Crimen machista en Tarragona

El asesino de Creixell se suicidó cinco días después de matar a Betty

Los Mossos d'Esquadra hallaron la pistola junto al cadáver del hombre y cinta aislante en las puertas para evitar que se filtrara el hedor

La casa de Creixell (Tarragona) donde se ha producido el crimen machista

La casa de Creixell (Tarragona) donde se ha producido el crimen machista. /

Guillem Sánchez

Guillem Sánchez

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Los Mossos d’Esquadra investigan como un crimen machista el hallazgo de dos cadáveres en un domicilio de Creixell (Tarragona) ayer lunes por la noche. La principal hipótesis es que Manuel (España, 1965) mató a tiros a Betty (Colombia, 1969) y que, cinco días después, se suicidó de un disparo en el pecho

Quien primero echó de menos a Betty fue su hijo, desde México. Contactó con una amiga de su madre porque llevaba días sin tener noticias de ella. La amiga le explicó que había hablado por última vez con Betty el pasado jueves 13 de mayo. Poco después, el hijo de Betty y su amiga descubrieron que la mujer no había ido a trabajar el viernes. Sin avisar. Avisaron a la Policía Local de Creixell (Tarragona).

Sobre las 21.00 horas de la noche, una patrulla municipal se desplazó al domicilio Betty y su pareja, Manuel. Un segundo piso de un bloque de tres plantas ubicado en la calle de Adrià en la urbanización de El Rincón del César, la más grande de Creixell, por habitantes –más de 1.000– y por dimensión –se extiende hasta al mar–. Las persianas estaban bajadas y la puerta estaba cerrada. Nadie respondía al timbre a pesar de que la furgoneta de Manuel, albañil, estaba aparcada en el aparcamiento del edificio. Junto al vehículo, escrito sobre cartones, alguien habían escrito las palabras “ladrón” y "estafador". Los únicos vecinos que estaban en casa ayer lunes–en esta urbanización casi todos son segundas residencias– contaron que el día anterior, domingo, un grupo de personas vino a buscar a Manuel y que estuvo llamando a su puerta sin suerte. Según subrayaron, habían venido porque Manuel les debía dinero.

La deuda

Manuel frecuentaba casi a diario los bares más cercanos a su domicilio: El Ángel Miguel, la pizzería Jaume y El Frenazo. Quintos de cerveza, vasos de vino y partidas de billar. Pero había dejado de hacerlo durante las últimas semanas. Muchos de los clientes que lo conocían subrayaban que ni sabían que Manuel tuviera pistola ni lo veían capaz de usarla. Otros, sin embargo, ponían el acento en lo extraño que era que llevara tantos días sin dejarse ver por los bares y añadían que les constaba una deuda. Según estas segundas fuentes vecinales, una pareja lo había contratado para reformar su casa, en la misma urbanización, pero Manuel no había terminado el trabajo e incluso había instalado material que no estaba pagado. El matrimonio le reclamaba “unos 40.000 euros”. Por eso, aventuraban, evitaba los bares últimamente y, por eso, a diferencia de Betty, en su caso no llamó la atención que llevara desde el jueves encerrado en casa.

La Policía Local de Creixell recibió otra llamada ayer lunes. Una amiga de Betty que explicó que la mujer tendría un romance con un tercer hombre y que tal vez este supiera dónde estaba. Los municipales contactaron con el supuesto amante y este aclaró que no sabía nada de Betty desde hacía una semana. Los agentes avisaron a los Mossos d’Esquadra y llamaron a los Bombers de la Generalitat. Con una escalera, los bomberos treparon al balcón del 2º 2º, levantaron a peso la persiana y rompieron la cristalera. Según el alcalde de Creixell, Jordi Llopart, al entrar en el piso, una vela que seguía encendida se apagó.

El encierro

Según fuentes consultadas por EL PERIÓDICO, el ambiente estaba cargado de incienso quemado y más velas. En la primera habitación, los investigadores hallaron el cuerpo de Betty tapado con un edredón. Tenía dos orificios de bala, uno en el pecho y otro en la cabeza. En una habitación contigua, encontraron el cadáver de Manuel, tenía una herida en el pecho. Junto a este, estaba la pistola con la que se habrían realizado los disparos. Los investigadores creen que Manuel habría disparado a Betty el jueves, probablemente, y que después se habría encerrado en casa durante varios días. Constan llamadas de Manuel a su madre hasta el domingo. El hecho de que una de las velas estuviera encendida cuando los bomberos entraron al piso parece indicar que Manuel se quitó la vida el mismo lunes, cuando comprendió que la policía estaba a punto de entrar por la fuerza.

En la casa había dos puertas selladas con cinta aislante colocada para evitar que el hedor del cuerpo de la víctima se filtrara a los espacios comunitarios. Por la misma razón, Manuel habría quemado incienso y velas en el interior de la casa. El lugar desde el que había sido colocada la cinta americana, sumada al hecho de que las persianas y las puertas estuvieran cerradas, permitieron descartar enseguida a los investigadores del Grupo de Homicidios de Tarragona que una tercera persona pudiera estar relacionada con el crimen. A la espera de que la autopsia arroje más luz a lo ocurrido, todo parece indicar que Manuel, que sospechó que Betty podría estar enamorada de otro hombre o que se sentía acosado por la pareja que le reclamaba 40.000 euros, mató a su novia y, cinco días después, se suicidó usando la misma pistola. Tanto Betty como Manuel dejan hijos de parejas anteriores. Betty, de confirmarse esta línea de investigación, será la tercera mujer que entierra la violencia machista en Catalunya este 2021. La cuarta se ha conocido solo unas pocas horas después, en Corbera de Llobregat.

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