La lacra de la violencia de género

La hermana de la mujer asesinada en Barcelona: "Le dijo que la mataría si se iba con otro"

Claudia revela el acoso que sufrió su hermana Ivet durante los días anteriores a su homicidio por parte de Diego, que acabó haciendo lo que prometió

El juzgado ha acordado prisión sin fianza para el homicida, que tampoco podrá acercarse al hijo de ambos

reconstrucció

reconstrucció / Guillem Sánchez

Guillem Sánchez

Guillem Sánchez

Barcelona
Por qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Ivet se quedó embarazada con 17 años y se puso a trabajar para mantener a los dos: a su hijo y también a Diego”, explica Claudia, para dejar claro que su hermana era “una buena persona, de las que ayudan, de las que nunca le harían daño a nadie”. Ivet tenía 25 años y era empleada de un establecimiento de Clarel. Diego tenía 33 años, era de origen ecuatoriano y, con intermitencias, trabajaba en la cocina de una pizzería. El lunes Diego asesinó a Ivet después de avisarla de que si no estaba con él, no estaría con nadie. Y nada impidió que cumpliera con su promesa.

La mujer asesinada por su expareja el pasado 21 de marzo, la segunda que entierra la violencia machista en Catalunya este 2022, presentó una denuncia contra su maltratador el viernes 18 de marzo. Pocos días antes, según las fuentes consultadas por este diario, se había producido la última amenaza de Diego. Ivet acudió a los Mossos d’Esquadra y los agentes la convencieron de que debía formalizar una denuncia por amenazas. El lunes estaban citados tanto Ivet como Diego en un juzgado de Barcelona. No se presentaron ninguno de los dos. 

“Un amigo me avisó el lunes de que Diego se estaba despidiendo de todos y de que Ivet estaba desaparecida. Fue un comportamiento muy extraño y como nosotros tampoco podíamos localizar a Ivet al final fuimos a la comisaría. Allí nos explicaron lo que había pasado”, relata Claudia. Diego había matado a Ivet y se había entregado en la sede de la Guardia Urbana del distrito de Sant Martí a las 18.30 horas del lunes.

Claudia sospecha que Diego obligó a Ivet esa mañana a subir por la fuerza al piso que ambos habían compartido durante años en la Gran Via de Barcelona, cerca de la plaza de Glòries. Cree que Diego fue a esperarla frente al colegio del hijo de ambos, ubicado no lejos de allí. Y que cuando salió de dejar al pequeño en la escuela, navaja en mano, el hombre la forzó a seguirlo hasta el domicilio, un octavo piso. "Mi hermana me había jurado que no volvería a subir a ese piso". 

Días antes, según Claudia, Diego ya había arrastrado hasta ese piso a Ivet. "Hace poco me dijo que tenía mucho miedo, que Diego la seguía al trabajo, que llevaba una navaja y que un día se la había colocado en el estómago y en el cuello y que le advirtió que si no estaba con él, no estaría con nadie. Que la mataría si se iba con otro". Claudia animó a Ivet a denunciar a Diego a los Mossos a raíz de episodios como este. Aun así, se culpa por no haber creído que él llegaría tan lejos. "Era un bocazas, de los que hablan mucho", recuerda ahora, atormentada.

Ivet se separó de Diego hace cinco o seis meses después de más de siete años juntos. Pero ella le seguía teniendo cariño y, aunque tras la ruptura vivía en casa de otra hermana, siguió acudiendo durante algún tiempo a su antiguo piso al principio. Durante esas visitas posiblemente se desencadenaron las peleas que los vecinos oyeron a través de las paredes. Algunas fueron tan preocupantes que acabaron llamando a la policía.  

Últimamente Ivet había comenzado a rehacer su vida. Y Diego estaba al corriente. Como supo también que Ivet finalmente lo había denunciado y que el lunes estaban citados para asistir a un juicio rápido. Claudia dice que Ivet llamó la noche anterior a Diego para pedirle que acudiera al juzgado, que podían seguir manteniendo un contacto y que podía seguir contando con ella. Claudia desconoce si Ivet llegó a aclarar en la denuncia que presentó el 18 de marzo que Diego había prometido matarla si se iba con otro y que le había puesto un cuchillo en el cuello. Pero la realidad es que Ivet no contaba con ninguna protección.

Diego ha entrado en prisión preventiva este jueves. El juzgado también le prohíbe comunicarse con el hijo de ambos. “Él saldrá tarde o temprano. Mi hermana no saldrá nunca. No es justo”, lamenta Claudia.

Suscríbete para seguir leyendo