SOLO TENDRÁ QUE RATIFICAR SU CONFORMIDAD

El asesino de la niña Erika en Oviedo llega a un acuerdo con la familia de la menor para evitar el juicio

El pacto incluye una rebaja en la condena a Igor Postolache. El moldavo acepta la prisión permanente revisable por matar a su vecina y otros 12 años y medio por violarla

Igor Postolache reconoció los hechos por primera vez el pasado febrero, como adelantó CASO ABIERTO.

Igor Postolache reconoció los hechos por primera vez el pasado febrero, como adelantó CASO ABIERTO. / CASO ABIERTO

Vanesa Lozano

Vanesa Lozano

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Los padres de Erika, la niña de 14 años que fue agredida sexualmente y asesinada por su vecino hace un año en Oviedo, no tendrán que afrontar el largo juicio previsto por el crimen. Según ha podido saber

CASO ABIERTO

, el canal de investigación y sucesos de Prensa Ibérica, acaban de llegar a un acuerdo con el acusado para evitarlo.

Igor Postolache, el moldavo de 32 años que el 5 de abril de 2022 violó y mató a la menor, que vivía en su mismo edificio, después de acecharla y planificar el ataque, envió un escrito al juez el pasado febrero en el que

reconocía los hechos por primera vez

, como adelantó este medio. Ahora, acepta la condena que la familia de Erika pide para él y renuncia, al igual que la familia de la víctima, a su derecho de citar a testigos y peritos para que tuvieran que declarar durante el juicio.

Calvario judicial

De este modo, las partes personadas en el procedimiento judicial piden a la Audiencia de Oviedo que "señale en breve el juicio oral", pero solo para que Postolache "ratifique ante la Sala su conformidad" y se haga efectivo el acuerdo que han alcanzado. De acuerdo con ese pacto, firmado por la acusación, la fiscalía y la defensa, el asesino acepta cumplir la pena de prisión permanente revisable por asesinar a Erika y otros doce años y medio de condena por violar a la niña.

Los compañeros de Erika la recuerdan en el instituto. (EFE/J. L. Cereijido)

Los compañeros de Erika la recuerdan en el instituto. (EFE/J. L. Cereijido)

El acuerdo incluye, eso sí, una rebaja en la condena de dos años y medio por el delito de agresión sexual, por el que tanto el Ministerio Público como la familia de la menor pedían 15 años. A cambio, según fuentes judiciales, Postolache evita enfrentarse a un jurado popular y la familia de la niña "se ahorra revivir el horror del crimen" durante largas sesiones del juicio.

Programa de educación sexual

Una vez que Postolache cumpla la pena y si finalmente sale de la cárcel, se le impondrán otros diez años de libertad vigilada y será controlado con "aparatos electrónicos que permitan tenerle siempre localizable, mediante su seguimiento constante", tendrá que comunicar al juez cualquier cambio de residencia o puesto de trabajo, no podrá residir en Oviedo ni aproximarse a los padres y el hermano de su víctima y tendrá que comparecer periódicamente ante el tribunal y estará obligado a participar en un programa de educación sexual.

Con el acuerdo, Postolache evita enfrentarse al jurado popular y la familia de la niña "se ahorra revivir el horror del crimen" durante largas sesiones del juicio

El acusado admite que planificó el crimen de Erika y asume todo el relato de hechos de la fiscalía. Vivía en el primer piso del edificio y se había fijado en su vecina del cuarto, así que "estudió sus horarios de entrada y salida de su casa" y decidió atacarla a mediodía, cuando la cría volviera del colegio. Antes, guardó dentro del cajón de su mesita de noche una cinta de embalar de color marrón y nueve bridas negras por si fuera necesario tener que amordazar a la menor. Finalmente, cogió un cuchillo de mesa, de 11 centímetros de longitud, y lo escondió entre sus ropas, salió de su domicilio y esperó a la niña escondido en una zona próxima al portal, hasta que ella apareció".

Imagen del funeral de Erika, celebrado en Oviedo. LUISMA MURIAS

Imagen del funeral de Erika, celebrado en Oviedo. LUISMA MURIAS

El día del crimen, cuando Erika entró en su portal y se dirigió al ascensor, el acusado "se abalanzó sobre ella, por la espalda y de forma absolutamente sorpresiva, de forma que la víctima no pudo prever ni imaginarse el ataque, siendo imposible la defensa por su parte". Postolache "le asestó una primera cuchillada mientras la empujaba por las escaleras, a la vez que le tapaba la boca para que no gritase". 

36 puñaladas

El hombre "arrastró a la menor escaleras arriba, a la vez que le seguía asestando puñaladas para que no se resistiese, en el pómulo, el labio, el mentón y el cuello". El fiscal describe el calvario de la cría durante aquellos minutos en que su asesino le provocó hasta 36 heridas, como luego acreditaría la autopsia: "Erika hacía todo lo humanamente posible para defender su vida, trató de defenderse y oponer resistencia". 

Postolache "consiguió arrastrarla hasta el interior de su casa ayudándose de los tirantes de la mochila que la niña llevaba puesta en su espalda, cargada de libros escolares. Cerró la puerta con llave y la llevó hasta el baño, donde la dejó tirada en el suelo para dirigirse a su dormitorio. Allí, con el único propósito de satisfacer su deseo sexual, se quitó toda su ropa y la tiró en el suelo de su habitación para regresar, completamente desnudo, al cuarto de baño donde le esperaba Erika, gravemente herida ya e incapaz de desplazarse por sus propios medios". 

En ese momento, "continuó asestando puñaladas a la menor con la finalidad de que cesase en la escasa resistencia que la misma era capaz de oponer, la desnudó y consumó la violación. Luego, dejó a la víctima tirada en el suelo del baño y herida de muerte".

Sufrimiento innecesario

Postolache "propinó un número de puñaladas que excedieron de las necesarias para producir la muerte, y sólo lo hizo para asegurarse que causaba a la víctima un dolor y un sufrimiento absolutamente innecesario".

Antes de acabar con la vida de Erika, el hombre ya había tenido problemas con la justicia por acosar a al menos seis chicas, cuatro de ellas lo denunciaron, como publicó CASO ABIERTO. Fue condenado a 240 euros de multa por un delito leve de coacciones.