Investigación interna

Niñas de Tenerife: La Guardia Civil revisa el caso por si cometió algún error

Ha abierto una "información reservada" para ver si quienes atendieron a la madre de Anna y Olivia la noche de su desaparición actuaron correctamente

Cuando la madre llegó al cuartel, sus hijas ya estaban muertas. Se trata de determinar si se podría haber detenido al padre antes de que desapareciera

Tomás Gimeno asesinó a sus hijas para vengarse de su mujer, Beatriz Zimmerman

Tomás Gimeno asesinó a sus hijas para vengarse de su mujer, Beatriz Zimmerman / El Periódico

Luis Rendueles

Luis Rendueles

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La Comandancia de la Guardia Civil de Tenerife ha abierto una "información reservada" para averiguar si los agentes que trataron con Beatriz Zimmerman, la madre de las niñas secuestradas y asesinadas por su ex marido, Tomás Gimeno, cometieron algún error cuando la mujer acudió la noche del 27 de abril al cuartel de Radazul (Tenerife), según ha sabido EL PERIÓDICO.

Fuentes de la Benemérita confirmaron la apertura de esa investigación interna, que vincularon con "la revisión de los protocolos de actuación en estos casos" y para ver si "se puede mejorar" la actuación y respuesta policial.

La noche en que Gimeno le comunicó que se iría para siempre con sus hijas y que ella no volvería a verlas, Beatriz Zimmerman acudió al cuartel de la Guardia Civil más próximo a su casa. Hacia las 22.30 horas habló con dos agentes.

Manos libres

Al tiempo, la mujer consiguió también hablar por teléfono con su ex marido, que insistió en que no volvería a ver a las niñas. La mujer incluso puso el dispositivo en manos libres y uno de los guardias habló con el padre para conminarle a regresar, entregar a Olivia y Anna, y advertirle de que estaba cometiendo un delito.

A esa hora, según las investigaciones, las niñas ya estaban muertas. Su padre las mató en su casa entre las ocho y las nueve de la tarde, y había arrojado sus cuerpos al mar en dos grandes bolsas. Es decir, nada habría podido salvar la vida de las dos pequeñas, eso no es lo que se investiga en esa información reservada.

Interceptan al padre

Poco más tarde de que la madre se fuera del cuartel, a las 23.15, agentes del Servicio Marítimo de la Guardia Civil pararon a Tomás Gimeno, que regresaba al puerto Marina Tenerife a bordo de su lancha. Examinaron su embarcación y le advirtieron de que estaba incumpliendo el toque de queda. El hombre dijo haberse despistado y aseguró que dormiría en la lancha.

La investigación interna de la Guardia Civil trata de determinar si los agentes que estuvieron con Beatriz Zimmerman deberían haber avisado a su superior e incluso trasladar el aviso de que un hombre había secuestrado a sus hijas. Si se hubiera hecho así, apuntan algunas fuentes, posiblemente Gimeno habría sido detenido antes de volver al mar y desaparecer. Todo apunta a que se suicidó luego con un cinturón de plomo que usaba para bucear.

Otras personas cercanas a la investigación, sin embargo, aseguran que aunque la madre hubiera formulado denuncia aquella noche, no habría dado tiempo a avisar a la patrullera del Servicio Marítimo antes de que, parara a Gimeno cuando volvía a puerto.

Fuentes de la Guardia Civil explican que el problema en este caso estuvo en que el asunto entró en el cuartel como un caso de un padre que no devuelve a sus hijas a la madre. "Pero no había convenio regulador para las niñas, ni régimen de visitas, tampoco una hora de entrega fijada... Legalmente se trataba de un padre que no devuelve a sus hijos, había pasado apenas media hora y hablaba con su ex mujer por el móvil"...

Según la legislación era un asunto que correspondía investigar a un juzgado civil. La madre, además, prefirió no quedarse esa noche en el cuartel esperando para poner la denuncia, lo que hizo a la mañana siguiente. Nadie pensaba en un final así. Y no había ninguna denuncia anterior por malos tratos contra Gimeno, de forma que no saltaron las alarmas correspondientes ni el caso pasó al sistema de protección de urgencia.

Otra víctima

Por esos motivos, el caso no se trató inicialmente como una investigación por violencia de género ni violencia vicaria, sino como una supuesta falta porque el padre no devolvía a sus hijas a la hora pactada verbalmente con su madre. De ahí que el caso no se comunicara al juzgado aquella noche ni tampoco se estableciera una búsqueda urgente de Tomás Gimeno por radio. "Los protocolos no contemplan esa respuesta, si hay algún fallo no es de los guardias civiles, es de los protocolos", subrayan fuentes consultadas por EL PERIÓDICO.

Además, apuntan, Radazul tiene un cuartel pequeño, con poco personal y los agentes estaban ocupados esa noche. Otra mujer había sido víctima de una agresión sexual y ellos habían detenido al autor, que estaba en las dependencias policiales cuando Beatriz Zimmerman llegó a la puerta.

Casos complejos

La información reservada sobre la respuesta policial en este caso sigue abierta, porque "hasta ahora la prioridad ha sido la investigación sobre los dos crímenes y tratar de encontrar los cuerpos", subrayan las fuentes consultadas por este diario. Como parte de ella, se toma declaración a los dos agentes y se repasa cada minuto de lo ocurrido aquella noche. Las mismas fuentes añadieron que ese tipo de revisión sobre la actuación de los guardias civiles se hace siempre que se produce un caso tan duro y tan complejo.

La violencia vicaria, la cometida contra los hijos para hacer daño a la madre, queda muchas veces fuera del radar policial y legal. Hasta el año 2013, y tras la conmoción del caso de José Bretón, que asesinó a sus dos hijos en Córdoba en 2011 para vengarse de que su mujer decidiera separarse de él, no existían datos fiables ni estadísticas de esos casos criminales. Desde entonces, 41 niños han sido asesinados por ese tipo de violencia machista.

Suscríbete para seguir leyendo