SE LE BUSCA EN GRANADA DESDE 2015

El anciano desaparecido que pudo caer a un contenedor de basura

Pablo Sánchez, junto a su mujer, su hijo y sus dos nietas, en su 88 cumpleaños, poco antes de desaparecer.

Pablo Sánchez, junto a su mujer, su hijo y sus dos nietas, en su 88 cumpleaños, poco antes de desaparecer. / periodico

Vanesa Lozano

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

"Pasó por la puerta del bar, llevaba en una mano unas escaleras de dos peldaños y en la otra un palo de un metro ochenta de largo. Me extrañó verlo así y a esas horas y le pregunté dónde iba. Me contestó que había perdido el audífono y pensaba que podría estar en la bolsa de basura que había tirado y que iba a buscarlo en el contenedor". Es la declaración de la última persona que vio a Pablo Sánchez, de 88 años, antes de que se perdiera su rastro la noche del 21 de noviembre de 2015 en la calle Santo Tomás de Aquino, en Granada. 

Las imágenes captadas por una cámara de seguridad corroboran el relato del vecino que se encontró con Pablo aquella noche. El anciano, que gozaba de buena salud física y mental, salió de su casa para tirar la basura. Cuando regresó, se percató de que le faltaba el sonotone y salió de nuevo a la calle convencido de que se le había caído en el contenedor y dispuesto a recuperarlo. A la mañana siguiente, su mujer, Visitación, encontró el cubo de la basura sobre la encimera de la cocina. Pablo había dejado la luz encendida y su ropa seguía sobre la cama. 

82 voluntarios

La Policía Nacional y el juzgado de instrucción 9 de Granada abrieron una investigación para buscar al anciano, según consta en el sumario al que ha accedido EL PERIÓDICO. "Temiendo que hubiese caído accidentalmente en el contenedor de basura", se le buscó en la planta de procesamiento de basuras de la localidad granadina de Alhendín, sin éxito. También se hicieron rastreos, con ayuda de 82 voluntarios, por la orilla del río Beiro y caminos rurales.

Se miró en pozos y fincas agrícolas, ante la posibilidad de que el hombre, que solía ir al campo a recolectar fruta, hubiera ido allí sin avisar y hubiera sufrido un accidente, aunque su familia siempre descartó esta posibilidad, ya que al día siguiente de su desaparición, Pablo y su familia celebraban en su casa el 33 cumpleaños de su nieta Maribel, una celebración que el anciano esperaba con ganas. El hombre incluso había avisado a sus amigos de que ese día no iría a tomar el aperitivo al bar del barrio, como acostumbraba. 

Nueva pista

Cuando la familia de Pablo ya empezaba a perder la esperanza, una nueva pista arrojó más datos: "Uno de los trabajadores de la planta le ha contado a un amigo de la familia que existe la posibilidad de que, debido al volumen tan grande de basura que tenían aquella noche, podrían haberse saltado el proceso de reciclaje de basura y haber llevado los residuos directamente a una zona dentro del recinto del vertedero sin que haya sido procesada previamente", denunció Gregorio, el hijo de Pablo, en enero de 2016, quien añadió que otro de los empleados de la planta "vio en una ocasión cómo llevaban la basura directamente de la explanada donde la descarga el camión al vertedero".

Los testigos no aportaron esta información en su declaración ante el juez, la familia de Pablo cree que "por miedo a perder su trabajo", pero con los datos obtenidos los familiares del anciano pidieron al juez una nueva búsqueda en el vertedero, esta vez acotada a la zona que habría descrito el empleado, un terreno de unos cuarenta metros que no fueron rastreados cuando se inspeccionó el recinto tras la desaparición: "La familia tiene la certeza de que el cuerpo puede encontrarse allí, no estando en la planta de reciclaje donde se realizaron las primeras búsquedas, sino en el vertedero donde van los residuos orgánicos que no han podido ser procesados", residuos que, según la declaración de un empleado que consta en el sumario del caso, "se almacenan en capas superpuestas unas encima de otras, las cuales se extienden y compactan y luego se cubre todo con tierra".

El juez estimó la petición de la familia y el 26 de enero de 2016 acordó la búsqueda, pero más de tres años después "seguimos esperando que se realice", denuncia Maribel Sánchez, nieta de Pablo. "El juzgado ordenó que se continuase con la investigación para determinar la veracidad de las nuevas informaciones y mientras tanto dejó sin efecto el cumplimiento de la orden del juez, hasta hoy", critica la mujer.

Los empleados descartan que esté allí

Los operarios de la planta de residuos negaron que la basura se hubiera tratado nunca de forma irregular, como apuntan los testigos y descartaron la posibilidad de que el cuerpo de Pablo estuviera en el vertedero: "El camión que recoge la basura en esa zona no tritura la basura, la compacta, por cuanto de haberse caído Pablo al contenedor y este ser volcado en la caja del camión, Pablo hubiera sufrido numerosas fracturas, pero su cuerpo conservaría su volumen, siendo fácilmente detectable durante el procesamiento de basura por el personal". 

La abogada de la familia, Maite Rojas, acaba de presentar en el juzgado un escrito solicitando que se realice la búsqueda tal y como está acordada mediante providencia, la cual se dejó sin efecto por el letrado de la administración de justicia". En opinión de la letrada: "Si atendemos a las manifestaciones de los testigos, no es en absoluto descabellado que Pablo pueda estar allí. Y si no está, la familia tiene derecho a descartar con rotundidad esa posibilidad que les está atormentando".

"Estamos convencidos de que está ahí y la búsqueda no es tan costosa como nos dicen porque la hemos acotado, necesitamos encontrar a mi abuelo", explica Maribel, la nieta de Pablo. "A mi abuela, de 86 años, se le ha roto la vida. Tenía una salud de hierro y ahora, a raíz de lo ocurrido con mi abuelo, sufre soriasis nerviosa y está sufriendo muchísimo". Maribel le ha prometido a su abuela que encontrarán a su abuelo. La anciana no quiere que la joven siga sufriendo lo mismo que ella, le desea que siga adelante con su vida. Tras más de tres años años de espera e incertidumbre, está perdiendo la esperanza. Le ha pedido a su nieta que la acompañe a llevar un ramo de flores a su abuelo, al vertedero.