Atentado en Algeciras

"Si Yassine Kanjaa no es un psicótico paranoide, lo parece mucho"

El experto en psiquiatría forense Santiago Rincón analiza el perfil del autor de la tragedia de Algeciras y apunta a un brote de corte religioso

Funeral del sacristán Diego Valencia, asesinado en Algeciras.

Funeral del sacristán Diego Valencia, asesinado en Algeciras. / CARRASCO RAGEL

Ignacio Cabanes

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A la espera de una evaluación psiquiátrica en profundidad una vez sea puesto a disposición judicial de la Audiencia Nacional, todo indica que el perfil de Yassine Kanjaa

, autor del asesinato a cuchilladas de un sacristán y de la agresión a otras cuatro personas tras el ataque a dos iglesias de Algeciras el pasado miércoles, es más el de un enfermo mental que el de un yihadista. Así lo asegura el experto en psiquiatría forense Santiago Rincón, con casi 40 años de experiencia indagando en la mente trastornada que se esconde detrás de algunos de los crímenes más brutales e inexplicables de la

Comunitat Valenciana

.

"Con lo que sabemos de él, si no es un psicótico paranoide lo parece mucho", indica Rincón basándose en otros casos tratados con anterioridad y sus similitudes con la conducta del joven detenido e investigado por la supuesta vinculación de los ataques con el salafismo yihadista. Así, el especialista, que también imparte Psiquiatría forense en el grado de Criminología de la Universitat de València, descarta el móvil terrorista en el asesinato del sacristán Diego Valencia. Dando por buenas las informaciones que hasta el momento se han dado a conocer sobre los hechos acontecidos en Algeciras y los antecedentes psiquiátricos del presunto asesino, su actitud no corresponde a la de un terrorista sino a la de una persona con "un trastorno mental paranoide de corte religioso", apunta.

Por un lado están los antecedentes familiares del detenido, que "aunque desconocemos cuáles son, podemos pensar que debe de ser una enfermedad mental grave, ya que en Marruecos la gente no va al psiquiatra por cualquier cosa", argumenta.

Por otro, están las manifestaciones de sus amistades que indican que era consumidor habitual de cannabis pero que en el último mes no lo habrían visto consumir. "Cuando dejan de consumir es porque empiezan a tener síntomas de tipo psicótico que los alejan de la realidad, me imagino que escucharía voces", explica Rincón sobre un patrón que han detectado en otros psicóticos en los que esta droga habría potenciado su psicosis.

En tercer lugar está su comportamiento y hábitos. Según las informaciones recabadas en varios medios de comunicación, Yassine Kanjaa es una persona que no frecuenta la mezquita y que cuando ha ido incluso ha tenido problemas, teniendo que ser expulsado. Alguien solitario y que se aísla de todos los demás, pero no como un "lobo solitario" de la Yihad" que adoptan esta postura como estrategia de ocultación de sus fines terroristas. En el caso del presunto asesino de Algeciras, éste divaga sobre sus ideas religiosas en voz alta, cada vez más exaltado. 

Antecedentes familiares y una conducta impropia de un yihadista refrendan su posible enfermedad mental

A todo ello se suma su manera de actuar el día de los hechos. Si bien lanzó mensajes contra los infieles cristianos en nombre de Alá y el objetivo fueran dos iglesias, el hecho de que en un primer momento acudiera y causara un primer incidente, realizando proclamas a favor del Islam, y minutos después regresara armado y con un chilaba y comenzara a acuchillar a sus víctimas, responde más a un brote psicótico de corte religioso. "Un terrorista va directamente a sus objetivos y no verbaliza lo que va a hacer".

En la Comunitat ya hemos tenido casos de este tipo de paranoias de corte religioso. Rincón recuerda entre otros el de un joven que decapitó a su madre en Gandia en 2002, utilizando hasta siete cuchillos distintos para matar cada uno de los diablos que su progenitora tenía en su interior, según su paranoia, en la cual él era un ángel de Dios. Tras cortarle la cabeza colocó una Biblia y dos velas para purificarla. Matar en nombre de cualquier deidad, se llame Alá o no, es algo recurrente en determinados brotes psicóticos.