Temporal de frío y lluvia

Dos hombres sin hogar mueren en Barcelona en plena ola de frío

El primero ha sido hallado cerca del mercado de la Barceloneta y el segundo, en el recinto de la Ciutadella

Los cadáveres no presentan signos de violencia y la autopsia dirimirá si han fallecido por hipotermia

Desigualdad 8Un sintecho duerme junto al escaparate de una tienda de ropa de hogar, en el paseo de Gràcia.

Desigualdad 8Un sintecho duerme junto al escaparate de una tienda de ropa de hogar, en el paseo de Gràcia.

Helena López
Guillem Sánchez
Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Dos hombres sin hogar han muerto en las últimas horas en Barcelona. La autopsia deberá dirimir si han fallecido a causa de hipotermia y si, en consecuencia, son dos víctimas del episodio de frío y lluvia que ha agravado dramáticamente las condiciones de vida de los sintecho. Los dos tenían 38 y 32 años, respectivamente, y pernoctaban al raso. El más joven ha sido hallado en el parque de la Ciutadella. El mayor, en la plaza de Poeta Boscà, junto al mercado de la Barceloneta. Ninguno de los cadáveres presentaba indicios de violencia, según fuentes policiales.

El sintecho fallecido en la Ciutadella no estaba solo. Los agentes que han recibido el aviso –sobre las cinco de la tarde de este lunes– que alertaba de que una persona sin hogar podría haber muerto en el recinto, han descubierto al llegar que junto al cadáver había un segundo sintecho. Este acompañante presentaba síntomas compatibles con una hipotermia, un descenso severo de la temperatura corporal que puede causar la muerte. Cuando el organismo pierde los 36 grados habituales, el aparato cardiovascular y los sistemas respiratorio y neurológico pueden comenzar a fallar y terminar provocando un fallo generalizado. Los policías han activado a los servicios sociales del Ayuntamiento de Barcelona para que lo atendieran y se han quedado junto al cadáver a la espera de la comitiva judicial. Era la segunda muerte en circunstancias parecidas con pocas horas de diferencia.

El segundo fallecido

A las 7.30 horas de la mañana, los trabajadores del mercado de la Barceloneta habían hallado otro sintecho fallecido. Era una persona sin hogar que frecuentaba el vecindario, tal como ha avanzado El País y ha confirmado este diario. Según Lourdes López, de la plataforma Defensem la Barceloneta, era un hombre callado, de origen extranjero, que pasaba las noches junto al acceso del aparcamiento y el día apostado junto al estanco de la calle de Andrea Dòria, pidiendo limosna. Lo veían de forma asidua desde hacía unos cuatro años. "Los trabajadores, como cada día, han ido a despertarlo para pedirle que se retirara para facilitar el paso de la gente. Pero ya no se movía. Han tenido que llamar a la ambulancia y ya era tarde. Le han puesto el plástico ese por encima. Ha sido muy triste", relata López. Manel Martínez, de la Associació de la Barceloneta, explica que contactaron con el ayuntamiento para avisar de que cada vez veían a más personas durmiendo en la calle.

Ambos episodios están en manos del juzgado de guardia que deberá ordenar ahora que se practique una autopsia a los cuerpos que confirmará o descartará si los dos hombres, tal como parece, han muerto a causa de una hipotermia motivada por las bajas temperaturas provocadas por el temporal Filomena.

4.200 sin hogar

Según datos de la fundación Arrels, en Barcelona hay de 4.200 personas sin hogar y 1.239 de ellas duermen en la calle. Sus trabajadores hace meses que observan "un aumento en la frustración, ansiedad, estrés e impotencia entre las personas que viven al raso a causa de la pandemia y sus consecuencias". “Cuando aún estábamos en confinamiento y en estado de alarma, salimos una noche a la calle para saber cuántas personas vivían a la intemperie. A finales de noviembre, volvimos a salir por la noche para entrevistarlas; hablamos con 367 personas y 8 de cada 10 nos contaron que, como consecuencia de la pandemia, su situación empeoró o seguía igual”, detallaban recientemente desde la fundación.

“El problema de los dispositivos especiales del ayuntamiento para la operación frío es que no sirven para todo el mundo. La gente que lleva más tiempo en la calle rehúye de esos espacios tan grandes y temporales, porque son lugares en los que la convivencia suele ser complicada, y son recursos de corta duración, y tener que volver después otra vez a la calle es muy duro”, resumía Ferran Busquets, director de la Fundació Arrels.