JUICIO EN BARCELONA

La acusada del crimen de la Urbana tenía el móvil de la víctima

La bala hallada en el coche del fallecido formaba parte de un llavero

Rosa Peral, acusada del crimen de la Urbana, en el banquillo este jueves.

Rosa Peral, acusada del crimen de la Urbana, en el banquillo este jueves. / periodico

Agencias

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Los Mossos d'Esquadra localizaron el teléfono móvil del policía local Pedro Rodríguez en el armario de su novia y compañera Rosa Peral, la principal sospechosa de haberlo asesinado y quien días antes había mostrado a la policía mensajes que supuestamente había recibido de la víctima cuando en realidad ya estaba muerto, según el testimonio de un sargento del cuerpo.

Un jurado popular juzga en la Audiencia de Barcelona desde el pasado día 3 a la agente de la Guardia Urbana Rosa Peral, acusada de haber asesinado, junto a su compañero y amante Albert López, a su pareja y también miembro de la policía local Pedro Rodríguez, en mayo de 2017.

El sargento, jefe de homicidios de la Región Policial Metropolitana Sur e instructor del caso, ha insinuado que son falsos los mensajes que Pedro envió a Rosa y esta mostró a los agentes cuando le comunicaron que habían encontrado su vehículo carbonizado: "Los mensajes que nos enseña la primera noche se han hecho desde ese móvil y lo tenía Rosa. En su habitación. En el armario", ha enfatizado.

El sargento se ha referido así al registro que la policía practicó en la vivienda de la acusada el 14 de mayo, un día después de detenerla y dos semanas después del crimen, durante el cual encontraron en el armario de la habitación "documentación" de Pedro, así como su cartera, su placa policial y su móvil.

Este descubrimiento es una de las principales pruebas que incriminan a Rosa, ya que la noche del 4 de mayo, cuando los Mossos la avisaron de que había aparecido un cuerpo en el maletero del coche quemado de Pedro, esta les enseñó unos mensajes de la víctima. De acuerdo con el testigo, la acusada le contó que se había peleado con su novio el día 2 y que este se había marchado de casa, pero que más tarde, sobre las 21:00 horas, le había mandado un whatsapp diciéndole que apagaría el teléfono.

Con el otro acusado

La reacción de Rosa cuando le dieron la noticia ya levantó las sospechas de la policía, dado que ni se mostró afectada ni quiso acudir inmediatamente a comisaría porque "tenía a las niñas en casa". Lo que no reveló entonces y solo se supo después gracias al rastro telefónico es que Albert López, el otro acusado, estaba en el domicilio, el mismo al que había acudido también los tres días anteriores.

Los investigadores tienen claro, por tanto, que el crimen lo cometieron "entre los dos" y argumentan que lo "planearon" porque Albert acudió a casa de Rosa de madrugada, cuatro horas después de la última y breve llamada entre ambos. "A partir de esa llamada de cuatro minutos con Albert se empieza a desencadenar el plan", ha resaltado el sargento antes de aclarar que si Rosa hubiera cometido el asesinato sola, "habría un whatsapp pidiendo ayuda".

Una hipótesis que refuerza el rastro telefónico de Rosa el día 2 de mayo, cuando presuntamente se desplazó con el móvil de la víctima hasta Sitges: "La idea es hacer ver que Pedro está dando una vuelta", ha especificado antes de matizar que al acusada desconocía que su dispositivo también estaba pinchado.

La policía tampoco tienen dudas de que la muerte de Pedro se produjo el día 1 de mayo porque la señal de los teléfonos los sitúa a los tres en la escena del crimen entre las tres de la madrugada y las 10:00 horas del día siguiente.

Arma homicida

El magistrado del juicio, Enrique Rovira, ha aceptado como prueba los llaveros con una bala que la víctima y su exmujer regalaron en su boda, un indicio que puede descartar la pistola como arma con la que se cometió el asesinato de Pedro R. Precisamente, en el maletero donde quemaron a Pedro R. los investigadores encontraron una bala, y la defensa del acusado Albert López había sugerido hasta ahora que podía ser de la acusada Rosa Peral, en cuya arma reglamentaria faltaba un proyectil.

La exesposa de Pedro R. ha declarado ante el jurado durante la séptima sesión del juicio, y el abogado de la familia de la víctima, Juan Carlos Zayas, le ha preguntado por el llavero con una bala, de la que no ha sabido determinar el calibre: "Como éramos policías, entregamos una bala grabada como llavero con los nombres", con el casquillo y el proyectil.

La testigo ha mostrado su propio llavero, que llevaba en el bolso, y el magistrado ha permitido que lo enseñara al jurado desde cerca antes de aceptarlo como prueba en la causa.

Reacción ante la exesposa

La exesposa de Pedro R. también ha explicado que la noche del 1 de mayo --cuando se cometió el crimen-- intercambió correos electrónicos con él para que le concretara cuándo iría a buscar a su hijo, ya que compartían la custodia.

Ella le escribió el día del crimen a las 20.58 horas, y él contestó a las 22.37 horas diciéndolo que iría a recoger a su hijo el miércoles, y recibió un nuevo mensaje de Pedro R. por la tarde del día siguiente, cuando ya había muerto --se sospecha que Peral usó el móvil de la víctima después del crimen para fingir que seguía vivo, aunque su defensa asegura que lo hizo obligada por el otro acusado--.

Sobre la reacción de Peral al saber que Pedro R. había muerto, la testigo ha dicho: "Me impactó mucho todo lo que iba diciendo y su apariencia. Yo lloraba a mares, ella no tenía lágrimas ni nada en los ojos, estaba normal". Ha explicado que fue a partir del domingo 7 de mayo, cuando coincidieron con los familiares de la víctima al llevarle flores en el pantano de Foix, cuando empezó a sospechar que la muerte de Pedro R. podía estar relacionada con el entorno de Peral.