la urbanización La Finca, a las afueras de Madrid, una de las más de más lujosas de España. Alli vivieron futbolistas como Cristiano Ronaldo, Fernando Torres y viven famosos como Paloma Cuevas, Alejandro Sanz y David Bustamante, entre otros.

El líder en España de la organización vivía entre famosos en La Finca. Sin trabajo conocido, gastaba unos 15.000 euros al mes mientras los policías le vigilaban

Una casa en la Finca vale entre cuatro y veinte millones de euros. Un apartamento, a partir de 900.000 euros. Allí, rodeado de famosos y futbolistas, el hermano de El Coletas llevaba una "vida de lujo", sin trabajo conocido y gastando unos 15.000 euros al mes, según fuentes del caso. Para investigarlo y pasar desapercibidos en esa zona tan exclusiva y con seguridad privada, los agentes de la Brigada Central de Estupefacientes tuvieron que mimetizarse con el entorno.

Algunos días, los policías se disfrazaron de repartidores de Amazon u otras empresas de reparto. De noche, se hacían pasar por vecinos adinerados. Para dar el pego, utilizaron coches de lujo requisados a otros narcos en operaciones policiales.

Conexión con Canarias

El hermano de El Coletas, ahora en prisión por orden de la

Audiencia Nacional

, no viajó nunca a ver el laboratorio de cocaína que habían instalado en un bosque de una aldea de Pontevedra, Cerdedo-Cotobade, muy cerca de un río. La dueña de la casa, una ciudadana venezolana, afirmó que la había vendido a una empresa un año atrás y no tener que ver con lo que luego ocurrió allí. Lo cierto es que uno de los detenidos en la operación de la Policía es la pareja de su hija. Se trata de uno de los

narcos

canarios. "Posiblemente vieron que era el lugar adecuado para montar el laboratorio. Estaba muy cerca de Portugal y a unos 150 kilómetros del puerto de Leixoes, donde descargarían la cocaína camuflada", explican fuentes del caso.

Los dos narcos residentes en la isla de Gran Canaria eran viejos conocidos de la Brigada Central de Estupefacientes. Gente discreta, sin alardes, de perfil bajo. Uno de ellos tenía una empresa de reformas. Aprovechando la relación personal con la hija de la dueña, eligieron el chalet gallego para instalar el laboratorio. La droga llegaba dentro de una máquina camuflada de forma tan complicada que los miembros de la organización tardaron tres días en abrirla. La máquina era en realidad una trituradora de piedra que viene rellena de cocaína. Los especialistas de la policía emplearon luego 14 horas más en abrir otra.

El mayor laboratorio de cocaína de Europa se dirigía desde La Finca

El chatarrero vasco

La nueva tendencia en el narcotráfico es traer a Europa la pasta base, no la

cocaína

, y montar aquí los laboratorios en la zona donde se va a vender. El intento que se hizo en Galicia es el mayor conocido hasta ahora. En este caso, "los colombianos ponen la logística del laboratorio y un grupo mejicano puso la financiación y también la máquina para esconderla", explican fuentes policiales. La máquina llegó a España a nombre de una empresa vasca de chatarra. Cuando sacaran la droga, la máquina serviría para chatarra. Nada se desperdicia.

Dentro del laboratorio, en la aldea gallega, todos los cocineros encargados de convertir la pasta en droga para vender estaban incomunicados. Trabajan allí, viven allí, no salen de la casa, alguno –todos son hombres- se atreve a asomarse a la ventana y fumar un cigarrillo. En ese laboratorio oculto en el bosque solo tiene teléfono móvil el notario, el encargado de dar fe de que todo va bien. El resto han tenido que dejar sus teléfonos en un piso del centro de Pontevedra, que alquilaron muy cerca de los juzgados.

Los cocineros convierten la pasta base en droga utilizando precursores, cortándola y acelerando la producción de la cocaína gracias a dispositivos cilíndricos, en argot conocidos como marcianos, de los que había siete en la nave gallega. Antes de la primavera, el laboratorio está ya a pleno rendimiento.

El día del Padre

Los investigadores siguen a una furgoneta de una conocida empresa de transporte que va a la nave gallega y carga. Es el día del Padre, 19 de marzo. El conductor le había quitado el GPS a la furgoneta para que no pudieran seguirlo, así que los agentes cortan la Nacional VI en el peaje de San Rafael (Segovia), lo que origina un atasco enorme de ciudadanos que vuelven a la capital tras pasar fuera unos días. En la furgoneta había, dentro de cajas rellenas con poliespan, cien kilos de cocaína.

Esa misma noche, la policía entra en el laboratorio del bosque gallego. Culminan diez meses de trabajo y detienen a los canarios, al empresario vasco, a los cocineros y, en su casa de lujo de Madrid, al hermano de El Coletas. Han evitado que se instalara en España el mayor laboratorio de cocaína de Europa, con capacidad para producir unos doscientos kilos de coca al día.

También evitaron que se vertieran al río cercano unos 24 mil litros de productos químicos como éter y ácido sulfúrico que iban a generar una contaminación letal y matar la vegetación y la fauna

Recuperan 1.300 kilos de pasta base de cocaína y 24.000 litros de precursores químicos para cocinarla y convertirla en droga. Encuentran además otros cincuenta kilos de coca marcados con el logo de Supermán, la firma del cártel dueño de la droga, una especie de sello de calidad con el que garantizan su procedencia y su calidad para el cliente.