conmoción en el garraf

El móvil sexual coge fuerza en el crimen de la niña de Vilanova i la Geltrú

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rjulve43620307 graf3769 barcelona 05 06 2018 mossos d esquadra custodia180606142409 / EFE / Archivo

Guillem Sànchez / J. G. Albalat

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El móvil sexual coge fuerza en el asesinato de Vilanova i la Geltrú. En la investigación de los Mossos d’Esquadra cada vez parece más probable que Juan Francisco López, el hombre de 42 años arrestado por la muerte de Laia el pasado lunes por la noche, tratara de abusar sexualmente de la menor después de atraparla.

La chica, de 13 años, había salido a las 19.00 horas de la casa de sus abuelos, en el segundo primera del número 26 de la avenida Cubelles, y se dirigía a la calle, donde la esperaba su padre dentro del coche. Para hacer ese trayecto, tuvo que cruzar por delante del primero primera, la casa en la que Juan Francisco se encontraba solo dado que su padre estaba en el hospital junto a su mujer –que fallecería horas después–. En ese instante, el hombre cogió por la fuerza a la menor y la obligó a entrar en su domicilio. Las heridas por arma blanca que presenta el cuerpo de la chica podrían significar que el hombre se valió de un cuchillo doméstico para asustarla. Aunque la muerte de la menor fue causada por asfixia.

Tras matarla, el hombre se puso a lavar la casa, incluso pasó la fregona, con el objetivo de borrar las pistas. Esto provocó que la reconstrucción del crimen que los policías llevaron a cabo el martes en presencia del sospechoso se alargara mucho más de lo previsto. La unidad científica, encargada de recoger muestras biológicas sobre el terreno que después pueden aportar pruebas judiciales incriminatorias de ADN, tuvo que recurrir a productos químicos para poder hallar sangre a través del contraste de líquidos. 

Después de limpiar la casa concienzudamente, Juan Francisco se duchó. La primera vez que los tíos de Laia, en compañía de dos agentes de los Mossos, llamaron a su puerta, sobre las 21.30 horas, él les abrió ataviado únicamente con una toalla. 

Según fuentes policiales, cuando la menor fue hallada por sus tíos, que entraron por la fuerza en el domicilio de Juan Francisco tras desconfiar de su actitud, ella estaba semidesnuda: le faltaban los pantalones. En la autopsia se han extraído muestras de tejido orgánico que podrán ayudar a confirmar o a descartar si el sospechoso la agredió sexualmente. De momento, sí parece plausible que el objetivo del arrestado fuera este cuando la interceptó en el rellano.

El detenido se ha negado este miércoles a responder a las preguntas que le han formulado los agentes de la División de Investigación Criminal (DIC) a cargo del caso. Según fuentes jurídicas, sí tiene intención de hablar delante del juez. Este jueves pasará a disposición judicial, en el juzgado de Vilanova i la Geltrú. Las mismas fuentes apuntan a que Juan Francisco pretende esgrimir su adicción a la cocaína como eximente. Esto no significa que planee confesar su autoría porque también puede usar el consumo de droga para tratar de convencer al juez de que no recuerda nada de lo sucedido.

Hasta la fecha, las únicas palabras que constan de Juan Francisco son los gritos de "¡Yo no he sido!", proferidos instantes después de que los tíos de Laia encontraran el cadáver de su sobrina dentro su piso, escondido debajo de un colchón. La Policía Local de Vilanova i la Geltrú tuvo que intervenir para impedir que familiares y vecinos terminaran linchándolo.