Violencia machista

La mujer asesinada en Barcelona iba a declarar contra su expareja

Ivet y Diego estaban citados en el juzgado este lunes porque ella había presentado una denuncia por amenazas contra él

Los vecinos afirman que los gritos en el domicilio eran constantes y la hermana de la víctima dice que, tras la separación, comenzó a acosarla

reconstrucció

reconstrucció / Guillem Sánchez

Guillem Sánchez

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La segunda mujer enterrada por el machismo este 2022 en Catalunya, la octava en España, se llamaba Ivet y vivía en un piso de Barcelona del que salían gritos casi cada noche. Eran discusiones entre ella y su expareja, Diego. Dos jóvenes veinteañeros que ademas eran padres de un niño de 7 años. Según los vecinos, hace un mes hubo algo más que gritos y lo que se filtró a través de las paredes fue el ruido de Diego golpeando a Ivet. La hermana de Ivet, Claudia, asegura que desde que la pareja se separó, Diego la amenazaba y la seguía. Según fuentes consultadas por este diario, Ivet y Diego estaban citados este lunes en un juzgado de Barcelona para declarar por una denuncia presentada por ella. No se presentaron. Diego la mató antes. Ivet no contaba con ninguna medida de protección.

La denuncia que Ivet interpuso contra Diego fue por amenazas. No llegó a verbalizar ante la policía catalana que Diego la hubiera agredido. Según las fuentes consultadas, fueron los Mossos d'Esquadra que la atendieron quienes la animaron a presentar la denuncia contra su expareja. La mujer cumplió. Y la presentó. Este lunes tanto Ivet como Diego tenían que acudir a un juzgado para ratificarla. En lugar de presentarse en el juzgado, Diego la mató y, después, por la tarde, se entregó a la policía.

Gritos cada noche

“Discutían cada noche”, detallan dos hombres que vivían justo al lado del domicilio de Ivet y Diego. “Hace un mes, fue algo más que una discusión”, añade otra mujer que aclara que el cabezal de su cama se apoya contra la pared del comedor de la pareja, y que lo oía “todo”. Esa noche, ella sollozaba pidiendo “el móvil” y él respondía con la pregunta de si “era esto lo que quería”. La vecina interpretó que él le había sacado a ella su teléfono a la fuerza y aventura que tal vez él pretendía consultar su contenido. La bronca siguió hasta que se hizo evidente que él la golpeaba. “Llamé a la policía y mi hijo intervino”, afirma la vecina, retándole a pegarle a él “si era tan hombre”. Otra vecina añade que otra noche Ivet acabó pidiendo a gritos que alguien llamara a la policía y que otro vecino hizo esa llamada. Y según ambas vecinas, la policía respondió a aquellas llamadas y se presentó en el piso de Ivet, un octavo ubicado en el número 839 de la calle de Gran Via de Les Corts Catalanes de Barcelona, junto a la plaça de Glòries. 

Los vecinos conocían a Diego y a Ivet solo de vista. De él cuentan que lo veían a menudo entrar y salir con la bicicleta. A ella la recuerdan dirigiéndose al colegio a dejar o a recoger al hijo de ambos. El centro escolar, contactado por este diario, ha rechazado hacer declaraciones y ha solicitado que no se especifique de qué escuela se trata para preservar la protección del menor. “Era una mujer muy joven, de ojos azules y larga cabellera rubia, hasta casi la cintura”, acierta a describir la vecina que vivía justo debajo de la expareja.

Asesino confeso

Diego, tras matar a Ivet, se presentó en una comisaría cercana al domicilio que la pareja compartió durante los últimos años. A las 18.30 horas del lunes entró en la sede del distrito de Sant Martí de la Guardia Urbana y confesó que acababa de asesinar a su exmujer. Agentes de la policía municipal, siguiendo sus indicaciones, acudieron al piso de la Gran Via de les Corts Catalanes y hallaron el cuerpo sin vida de ella.

Los investigadores del Grupo de Homicidios de los Mossos se han hecho cargo del caso y este martes al mediodía han regresado al lugar de los hechos en compañía del arrestado para reconstruir el crimen. A las 11.50 horas ha llegado Diego en un coche logotipado. Ha salido del vehículo esposado y sujetado por el brazo de un agente. Un vecino le ha preguntado por qué había matado a Ivet. Diego lo ha mirado sin abrir la boca. La reconstrucción del crimen ha durado poco más de una hora. A las 13.00 horas Diego ha vuelto al coche y ha sido trasladado de nuevo al calabozo de la comisaría de Les Corts. Desde allí pasará a disposición judicial en las próximas horas. El juzgado que instruye el caso ha decretado el secreto de sumario y la medida ha limitado mucho la información que las fuentes oficiales han accedido a facilitar a la prensa.

"Siento no haber estado allí para protegerte"

La hermana de Ivet, Claudia ha colgado un mensaje en su muro de Facebook. "Te quiero mucho Ivet, nunca llegué a pensar que esto podía pasar. (...) No entiendo cómo se puede hacer algo así (...). Lo siento por todas nuestras peleas, por no haber podido ser mejor hemana y por no haber estado allí para protegerte. Nunca olvides que te amo con todo mi corazón". En declaraciones a la agencia EFE, tras participar en el minuto de silencio que se ha celebrado en memoria de Ivet en la plaza del Ayuntamiento y que han presidido la alcaldesa Ada Colau y el president Pere Aragonès, Claudia ha explicado que Ivet y Diego se habían separado y que, tras la ruptura, él había comenzado a amenazarla y a perseguirla. "No creíamos que la cosa llegaría tan lejos", lamentaba.

En España han sido asesinadas por sus parejas o exparejas ocho mujeres durante el presente año. Desde que comenzaron a contarse, en 2003, la cifra asciende a 1.134. La víctima que precede a Ivet murió el 14 de marzo, en Ceuta. Según datos del Ministerio de Igualdad, en España el 84% de las víctimas asesinadas en 2020 por su pareja sentimental –o por su expareja–no habían acudido a la policía. Otras encuestas muestran que, las que se animan a pedir ayuda, tardan una media de diez años en hacerlo. En el caso de Ivet, que diera el paso de denunciar, no ha servido de nada.

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